La lengua más famosa del rock
La lengua más famosa del rock
Francia Fernández

Sucedió una mañana cualquiera. John Pasche, un prometedor estudiante nacido en Inglaterra, cursaba el último año de diseño gráfico en la Royal College of Art de Londres cuando la encargada de la escuela lo llamó a su oficina y le dijo que los Rolling Stones habían telefoneado pidiendo un alumno que trabajara con ellos. Y él había sido elegido.
     Era 1970. Como muchos otros jóvenes pelilargos de la época, Pasche vibraba con la explosión musical que se había desatado en la capital inglesa. “Yo acostumbraba ir a conciertos, era fan de los Stones. Entonces eran bastante salvajes y armaban mucho barullo; era excitante verlos en vivo”, cuenta Pasche desde Surrey (Inglaterra), donde reside actualmente.
     El encuentro fue con Mick Jagger —que tenía 27 años, dos más que él— en las oficinas de la banda. “Me dijo que necesitaban un póster para la gira europea. La idea era que reflejara los viajes. Hice un afiche con un buque y un auto, al estilo de los años treinta. Meses después me volvieron a llamar, esta vez para el diseño de un logo”, recuerda el hombre de 70 años.
     El logotipo en cuestión —la boca con la lengua color rojo que se convertiría, sin exagerar, en el más reconocible de la historia del rock, y que acompañaría al conjunto hasta hoy— surgió luego de que Jagger le pidiera a Pasche “algo” que no tuviera el nombre de la banda. “A los pocos días volvió con un recorte de Kali, una diosa india que en algunas imágenes tiene la lengua afuera. El logo de los Rolling Stones está inspirado en ella y también en la boca de Jagger, aunque la idea principal es la rebelión ante lo establecido, una forma de emular a los niños que sacan la lengua en señal de protesta cuando algo no les va. Entonces lo vi como un pequeño encargo. No sabía que se iba a transformar en un símbolo tan importante para el grupo. Me divierte y me sorprende, de alguna forma, que se haya vuelto tan popular”, afirmó Pasche.
     El logo apareció por primera vez en el interior del álbum Sticky Fingers (1971), cuya polémica portada diseñó Andy Warhol. El disco se convirtió en uno de los mayores clásicos de la banda y del rock mundial. Respecto a la portada, en el 2003 el canal de música VH1 la eligió como la mejor de todos los tiempos.

En la punta
Cuarenta y cuatro años después de su creación, la boca y la lengua de los Stones están en todas partes. ¿Qué siente Pasche al ver el ícono en camisetas, casacas, pines? “Es impresionante ver que lo llevan no solo los fanáticos, sino que traspasa generaciones. Creo que para todos significa lo mismo, un símbolo de rebeldía”, responde. También dice que no imaginó que el grupo cumpliría los 53 años que lleva sobre los escenarios. “Muchísimas bandas se separaron, los Beatles entre ellas. Tampoco imaginé que iban a seguir haciendo la misma música durante tanto tiempo y, menos, que nunca cambiarían de logo”, señala.
     Vivir en Londres de los sesenta y los setenta, tras la austeridad y la lobreguez de la posguerra, mientras la psicodelia y la minifalda tomaban las calles fue genial para Pasche. “Una de las mejores épocas para ser adolescente. Todo era apasionante. Había una libertad y una creatividad impresionantes. En mi escuela, después de que yo trabajara para los Stones, otros dos estudiantes diseñaron la portada de The Dark Side of the Moon, de Pink Floyd”, relata. De las entrañas de la Royal College of Art también saldría el póster de La naranja mecánica.
     Luego de su exitoso trabajo, Pasche elaboró portadas para The Stranglers, Jethro Tull, Sinéad O’Connor, The Who, David Bowie y Judas Priest. En el 2009, con la idea de pagar los estudios universitarios de su hijo menor, vendió los diseños originales del logo de los Stones al Albert & Victoria Museum en 51.375 libras esterlinas. “Me dio gusto que el logo quedara en Londres y no fuera a una colección privada, donde el público no podría acceder a verlo. Ahora es parte de la colección del museo y cada tanto rota en exposiciones”, indica Pasche.
     Aunque continúa escuchando a los Stones, el diseñador dice que le habría encantado trabajar con Bob Dylan. “Es un artista fantástico. Leonard Cohen, también. Pero la industria musical ha cambiado mucho: no existe la misma libertad de antes; todo es más uniforme. En los setenta y los ochenta los álbumes eran algo mucho más visual. Ahora no tienen la importancia que solían tener”. Pasche remarca que cuando diseñó su famoso logo tenía que impresionar a una sola persona: Mick Jagger. “Él era un tipo que se interesaba por el diseño, por la fotografía, y se dirigió a la Royal College porque era una institución respetada. Ahora todo tiene que discutirse con la oficina de management, con abogados. Yo tuve un golpe de suerte. Fui afortunado y saqué lo mejor de eso”, resume el creador de la lengua rockera por excelencia.

Sticky Fingers (Re-revisited 2015 limited edition)
Decir que un disco de los Stones incluye clásicos es una redundancia, ya que toda la discografía podría definirse así. Pero Sticky Fingers es la definición perfecta del espíritu de la banda y su reedición en marzo último —mundial, en 2 CD y digipack— era de las más esperadas. Entre otras perlas, esta novedad incluye una versión de “Brown Sugar” junto con Eric Clapton, adaptaciones nunca editadas de otros hits, como una acústica de “Wild Horses”, y canciones en vivo grabadas en el auditorio The Roundhouse de Londres.

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