Cientos de oficiales estacionados en la costa, así como el Batallón Numancia, proveniente de Nueva Granada, cambiaron de bando a comienzos de diciembre de 1820.  (Ilustración: Víctor Aguilar)
Cientos de oficiales estacionados en la costa, así como el Batallón Numancia, proveniente de Nueva Granada, cambiaron de bando a comienzos de diciembre de 1820. (Ilustración: Víctor Aguilar)
Jorge Paredes Laos

Entre fines de noviembre e inicios de diciembre de 1820 sucedieron varios hechos que terminaron por debilitar el poderío militar de la corona española en el Perú: la captura del buque Esmeralda, el más importante de la armada real, por la escuadra patriota en el Callao; el cambio de bando de varios jefes realistas, quizás el más notorio fue el de Andrés de Santa Cruz, quien tras ser derrotado por el ejército de Álvarez de Arenales en Cerro de Pasco, el 6 de diciembre de 1820, decidió ponerse de lado de las tropas libertadoras; y la más emblemática de todas estas deserciones, por su impacto psicológico, fue la del batallón Numancia. Más de 650 hombres que habían jurado fidelidad al rey se pusieron, entre la noche y la madrugada del 2 y 3 de diciembre de 1820, a ordenes de San Martín. Esta es la historia.

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