Para nadie es una novedad que las redes sociales llegaron para quedarse en nuestro mundo cotidiano, y han cambiado totalmente la forma como nos vemos, percibimos, comunicamos, relacionamos y pensamos. En ese sentido, y como hemos comentado anteriormente, uno de los mundos que más se ha revolucionado ha sido el de la música, y especialmente el de la música clásica. De esta manera, se rompieron esos parámetros, muchas veces cerrados y bajo un aura de divismo, en el que sus estrellas eran seres casi mágicos e inalcanzables. Así eran vistos en el pasado Enrico Caruso o Maria Callas.
Esa distancia entre los grandes divos o divas se ha reducido al punto de que los artistas actuales mantienen un contacto fluido con sus fans a través de sus redes. Los invitan a sus conciertos y comparten con ellos sus grabaciones de manera digital. En otras palabras, ya pasó la era en la que uno tenía que sumergirse en las grandes tiendas discográficas en la búsqueda de vinilos, discos o casetes, para probar y descubrir nuevas producciones. Hoy los temas se escuchan en plataformas digitales, y pocas veces llegamos a escuchar un disco completo.
Los artistas, además, han dejado atrás el anticuado arte de considerarse ‘divos’, y mantenerse al margen del público. Eso sería suicida en nuestra época, ya que estaría mal visto. El público exige saber permanentemente lo que hace su artista, en qué ciudad se encuentra, que actividades realiza durante el día, cómo es su familia, quiénes son sus amigos, etc. Es una necesidad de información que depende de cuánto quiera exponerse cada artista.
—De divas a artistas pop—
Dos ejemplos saltan a la vista en este mediatizado mundo de las redes sociales. La soprano Anna Netrebko, quien es considerada como la más importante del momento, alimenta cada día su cuenta de Instagram (@anna_netrebko_yusi_tiago), donde tiene más de medio millón de seguidores. Ahí muestra su faceta más cotidiana, interactúa con su familia, con su hijo, cuenta lo que hace durante sus vacaciones e incluso exhibe los disfraces que usa en Halloween y la ropa que le gusta comprar como amante de la moda. Una parte importante de su actividad en redes son sus “transmisiones en vivo” en la que responde preguntas del público. Lo que hace Netrebko es ya una tendencia en el mundo de la música clásica, en la que cantantes y músicos para conectar con nuevos públicos se asemejan cada vez más a los artistas del pop.
Otra estrella que domina y utiliza sus redes para promocionarse es la virtuosa pianista china Yuja Wang, (@yujawang.official). Sus 134.000 seguidores en Instagram pueden ver sus videos personales en los que comenta sus novedades, presenta extractos de sus presentaciones y promociona nuevas grabaciones y actividades.
—Una nueva Traviata—
También las instituciones, discográficas y centros culturales invierten importantes sumas de dinero para promocionarse en redes y utilizan cada vez más Instagram para promocionar a sus artistas y anunciar sus lanzamientos y sus programas.
Uno de los teatros más importantes del mundo, nada menos que la Ópera Garnier de París, ha comenzado a explotar el tema de las redes sociales en su reciente espectáculo, una adaptación de la ópera La traviata, de Giuseppe Verdi. La trama está actualizada a nuestros días y su protagonista, Violetta Valery, es una influencer, una it-Girl, independiente, que conoce las nuevas tecnologías, además de modelo publicitaria.
Esto lo descubrimos desde el preludio de la ópera, en el que aparecen proyecciones de los post enviados por Valery, quien comparte con sus amigos sus experiencias a través de su smartphone. Esto es, justamente, lo que desata la trama de la ópera, en la que ella, convaleciente, añora sus años de vitalidad, mientras revisa sus redes con nostalgia.
Esta moderna y exitosa producción ha remecido el ambiente cultural de los últimos meses por su fuerza y actualidad y ha conectado con las audiencias actuales. Esta producción puede verse por tiempo limitado, sin costo alguno, a través del sitio web medici.tv.