.
.

Por: Juan Luis Nugent

Timbrada fantasma

Si no te ha pasado, de seguro lo has visto en otra persona: un cosquilleo en la pierna, a la altura del muslo, que activa el reflejo impulsivo de buscar el celular aun cuando este no está ahí. Uno lo atribuye a los hábitos contemporáneos y a la neurosis, pero lo cierto es que podría convertirse eventualmente en un mal crónico llamado ‘meralgia parestésica’ (MP).

Al comienzo puede sentirse como un calambre, similar al que se experimenta cuando se lleva sentado con las piernas cruzadas mucho tiempo. El hormigueo adormece muslos, rodillas, pantorrillas y pies. Pero, en algunos casos, la molestia persiste hasta convertirse en una comezón y un entumecimiento que queman por dentro y a los que nada parece calmar.

Un reportaje de The Daily Beast explica que la MP es frecuente. En Estados Unidos, en donde se estima que alrededor de 140 mil personas la padecen, los casos han aumentado en parte debido al hábito de llevar el celular en el bolsillo delantero. Usar pantalones muy ajustados cuando se hace esto tampoco ayuda, afirma la doctora Sharon Orrange de la University of Southern California en Los Ángeles. Esto se debe a la presión que se ejerce sobre el nervio cutáneo lateral femoral (ese que cuando te lo golpean te hace perder el equilibrio), que queda atrapado bajo mucha presión. Obreros de construcción, policías y personas que cargan cinturones de herramientas pesados sobre el muslo también sufren las consecuencias de ello. “Es como poner una bola de bolos sobre un sándwich”, explica Orrange.

La MP se presenta de distintas formas en cada paciente y sus causas son también muy variadas, lo cual hace que sea difícil de diagnosticar. Algunos médicos, incluso, consideran el malestar como algo sin importancia.

Evitar pasar muchas horas sentado, perder peso y algunos medicamentos pueden ayudar a quien ya padece MP, pero aún falta determinar si se pueden desarrollar tratamientos quirúrgicos más efectivos. Para el resto que no padece el mal, el consejo es más sencillo: sácate el celular del bolsillo cuando estés sentado.

.
.

Pescado valioso
Podría decirse que el atún es víctima de la moda. Hasta inicios del siglo XX, era considerado un pescado inferior por la mayoría de japoneses. Pero, a medida que el sushi se popularizó en Estados Unidos y el resto del mundo, su valoración dio un giro radical. Actualmente, su demanda ha alcanzado proporciones delirantes.

Hace dos semanas, Kiyoshi Kimura, dueño de una cadena de restaurantes japonesa, adquirió un gigantesco ejemplar de atún rojo del Pacífico (Thunnus orientalis) de 278 kilos por poco más de 3 millones de dólares. Es la mayor suma pagada por un pescado en la historia. Esta clase de demanda ha puesto al atún en peligro como lo registra desde 2014 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. El Smithsonian Magazine revela que la población de esta especie se ha reducido en un 3,5 %. La sobrepesca puede ser el gran responsable, pero tus antojos de sushi de atún tampoco ayudan.

.
.

Guerra fría
Mantenernos frescos en la era del cambio climático nos obliga a consumir más agua y electricidad en verano, lo que a su vez contribuye a calentarnos cada vez más. Un estudio llevado a cabo en Singapur evidencia el pasmoso contraste que existe durante el verano entre las poblaciones de mayor y menor ingreso.

Un incremento de tan solo un grado en la temperatura puede hacer que un hogar de pocos ingresos consuma hasta nueve litros de agua adicionales en un día, reporta Science Daily. En las mismas condiciones, aquellos hogares de ingresos más elevados registran un incremento en el consumo de electricidad que equivale a tener funcionando el aire acondicionado dos horas más todos los días.

La mala noticia es que esto no es ni ambiental ni socialmente sostenible. La buena es que para combatir a los negacionistas del cambio climático tal vez solo haga falta apagarles el aire acondicionado.

Contenido sugerido

Contenido GEC