En 1994 Ana Ruzieska llegó al Cusco con solo una mochila en la espalda. “Cuando vi por primera vez la plaza de Armas pensé que esta era la ciudad en la que quería vivir y en la que querría morir”, cuenta. Cuatro años después, en 1998 concretó su mudanza: llegó al Cusco con siete maletas y una energía imbatible —que aún conserva, por cierto— e hizo de esta ciudad su nuevo hogar. Aunque llegó sin expectativas profesionales, en 1999 fue invitada a dictar clases de técnica vocal y repertorio en el Instituto Superior de Música Leandro Alviña Miranda del Cusco. Aceptó. Y ahí empieza esta historia.
¿Sientes que perdiste alguna oportunidad profesional por elegir quedarte en el Cusco?
Cuando me mudé aquí no había cantantes líricos, no estaba aún la orquesta sinfónica y tenía a mi hermano jalándome las orejas porque pensaba que no iba a poder desarrollarme profesionalmente. Pero, mira, 20 años después estoy muy contenta con lo que he hecho a nivel artístico y pedagógico. La pedagogía se transformó en algo más importante que ser cantante.
¿Cómo era la ciudad cuando empezaste a enseñar?
Precaria. El Teatro Municipal no tenía piano de cola. Ahora lo tiene. A mí me da pena que la escuela, que es la más grande de la región sur del Perú, no tenga rango universitario como ya lo tienen Bellas Artes o el Conservatorio de Lima. Cuando empecé a enseñar fui a Argentina y busqué los programas del Conservatorio de mi ciudad. También fui a Lima. Busqué actualizar los planes de estudio. Yo me mudé al Cusco con todo mi material, con mis partituras, y todo está en la escuela.
¿Dirías que el campo lírico y musical ha crecido?
Sí. La gente ya se ha acostumbrado a escuchar cantantes líricos. Al principio, cuando yo cantaba aquí, me preguntaban dónde tenía el micrófono. Me miraban raro. Pero ahora el público está acostumbrado a escuchar voces líricas y el desencadenante creo que ha sido el éxito de Juan Diego Flórez. A eso podemos sumarle el Concurso Internacional de Canto Lírico de Trujillo o el concurso de Radio Filarmonía, donde han participado mis alumnos; y, bueno, hace diez años se creó la orquesta sinfónica de la ciudad.
¿Qué crees que falta para mejorar la formación de cantantes líricos en el Cusco?
Varias cosas. Por ejemplo, es básico que los cantantes tengan cursos de dicción. Un cantante tiene que aprender al menos tres idiomas o la fonética de cada idioma. La fonética es sumamente importante para poder cantar. También hace falta poner énfasis en la práctica escénica, el moverse en el escenario y clases de foniatría (técnica vocal). Igual incluyo esto en mis clases, pues no me sirve de nada tener un cantante bueno en clase si en el escenario no responde. El cantante no se hace en las aulas, se hace en los escenarios.
Como maestra, ¿notas alguna característica particular en las voces cusqueñas?
Las voces en los Andes en general son todas agudas, no hay barítonos, no hay voces graves. Creo que en toda la escuela hay un muchacho que es barítono, pero no es común. Creo que es un poco la conformación física cordal, de las cuerdas vocales.
Tus alumnos en la escuela son de canto lírico. ¿En tus clases particulares también?
En mis clases particulares no solo trabajo con cantantes líricos, sino con cantantes de música popular. Los cantantes populares, más que los líricos, necesitan estar en el escenario hasta cuatro horas cantando, entonces requieren que su instrumento, la voz, les responda. Se han dado cuenta de que haciendo técnica vocal tienen mejor rendimiento, más autonomía. Y yo les enseño a ambos con el mismo cariño.
Más información
Conciertos de Navidad en Cusco
- Primera fecha: El jueves 19 de diciembre, en la catedral del Cusco, Ana Ruzieska cantará como solista con la Orquesta Sinfónica del Cusco en el concierto de Navidad. A las 19:00. Ingreso libre.
- A beneficio: El viernes 20 de diciembre, en la iglesia de Santa Clara, a las 19:00, será el concierto a beneficio del gerontológico San Francisco de Asís.