Desde su aparición el coronavirus, enfermedad respiratoria que nació en la provincia de Wuhan, en China, fue catalogada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como de muy alto potencial epidémico. El 30 de enero, el organismo internacional decretó finalmente emergencia internacional por el brote de coronavirus que ya se está esparciendo en el mundo. A propósito de ello y para saber un poco más sobre los riesgos reales de las epidemias, conversamos con Manuel Loayza, Director General del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del Ministerio de Salud. La unidad a su cargo es la encargada de los procesos de vigilancia de enfermedades: semanalmente monitorean y reportan enfermedades de todo el país. y si encuentran un incremento de casos, ven el tipo de tratamiento y realizan campañas comunitarias.
- En tiempos de movilidad global es muy difícil limitar la propagación de un virus, ¿cuáles son los mecanismos de respuesta que se activan?
Es verdad que el riesgo es alto para todos los países, pero China está haciendo un buen trabajo de contención. Hasta ahora solo el 1.4% de casos de coronavirus detectados han sido fuera de ese país. Claro que las epidemias dependen del tránsito y la actividad comercial de los países y ahora que existen los aviones es cierto que es más fácil la propagación, pero hay protocolos internacionales que se aplican y que los países estamos siguiendo. China está aplicando la cuarentena para prevenir que se propague el coronavirus, y a nivel mundial hay un protocolo sanitario para tratar a los pacientes de riesgo potencial. También tenemos una alerta de detección temprana en el aeropuerto y en los puertos. Cuando se trata de pocos casos, estos se pueden contener de forma hospitalaria, cuando se reporta afectados de forma masiva, comunitaria, se suele decretar reclusión domiciliaria.
-¿Qué es lo que hace que una enfermedad sea potencialmente epidémica?
El potencial epidémico en el caso del coronavirus 2019-nCoV está asociado a que es un nuevo virus, un tipo que no existía antes. Esto genera una alerta: no se conoce su patología y hay que trabajar pronto en investigarlo y conocerlo. Al producir una infección en las vías respiratorias causa tos seca, fiebre y esta puede desencadenar en una insuficiencia respiratoria aguda o en neumonías mortales. Los más vulnerables son los pacientes que tienen control de riesgo, como cáncer o diabetes o inmunosupresión, o los menores de 5 años y mayores de 60. Para considerar una epidemia se tiene que ver su diseminación geográfica. Se habla de un brote cuando se trata de una región geográfica pequeña y de una epidemia cuando trasciende continentes, es global.
-La globalización nos juega para bien y para mal, entonces.
Hay que tener en cuenta que en esta época contamos con tecnología y mayor cantidad de reacción. No es la Edad Media, cuando la Peste Bubónica acabó con 1/3 de la población europea. Hoy es difícil que pase eso, pues estamos en otro momento tecnológico, tenemos información en linea y los equipos de salud e intervención se unen. La globalización ha permitido que tengamos mayor capacidad de respuesta.
-¿Hay regiones en el mundo donde hay mayor riesgo que se desarrollen virus con potencial epidémico?
Históricamente las epidemias nacen en zonas donde hay mucho intercambio comercial y movilidad humana. Las últimas epidemias han sido relacionadas con enfermedades zoonóticas. Una enfermedad zoonótica es aquella que se transmite de forma natural de los animales a los seres humanos. En lugares donde existe mucho comercio animal o donde la convivencia entre animales y hombres es muy cercana, los virus mutan y se adaptan al sistema de los humanos. Por ejemplo, recordemos la epidemia del Síndrome respiratorio agudo grave (SARS) que se expandió en el 2003, estaba asociado a murciélagos, se expandió y mutó. O el síndrome respiratorio por coronavirus de Oriente Medio (MERS) que fue una mutación de un virus que afecta a los camellos y que nació en Arabia Saudita.
-Esos son casos de mutaciones “naturales” de virus que luego se investigan y se controlan o se encuentra la forma de combatirlos, pero es bueno recordar que los últimos años se han reportado brotes de antiguas epidemias como el sarampión o la viruela, hoy controladas gracias a la vacunación. Esto hace evidente el riesgo de los movimientos antivacunas.
Es cierto que en algunos países hay movimientos antivacunas y por esta razón se han reportado brotes que perjudican no solo al paciente, la mayoría de casos niños, sino a todas las personas con las que este puede tener contacto. Las vacunas son importantes porque más allá de la salud personal, son un tema de salud pública. La salud pública implica salud individual, sobre todo cuando hablamos de enfermedades como el sarampión porque un solo enfermo puede contagiar a 15 personas, pues la forma de transmisión es muy sensible. El sarampión es la enfermedad que más riesgo potencial tiene.
-¿El Perú está preparado para prevenir la aparición de epidemia? Pienso, por ejemplo, en enfermedades como el dengue, que suele afectar a las regiones de la selva todos los años y que han pasado de brotes a epidemias más de una vez.
El Minsa hace un trabajo constante de vigilancia. En el caso específico del dengue se hacen campañas de prevención, y si la enfermedad brota, se atiende a los enfermos, se les hospitaliza, se les da tratamiento y se les rehabilita. También trabajamos mucho con la comunidad para que tomen medidas preventivas, vivan en condiciones higiénicas adecuadas y se preocupen por la salud comunitaria. Claro que hay contextos complicados. En Madre de Dios, por ejemplo, hay mucha migración por el tema del oro y de la madera, hay mucha movilidad y mucho problema del agua, pero nosotros trabajamos siempre la prevención comunitaria. Muchas de las enfermedades en regiones tienen que ver con la forma en la que viven las personas más que con descuidos del sistema de salud.
-Hay virus que aparecen, virus que mutan...pero en una época en la que los virus también se producen en los laboratorios. ¿Cómo ve la posibilidad de que se cumpla alguna profecía apocalíptica de esas que nos cuenta la ciencia ficción? ¿Existe la posibilidad que alguna manipulación se salga de control, no?
Eso es posible en cierta medida. Los laboratorios se clasifican por números, del nivel 1 al nivel 4 y los laboratorios nivel 4, los que realizan estas manipulaciones, tienen altos protocolos de seguridad. ¿Podría pasar que haya un brote grande o que el bioterrorismo se aproveche de esto, como sucedió con el caso del antrax? Podría pasar, sí, pero por eso los laboratorios tipo 4 tienen toda la seguridad correspondiente y la medicina siempre trabaja en mejorar su capacidad de respuesta.