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“Quiero sacar a la calle el Centro Cultural”
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“Quiero sacar a la calle el Centro Cultural”

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Tenía pocos días en Lima cuando haciendo un trámite en una empresa de telefonía. Frente al inmenso mostrador, inquiría por implementar la señal de Wi-Fi en su nueva casa. En el trámite le preguntan por la nacionalidad, y él responde tal cual lo dice su pasaporte. Sin embargo, una señora a su derecha, que estaba escuchando todo, lo interrumpe. “Perdone, señor, pero usted no es español”, dice con autoritario acento castizo. “Ah, no, y de dónde soy? Igual todavía no me he enterado”. La mujer, muy seria, como quien denuncia a un impostor, responde: “Tú eres venezolano”.

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Juan Jaime Martínez, nuevo director del Centro Cultural de España en Lima, recuerda la anécdota reciente. La cuenta con la cadencia suave y musical del acento canario. Y más allá de la impertinencia de la señora española que no sabe la riqueza de acentos en su idioma, la confusión no le molesta. Más bien celebra la cercanía y la identificación con este territorio. “De repente, después de que trabaje cinco años aquí, me iré hablando con acento peruano”, comenta divertido.

Martínez fue director adjunto del Centro Cultural de España en Miami entre 1998 a 2003, y asesor de esta institución en Santiago de Chile los tres años siguientes. Luego volvió a casa, en Las Palmas de Gran Canaria, para ser jefe del área de cultura de Casa África durante 18 años, institución que forma parte la red de casas del Ministerio de Asuntos Exteriores, y que sirve de estratégico puente diplomático y cultural entre África, España y Europa. Su nuevo reto: levantar el renovado edificio del Centro Cultural de España en el barrio de Santa Beatriz y recuperar su pasada influencia.

Diseño del Nuevo Centro Cultural de España, que tras las actuales reformas reabrirá sus puertas a mediados de octubre de 2026. (Foto: CCE)
Diseño del Nuevo Centro Cultural de España, que tras las actuales reformas reabrirá sus puertas a mediados de octubre de 2026. (Foto: CCE)

— Elegiste el Perú para dirigir el Centro Cultural de España. ¿Qué te atrae especialmente del país? ¿Cuáles son tus primeras búsquedas?

A mí el Perú me parece fascinante. En 2004, cuando viví en Santiago, cogí mi mochila, tomé un avión y me fui hasta Arica. Crucé caminando la frontera y seguí rumbo a Arequipa y Cusco. Cuando mi grupo de amigos dijo para seguir a Lima y estar unos días, lo pensé. “Me van a meter en una capital de 10 millones de habitantes, ni loco”, dije. Y preferí cruzar el lago Titicaca. Estaba muy a gusto viviendo aquella aventura. Y me quedé sin conocer Lima. Por eso, cuando me pidieron optar un destino para dirigir el CCE, Perú estaba en mis primeras opciones. Lima se me había quedado como un pendiente. Y quiero seguir conociendo. Creo que podemos hacer un montón de cosas.

— Desde el 2008, el año de la crisis, el centro cultural retrajo su actividad por serios recortes de presupuesto. Pero sus directores siempre tuvieron impulso e imaginación para que la institución se mantuviera activa y presente. Sin embargo, la última gestión del centro, supuso un repliegue mucho mayor. Tanto que hoy podemos hablar de una pérdida de trascendencia. ¿Tienes algún balance de los últimos tiempos del Centro Cultural?

Asumo esta nueva misión con mucha ilusión, pero también con mucha responsabilidad. Creo que se ha hecho un trabajo interesante. Desde mi punto de vista, creo que el CCE en Lima está bien posicionado en la ciudad. Pero si bien se ha hecho un buen trabajo, vengo con mi propia receta. Y mi equipo lo sabe. Incluso, internamente, soy un poco revolucionario. Me formé en el ámbito de la diplomacia pública y cultural, y una de las cosas que aprendí en estos 18 años en Casa África fue trabajar con otros, desde la amabilidad, desde el entendimiento, creando redes. Para tener éxito, hay que trabajar de forma colaborativa con las instituciones locales, públicas o privadas, y con la sociedad civil. Los colectivos culturales, por supuesto, tienen que ser una prioridad. Cuando llegué, lo primero que hice fue conocer al equipo y que ellos conocieran mi forma de trabajar. Yo tomo las decisiones con ellos, escuchándolos. Esa será mi línea de trabajo: Trabajar con los demás y fortalecer un puente de creatividad entre Perú y España.

— En los últimos años, las actividades del CCE estaban dirigidas a colectivos muy precisos. Pero pocas actividades había dirigidas a públicos más amplios. Pienso, por ejemplo, cómo los recientes centenarios de artistas como Tapiés o Chillida pasaron desapercibidos para la institución. ¿Cuál será la nueva política cultural?

Uno de los grandes proyectos será la futura biblioteca del Centro Cultural de España. Tiene que ser un punto importante en ese cambio.

Por cierto, corría el rumor de que la gestión anterior iba a desmantelarla.

Ahora mismo estoy trabajando en el diseño de lo que será la futura biblioteca, adaptada a los nuevos tiempos, donde más allá de nuestra magnífica colección bibliográfica, podamos ofrecer algo más y diferente: una biblioteca viva que sirva de espacio de encuentro, reflexión y debate. Quiero sacar a la calle el Centro Cultural. No quiero que sea solo un espacio para exposiciones, conciertos o charlas. El nuevo espacio se adaptará a los nuevos tiempos.

— ¿Qué posibilidades ofrecerá el nuevo local?

Dentro de la misión de los centros culturales está la difusión de la cultura española, pero la mayor parte de nuestro trabajo es servir de espacio para los artistas locales, para exhibir sus trabajos. Pero mi idea va más allá: quiero que el Centro Cultural sea un centro de creación conjunta España-Perú. Ahí quiero ser innovador. Quiero generar nuevos formatos.

— ¿Y qué espacios se proyectan?

Luego de adquirir el primer bloque del edificio, posteriormente se sumó el anexo, que se encontraba en desuso. Esa parte nueva se va a rehabilitar. Solo se conservará la fachada y la torre, todo lo demás será nuevo. Tendremos un auditorio completamente nuevo, adaptado a las nuevas realidades. Ese anexo inmenso será un espacio de coproducción y encuentro, donde la gente pueda disfrutar de la lectura, más allá de sentarse en una mesa de biblioteca. Habrá espacios donde colectivos puedan reunirse y trabajar. Será un centro más abierto y dinámico.

— ¿Qué temáticas le interesa fortalecer?

Por mi vínculo con África, la afro diáspora es un tema que quiero fortalecer mucho aquí, trabajando con colectivos de afrodescendientes. El tema medioambiental hay que fortalecerlo muchísimo también. Por supuesto, el tema indígena. También queremos generar un programa educativo dentro del CCE que permita el acceso a la cultura a los más pequeños. Mi idea es empezar por los centros educativos más cercanos a nuestra sede en Santa Beatriz y luego ir extendiéndolo. Quiero que todas las singularidades del país estén presentes. Y quiero fortalecer el puente entre Perú y España, fomentando la creatividad conjunta y la movilidad entre artistas españoles y peruanos, porque creo que el viaje tiene que ser de ida y vuelta. Si no, no tendría sentido.

— Quería preguntarte por los presupuestos de la institución. ¿Siguen los recortes?

Los recursos siempre son escasos. Te puedo contar mi experiencia en Casa África. En el año 2007, la casa nació con un presupuesto de 7 millones de euros. Y solo el presupuesto para el área de cultura y educación era de 1.900 000 euros. En 2012, me llegó una nota de Madrid, diciéndome que habría un recorte presupuestario brutal: de 7 millones se reducía a dos millones. Y para el área de cultura, solo 120 mil. “¿Y ahora qué hago?”, pensé. Ahí aprendí mucho. Tenía que reinventarme. Toqué mil puertas para vender bien mi producto. Me hice un experto en crear redes de contacto y amistades. Aprendí que el trabajo en solitario no tiene sentido. Por eso hay que innovar en la programación del centro cultural, adaptarnos a los nuevos tiempos. Hay que trabajar con otros, escuchar a otros, dialogar, unir recursos y voluntades, siempre desde la amabilidad, desde el entendimiento para que el impacto sea mayor. Al final, la cultura es un motor de desarrollo que ayuda a mejorar nuestras vidas, nuestro entorno, nuestras sociedades.

Además…

El Centro Cultural de España participa también de los preparativos del X Congreso de la Lengua con la muestra “El Prado en las calles”, que se inauguró el pasado viernes 10 de octubre, en la céntrica plaza San Francisco. El CCE apoyó a los técnicos del icónico museo madrileño. 

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