Enrique Planas

Aquel 17 de febrero de 1904, en el Teatro de La Scala, el estreno de “” fue un desastre. El público de Milán reaccionó negativamente, abucheando a Cio-Cio-San, la geisha enamorada del oficial Pinkerton de la Armada estadounidense. Giacomo Puccini, afectado por este revés, reescribió con prisa una partitura que combinaba tradiciones italianas, japonesas y estadounidenses. Cuatro meses después, la segunda versión montada en Brescia, 100 kilómetros al este, fue un éxito.

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En el Teatro Municipal de Lima la obra se estrenó en 1916. El Comercio dió cuenta del arribo al Callao de la compañía italiana Salvati, en los vapores Cachapoal y Huasco al Callao, provenientes de Santiago de Chile. Entre el amplio repertorio a interpretar se anunciaba una obra nueva para Lima, “Madame Butterfly” de Giacomo Puccini.

Sobre la leyenda de la mala suerte del estreno, el maestro Ernesto Palacio, director del Festival Alejandro Granda que la presenta a fines de abril en el GTN, nos recuerda que no fue el único caso en que una ópera no gustara a la primera, recordando otros estrenos desafortunados como “El Barbero de Sevilla” o “La traviata”.

Maria Callas en el papel de Cio-Cio-San, en el ensayo de la Civic Opera House de Chicago, en 1955. (Foto: Getty Images)
Maria Callas en el papel de Cio-Cio-San, en el ensayo de la Civic Opera House de Chicago, en 1955. (Foto: Getty Images)
/ Bettmann

— En noviembre pasado conmemoramos el centenario del fallecimiento de Puccini. ¿Fue una de las primeras estrellas de la música como hoy día las entendemos?

Cada uno vive en su momento. Puccini es el último gran compositor. Nació en un tiempo donde ya había grandes medios de comunicación, a diferencia de otros maestros como Verdi o Rossini, famosos en su época, pero sin aquella cobertura mediática ni tal publicidad. La época de Puccini es distinta. Aborda otros argumentos y llama el interés de otros públicos. Triunfa en Estados Unidos con “La fanciulla del West”, “Turandot” o “Madame Butterfly”. Sabía cómo llegar a otras civilizaciones, con otras costumbres. Así logró tener la amplitud de aceptación universal que no pudieron tener sus antecesores.

— ¿Cuán innovador fue Puccini?

Comencemos por el bel canto, el periodo en el que reinó Rossini. Influyó en muchos compositores, como Bellini, Donizetti y el mismo Verdi, que presentan sus óperas también en París. De allí llega Puccini, con un estilo totalmente distinto. ¡Fue como imponer el estilo de Broadway! Entra en la ópera con la melodía, rompiendo con la tradición anterior. Poco a poco el público valora las innovaciones del autor moderno, que reniega de escribir bien la música, pero creando un nuevo estilo. Yo me hago siempre esta pregunta: ¿Por qué al final de La Bohème, cuando el tenor grita que Mimì está muerta, todo el mundo llora? ¿Y cuando muere Violetta en La Traviata nadie suelta una lágrima? Verdi es seco. Nos toca, pero por dentro. En Puccini, el sentimiento es inmediato.

— ¿Alcanzar los 20 años del Festival Granda da para un argumento de ópera épica?

¡Es muy difícil! Cada año nos persignamos antes de empezar a planear todo. Existen dos modos de hacer funcionar la ópera: el método europeo y el método americano. El primero tiene que ver con un Estado que apoya directamente la actividad teatral, que financia la programación de teatros grandes y chicos. El modelo americano es aquel en que el Estado no da nada a los teatros, pero permite a los mecenas descontar de sus impuestos los auspicios. De hecho, el apoyo que se da al MET, es millonario. ¿Qué pasa en el Perú? Ni uno ni otro. Nadie ayuda. Hay que buscar con lupa las empresas que buenamente quieran ayudar. ¿Qué cosa reciben a cambio? Algunos boletos y su marca en el programa de mano. Es poco lo que se puede dar. Buscar algún que otro sponsor y confiar en la taquilla. Si queremos hacer ópera con un buen nivel, eso cuesta.

— Usted es superintendente del Festival de ópera de Pésaro. ¿La incertidumbre actual en Europa atenta contra este apoyo a la cultura?

¡Por supuesto! Te hablo del caso italiano: el gobierno actual de derecha no ve la cultura como algo primordial. Y este año ya empiezan a sentirse los recortes en sanidad, educación y cultura.

— ¿Podemos decir que ya nos hemos recuperado de la crisis de público que experimentaron en el mundo los espectáculos masivos con la pandemia?

Digamos que el 2020 fue un año terrible para la ópera. Y a partir de entonces comenzamos un trabajo para recuperar al público. La gente perdió la costumbre de salir, por no hablar de la afectación en sus bolsillos. En Pésaro, hemos terminado el 2024 con logros muy importantes, al ser declarada Capital Italiana de la Cultura. Hicimos la programación más grande en nuestra historia y hubo mucho público. En el resto de Italia, las programaciones han alcanzado el nivel previo a la pandemia del COVID.

EL DATO

• La puesta en escena de Madama Butterfly estará a cargo del director italiano Davide Garattini, y la dirección musical liderada por Andrea Foti.


• El rol de Cio-Cio-San será interpretado por la destacada soprano uzbeka Barno Ismatullaeva, quien ha encarnado este personaje con gran éxito en escenarios como el Teatro Real de Madrid, el Teatro Regio de Turín y la Ópera de Leipzig. La música estará a cargo del Coro y la Orquesta de Sinfonía por el Perú.


• Las funciones se llevarán a cabo en el Gran Teatro Nacional los días 27 y 29 de abril, y 2 de mayo. Entradas en Teleticket.

Madama Butterfly es una ópera en tres actos del compositor italiano Giacomo Puccini. (Foto: Getty Images)
Madama Butterfly es una ópera en tres actos del compositor italiano Giacomo Puccini. (Foto: Getty Images)
/ David Lees

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