Código transformado en arte
Código transformado en arte
Luis Wong

Casey Reas era un estudiante de posgrado en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) cuando comenzó a trabajar en un nuevo lenguaje de programación que permitiera unir el mundo de la tecnología con el arte. Este lenguaje debería tener una sintaxis que cualquiera pudiera entender y cuyos resultados fueran inmediatos: una línea de código bastaría para crear una figura geométrica y solo se necesitaría teclear otra línea de comandos para crear una interacción con ella. Reas pensaba mantener el mismo flujo de trabajo que tienen los artistas visuales, quienes comienzan con una idea en la cabeza y hacen un boceto rápido en un cuaderno para luego llevarlo al lienzo. El lenguaje que Casey Reas y Ben Fry crearon en 2001 se llama Processing,  y es actualmente una de las piedras angulares del arte generativo, cuya práctica se basa en la utilización de un sistema de reglas para crear obras de arte generadas por computadora.
     A diferencia del arte convencional, donde el artista es el creador absoluto de la obra, en el arte generativo (o GenArt) él es solo un coautor junto con el sistema. El artista se encarga de crear las reglas y de elegir la versión final de acuerdo a su gusto. Por ejemplo, en el caso de una pieza musical generativa, decide si se utilizarán notas agudas o graves, cuál será la velocidad de la obra o en qué escalas será compuesta. Crea este sistema en un programa, lo ejecuta y obtiene de vuelta una composición inédita que se ciñe a todos los parámetros que eligió. El artista puede descartarla y volver a empezar, o cambiar alguna de las reglas para variar el tono de la obra hasta que esté satisfecho. Es un proceso interactivo que se inicia y termina en una idea a partir de un diálogo entre el artista y el sistema. Mientras que la programación es una disciplina racional y lógica, el arte se basa en la subjetividad y en las emociones. El arte generativo busca ser el punto medio entre ambos: toma un sistema lógico y lo utiliza para crear resultados inesperados que tengan capacidad de emocionar. 


La creación infinita
La idea de crear un sistema y generar obras derivadas de él no es nueva. En el siglo XVIII Wolfgang Amadeus Mozart creó un juego en el que a partir de una tirada de dados elegía secciones de una extensa partitura musical y producía una composición 
inédita. En los sesenta, el novelista William S. Burroughs creó tres novelas experimentales llamadas "The Nova Trilogy" compuestas por extractos que elegía al azar de una serie de manuscritos que había publicado antes. Los sistemas capaces de generar arte también se encuentran en la naturaleza. Los fractales, aquellas figuras geométricas basadas en la repetición de sí mismas y que pueden originar imágenes sublimes, pueden crearse en una computadora, pero también las encontramos en el caparazón de un caracol, en los copos de nieve o en los helechos. Hoy el insumo del arte generativo pueden ser también los datos. A partir de estadísticas reales sobre un hecho histórico o un patrón de consumo, un sistema puede convertirlas en figuras geométricas, notas musicales o animaciones. Los artistas se apoderan del lado frío de una cifra para convertirla en una imagen con sentido.
     El arte generativo puede ser también una incursión inicial en la programación. Processing, el lenguaje creado por Reas y Fry hace más de una década, es utilizado en universidades de todo el mundo como el primer lenguaje de programación que se enseña en carreras de Arte y Diseño. A diferencia de otros lenguajes y entornos, en donde hace falta escribir varias líneas de instrucciones para lograr una respuesta del sistema, en Processing solo bastan unas cuantas y presionar un botón para tener una figura en la pantalla. Uno también puede descargar de Internet ejemplos que la comunidad de artistas ha puesto a disposición para, motivados por ellos, crear obras propias. Programar no es conocer de memoria una gramática lógica que alguien ha inventado, sino una oportunidad para entender cómo funciona una computadora y usarla como un medio de expresión. John Maeda, el aclamado diseñador gráfico que inspiró el trabajo de Reas y Fry y que es conocido por sus leyes de la simplicidad, creía que el diseño solo podía avanzar en la medida que existan artistas interdisciplinarios que sean capaces de encontrar una relación entre el arte y la tecnología. Que salgan de su zona de confort y comiencen a experimentar.


Descargue los softwares Processing, 
Pure Data, vvv y openFrameworks, y cree también arte generativo:



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