
“El esquema fenicio” de Wes Anderson: en el nombre del padre
Resumen generado por Inteligencia ArtificialYa son más de 20 años que sus seguidores y detractores viven enfrascados en esta discusión: ¿está haciendo Wes Anderson la misma película una y otra vez? Su fórmula parece tan bien pauteado y predecible que hasta en Instagram y TikTok se viralizan cientos de videos que emulan su estilo: decorados sofisticados, colores pasteles, encuadres simétricos o el ‘travelling’ como movimiento de cámara predilecto. Sus temas también son recurrentes: familias disfuncionales, personajes agobiados por su pasado y un humor melancólico que fascina a la cinefilia más hipster imaginable.
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En resumen: es cierto que las últimas películas del cineasta estadounidense se parecen mucho entre sí, pero no todas pueden meterse en un mismo saco, pues sus resultados han sido dispares. Algunos de sus trabajos lucen más inspirados y otros han sido francamente decepcionantes. El más reciente, “El esquema fenicio”, se ubica en el primer grupo. Es una película que vuelve a servirse de los elementos ya mencionados, pero que triunfa al momento de conmover y divertir de forma equilibrada, con un guion preciso y una estructura inteligente.
Cuenta la historia del magnate Zsa-Zsa Korda (Benicio del Toro), cuya vida es blanco de constantes ataques e intentos de asesinato por parte de sus enemigos. Frente a esa situación límite, Korda buscará heredar su fortuna a su hija Liesl (Mia Threapleton). El problema es que la muchacha está a punto de consagrarse como monja y el millonario encargo parece ir en contra de sus convicciones religiosas.
"La actuación de Benicio del Toro es lo mejor de la película. Su personaje es cínico y carismático a la vez, lleno de matices".
La actuación de Del Toro es lo mejor de la película. Su personaje es cínico y carismático a la vez, lleno de contradicciones e ironías, y probablemente una de las figuras paternas mejor perfiladas por Anderson desde el inolvidable Royal que interpretó Gene Hackman en “Los excéntricos Tenenbaum”. La joven Threapleton también destaca con su gesto impávido y misterioso; y completa el trío protagónico principal un Michael Cera que no se limita a hacer de sí mismo (como en tantos otros casos), sino que le suma matices a su muy divertida interpretación.
Del resto del nutrido elenco quizá no pueda decirse lo mismo ni resaltarse a alguno en particular, pues aquí se repite otra tendencia del director: una sobreacumulación de estrellas y caras conocidas que si bien a primera vista puede ser bastante atractiva, termina restándole profundidad a cada personaje, debilitando su consistencia dentro del reparto en pleno.
Sobre el montaje episódico de “El esquema fenicio” podemos afirmar que funciona correctamente, concatenado a la manera en que más le gusta narrar a su creador. Pero si hubiera algo que rescatar en especial, eso serían los pasajes de onírica alucinación, filmados en hipnótico blanco y negro, que deben contarse entre las imágenes más bellas, intrigantes, seductoras de su ya amplia filmografía. Hechas las sumas y restas, la evaluación esta vez es aprobatoria.
Calificación: 3.5/5