Lucrecia Borgia: Hija de papa
Lucrecia Borgia: Hija de papa

Los Borgia ocupan un puesto alto en la lista de familias de ‘villanos’ más renombradas en la historia. Cada época produce una cosecha de libros, biografías, series de televisión, películas, óperas y estudios sobre ese clan de “intrusos españoles” que llegaran al tope del poder durante el Renacimiento italiano. Unos, para demostrar que su mala fama es infundada y producto de rumores por parte de los enemigos de Cesare, el irascible hermano de Lucrecia; o de su padre, el intrigante Rodrigo, que se convirtiera en el papa Alejandro VI. Otros, para agregar algún dato más a la larga lista de crímenes y oscura reputación. Esa dicotomía ha sido imán irresistible para muchos autores que trataron de desentrañar el misterio, desde W. Somerset Maugham a Mario Puzo, pasando por Dumas, Victor Hugo, Donizetti, Rafael Sabatini, entre otros, y sin olvidar dos recientes series de TV. 
     Entre todo el adulterio, sobornos, incesto, asesinatos y despiadado deseo de poder que se les atribuye a los Borgia, Lucrecia aparece como la villana favorita de la Italia renacentista. Una presunta envenenadora de maridos, que mantuviera relaciones incestuosas con su padre y hermano, que miraba con gusto cuando este último usaba campesinos desarmados como blancos de tiro de sus flechas. ¡Calumnia!, han dicho muchos historiadores a través de los tiempos. Las historias, sin embargo, persisten. El más reciente esfuerzo viene del premio Nobel de Literatura de 1997, dramaturgo, director de teatro, cómico y pintor italiano Dario Fo, quien a los 89 años publica "La hija del papa", su primera novela, que recrea la vida de Lucrecia Borgia —quien fuera señora de Pesaro y Gradara, duquesa de Ferrara, Módena y Reggio y princesa de Salerno— y los tiempos turbulentos en que vivió. El resultado es “una labor de amor”, un retrato tridimensional muy sentido que intenta reemplazar los rumores más extravagantes con admirable humanidad y mostrar una Lucrecia que es devota esposa e hija, amante de la cultura y patrona de los pobres y los oprimidos. No solo un peón o chivo expiatorio sino una mente política aguda en su propio derecho, capaz de enfrentarse al mejor (y al peor) de los hombres.
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Fo comienza su libro con un rápido preámbulo histórico sobre la casa de los Borgia hasta el día de 1492 cuando Rodrigo se convierte en el papa Alejandro VI y debe dar la noticia a sus hijos. Entre monografía histórica y novela, el escritor va cosiendo escenas de momentos privados en el marco de acontecimientos históricos. La hija del papa incluye bellas ilustraciones hechas también por el autor, quien describe su trabajo como “una búsqueda de la verdad”. Aquí Lucrecia se preocupa por los pobres, defiende al injustamente acusado y llega a organizar un ejército para ayudar a Cesare. Al mismo tiempo esta supuesta mujer fatal logra hacerse querer por quienes la conocen. Un caballero francés la llama “una perla en este mundo”; su cuñada Isabella d’Este, un “ángel”; su suegro moribundo le dice: “Has sido una de las mayores alegrías de mi vida”. 
     Nacida en Roma, Lucrecia tenía 12 años cuando su padre, el cardenal español Rodrigo Borgia fuera elegido papa para reinar de 1492 a 1503. Sus hermanos Giovanni, Cesare y Goffredo eran adolescentes. No era infrecuente en aquella época que los papas tuvieran hijos. El celibato significaba renunciar al matrimonio no a relaciones sexuales. Como cardenal, Rodrigo Borgia había sido un eficiente administrador de las finanzas del Vaticano, pero su elección al papado dio lugar a profundos resentimientos por parte de sus colegas italianos, particularmente el poderoso cardenal Giuliano della Rovere, quien lo sucediera en 1503 como el papa Julio II y quien fuera instigador principal en la campaña contra la reputación de los Borgia.

Libro: Lucrecia Borgia, la hija del papa
Autor: Dario Fo
Editorial: Siruela
Páginas: 274
Precio: S/. 84

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