Remitente: Martín Adán
Remitente: Martín Adán
Andrés Piñeiro

"Martín Adán. Cartas escogidas" recoge la correspondencia que se encuentra en la Colección Martín Adán de la PUCP, que va desde inicios de la década de 1960 hasta mediados de la de 1980. Como compilador, me he permitido seleccionar las misivas que aclaran algún aspecto de la vida y la obra del poeta. Así, tenemos la breve correspondencia sostenida con Luis Alberto Sánchez, líder aprista, maestro de Adán en el Colegio Alemán y en la Universidad de San Marcos, quien escribiera los prólogos a "La casa de cartón" y a la tesis doctoral de nuestro poeta "De lo barroco en el Perú", que nos revela una intensa amistad no exenta de malentendidos. En una carta dirigida por Adán a Sánchez, del 6 de diciembre de 1970, leemos: “Volvamos al tuteo constitucional nuestro. Ya te desahogaste tú y ya me desahogué yo: somos dos peruanos inteligentes —yo más que tú por si aca [sic]— y ya pasó el lío y dejémonos de cojudeces”. Este tono acompaña muchas de las cartas seleccionadas.

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Entre la correspondencia sostenida con los estudiosos de su obra, destaca la que tuvo con Celia Paschero, Hubert Weller, José Miguel Oviedo y Aurelio Miró 
Quesada. Paschero era una escritora argentina, colaboradora de Borges por aquel entonces, quien se encontraba de paso por Lima buscando material para elaborar un estudio sobre la poesía latinoamericana contemporánea. Por tal motivo, envió el 10 de mayo de 1961 esta tierna carta al poeta: “Mi querido Martín Adán, sé que todo este asunto puede resultarle muy fastidioso. Pero, en nombre de la simpatía que nos unió en cuanto nos conocimos, en nombre del cariño que yo le tengo, en nombre de mi profunda admiración por Ud., por favor, acceda a mis ruegos. Deje Ud. de lado toda su bohemia o vuélquela íntegra en lo que me escriba y, con mucho humor, hábleme de Ud. ¿Lo hará?”. Martín Adán contestará con un notable poemario, "Escrito a ciegas. Carta a Celia Paschero": “¿Quieres tú saber de mi vida?/ Yo solo sé de mi paso/ De mi peso/ De mi tristeza/ Y de mi zapato… Si nací, lo recuerda el año/ Aquel de quien no me acuerdo/ Porque vivo, porque me mato… Si quieres saber de mi vida/ Vete a mirar al mar”. A mi juicio, se trata de la correspondencia más fructífera sostenida por 
nuestro autor.
      El investigador norteamericano Hubert P. Weller fue autor del estudio bibliográfico más importante sobre Martín Adán. Vino al Perú en más de una ocasión. En su última estancia, hacia 1970, Martín Adán no pudo recibirlo en la clínica psiquiátrica de Magdalena donde se hospedaba. Weller incluso estuvo aguardando durante toda una tarde frente al nosocomio con la esperanza de verlo siquiera asomarse por alguna ventana. Regresó a su país dejándole una pregunta desgarradora a Juan Mejía Baca: “Dígame la verdad, don Juan: ¿Martín Adán existe?”.
     El destacado crítico José Miguel Oviedo fue el responsable de la primera edición de la obra poética de Martín Adán publicada por el INC. En la carta del 17 de octubre de 1971, que el poeta envía al crítico a propósito de la publicación, hay un dato de capital importancia: el pedido de exclusión del famoso poema “Aloysius Acker” de dicha edición. Escribe Adán: “Seré breve: insisto en la exclusión del ‘Aloysius Acker’, que es un poema simbolista y hechizo que apenas entendería yo mismo si lo recordara y que no sé cómo ni por qué mano ha ido a parar a la Biblioteca Nacional —me he enterado de ello por la bibliografía que trae Bendezú en su excelente libro sobre mi poética—. Poética es oficio y se ha de relabrar en todo”. Apenas unos años después de la publicación de su obra poética reunida, en una entrevista realizada por Oswaldo Chumbiauca en 1978, el poeta declarará enfáticamente a propósito del mencionado poema, que ha suscitado las diversas opiniones entre los estudiosos: “Yo no recuerdo los textos del ‘Aloysius Acker’. Me dicen que en la Biblioteca Nacional se conservan textos poéticos con ese título. Esos poemas no son míos. No sé cómo llegaron allá”. En esta edición de las cartas de Martín Adán se ofrece la breve correspondencia sostenida entre Oviedo y Adán sobre este poema, que podría ayudar a su elucidación definitiva.
     Finalmente, quiero destacar el intercambio epistolar entre Adán y Aurelio 
Miró Quesada Sosa, director de la Academia Peruana de la Lengua, del diario "El Comercio" y rector de la Universidad de San Marcos, el cual llama la atención por más de un motivo. Martín Adán, en la década de 1970, atravesaba uno de los periodos de reclusión más intensos de su vida. Sin embargo, en pleno aislamiento, se tomó un tiempo considerable no solo para adherirse a la postulación de sus amigos o colegas —como Javier Sologuren, Luis Alberto Sánchez, Alberto Escobar, entre otros— a la Academia de la Lengua, sino también para estar atento al destino de sus adherencias.

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Un trabajo de creación nos permite acercarnos a la capacidad de su autor, a sus intereses, a su visión del mundo, pero no a su vida íntima, a las “afinidades electivas” que motivaron, en alguna medida, su obra creativa. Por ello, hurgamos en diarios, entrevistas, correspondencia, anécdotas alguna pista que nos revele la estructura oculta del verso y la prosa. "Martín Adán. Cartas escogidas" es el conmovedor testimonio de amistades inquebrantables, de la total confianza depositada en ciertas personas, de la biografía esencial del propio autor, de los frutos de un intercambio epistolar que ve en las palabras del creador el punto inicial de una exégesis reveladora.

Título: Martín Adán. Cartas escogidas
Compilador: Andrés Piñeiro
Editorial: Fondo Editorial PUCP
Páginas: 175
Precio: S/.35.00

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