De izquierda a derecha: Bob Dylan, Jeff Lynne, Tom Petty, George Harrison y Roy Orbison, miembros de The Traveling Wilburys. [Foto: Web oficial]
De izquierda a derecha: Bob Dylan, Jeff Lynne, Tom Petty, George Harrison y Roy Orbison, miembros de The Traveling Wilburys. [Foto: Web oficial]


“Para mí, si hubiéramos planeado los Wilburys o alguien hubiera querido formar una banda con estas personas, nunca habría pasado.
Hubiera sido imposible. Todo ocurrió mágicamente, se dieron las circunstancias. Quizá esa noche había luna llena o algo así”. Emoción y calidez transmitían las palabras que usaba Nelson Wilbury para recordar el origen de un supergrupo que marcaría el panorama musical de fines de los ochenta, gracias al talento y la frescura de sus cinco miembros, todos célebres y extraordinarios, aunque los nombres consignados en su primer álbum —Vol. 1— parecieran no dar mayores pistas: el mencionado Nelson Wilbury estaba acompañado por Otis Wilbury, Lefty Wilbury, Lucky Wilbury y Charlie T. Jr.

     Muchos despistados deben haberse preguntado tras escuchar su primer single, “Handle with Care”, si alguna de aquellas voces le era conocida. “We’ll bury ‘em in the mix” fue la frase de Nelson en referencia a los sonidos filtrados por un equipo defectuoso en un disco anterior. Esos errores serían enterrados al momento de realizar la mezcla final. La broma We’ll bury/Wilbury persistió una vez reunidas las cinco energías vitales y le dio nombre a The Traveling Wilburys: el ex-Beatle George Harrison (Nelson); Jeff Lynne (Otis), líder de Electric Light Orchestra; Roy Orbison (Lefty), la gran voz que brilló en los sesenta con temas como “Pretty Woman” o “In Dreams”; el colosal Bob Dylan (Lucky); y Tom Petty (Charlie T. Jr.), protagonista de la escena musical norteamericana junto a su banda, The Heartbreakers.

     “Pienso que este podría ser el último viaje por el país... No quiero pasar mi vida en la ruta”, declaró Petty hace unos meses a
Rolling Stone. El músico, que estaba próximo a cumplir 67 años el 20 de octubre, deseaba seguir haciendo canciones pero detener las giras, pues iba a darle más tiempo a su pequeña nieta. Su corazón, hablando en términos de voluntad, quería continuar la gira por los 40 años de su banda, que aún tenía pendiente un gran cierre en Nueva York.
Sin embargo, su corazón, hablando en términos físicos, decidió que el viaje que Tom Petty venía realizando con la música desde inicios de los setenta y que le había significado más de 80 millones de discos vendidos en todo el mundo debía terminar.

    Pero en mayo de 1988, cuando devolverle a George Harrison la guitarra que había dejado en su casa le significó integrarse a este quinteto de estrellas, Petty se sentía más vivo que nunca. Acababa de grabar el buen Let Me Up (I’ve Had Enough), junto a los Heartbreakers; y Full Moon Fever, su primer disco solista y joya absoluta de la década, estaba en camino. En el primero cantó un tema junto a Bob Dylan, “Jammin’ Me”; y el segundo álbum tuvo a Jeff Lynne como productor, además de colaboraciones de Harrison y Orbison. Petty tenía 37 años y siete discos editados, pero los Traveling Wilburys fueron uno de los momentos más significativos de su carrera: el Vol. 1 llegó a ser triple disco de platino y obtuvieron el Grammy por mejor interpretación grupal. Aún hoy son una banda de culto.

Traveling Wilburys grabó dos discos como grupo, pero cada miembro colaboró en proyectos en solitarios de los otros [Foto: Web oficial]
Traveling Wilburys grabó dos discos como grupo, pero cada miembro colaboró en proyectos en solitarios de los otros [Foto: Web oficial]

                                              —American Boy—
Tras editar el exitosísimo Cloud Nine, George Harrison se juntó con Jeff Lynne, productor de aquel disco, y con Roy Orbison, con quien mantenía una cercana amistad desde los días en que había girado junto a los Beatles. En medio de la cena, les propuso que lo ayudaran a armar la canción que necesitaba, y recordó que su amigo Bob Dylan tenía un estudio en su casa. Gracias a la guitarra pendiente antes mencionada, y a su amistad con el resto del grupo, apareció Tom Petty. La suerte estaba echada.

     “Me gustan tanto estos tipos que podría quedarme sentado horas escuchándolos”, dijo él en el documental The True History of The Traveling Wilburys, del 2007. Los nueve días que pasaron en la cabaña de Dave Stewart, productor y exintegrante de Eurythmics, componiendo el disco al ritmo de una canción diaria —ante la presión de saber que Dylan iniciaba una gira programada desde mucho antes, al final del plazo—, fueron extraordinarios, intensos, magia pura. “Este disco ha sido lo mejor que me pasó en la vida”, dijo Orbison, quien casi no pudo disfrutar el éxito pues falleció de un infarto poco después del lanzamiento, en diciembre de 1988. A él, como a Petty, su corazón también lo dejó a mitad de camino. Harrison partiría en noviembre del 2001.

    El pasado 25 de setiembre, el aparentemente incombustible Tom Petty dio su último show en el Hollywood Bowl, como parte de la gira por los 40 años de los Heartbreakers. En YouTube puede vérsele cantando su poderosa canción “American Girl” en perfecto estado.
Un final abrupto, como el decidido por su corazón traicionero el último 2 de octubre, era insospechado.

    En el video de “End of the Line”, el primero que prepararon los Wilburys tras el éxito arrollador de su disco de 1988, una mecedora fue ocupada con la fotografía y la guitarra de Roy Orbison. Si ese video se grabara hoy, solo Jeff Lynne y Bob Dylan ocuparían sus sillas, pero las otras tres, qué duda cabe, no solo se seguirían meciendo. Continuarían estremeciendo.

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