Polémica y expectativas sobre el incremento de la inversión en el sector Cultura. [Ilustración: Manuel Gómez Burns]
Polémica y expectativas sobre el incremento de la inversión en el sector Cultura. [Ilustración: Manuel Gómez Burns]
Jorge Paredes Laos


Los primeros días de enero del 2017, las calles de San Juan de Lurigancho estuvieron movidas. Diversos colectivos de artistas locales se alistaban para celebrar el medio siglo de vida de este distrito, el más grande del Perú, y cuya población supera el millón de habitantes. Durante la noche del 13 de enero, en medio de los festejos, lo que hasta entonces era solo una idea de algunos entusiastas activistas fue haciéndose realidad: iniciar una campaña nacional para lograr que se destinen mayores recursos del presupuesto público al sector cultural.

Así nació Más Cultura Más Perú, una especie de cruzada ciudadana impulsada por diversos colectivos de artistas, profesionales y gestores que buscan convencer a tirios y troyanos que invertir en cultura no solo es rentable en términos económicos, sino también necesario en aspectos sociales. Es decir, que no existe mejor antídoto contra la violencia, la corrupción, la discriminación y la ausencia de valores democráticos que el desarrollo del arte en sus distintas manifestaciones.

El caballo de batalla de esta campaña es lograr que el 1 % del presupuesto nacional sea destinado al sector Cultura, de acuerdo a las recomendaciones de la Unesco. El quid del asunto es que esta propuesta, que se ve muy bien en el papel, está lejos de ser posible: desde su creación en el 2010, el de Cultura ha sido uno de los ministerios que menos dinero ha recibido del tesoro público. Este año apenas se le destinó el 0,35 % del presupuesto general, y en el 2018 —de acuerdo al proyecto enviado por el Poder Ejecutivo al Congreso—, esta cifra llegaría a las justas al 0,37 % (ver recuadros 1 y 2).

La pregunta que se han hecho en los últimos días algunos analistas es si es pertinente transferir recursos a este sector y, por ejemplo, promover disciplinas como el cine en un tiempo de vacas flacas y conflictos sociales (como la reciente huelga magisterial), y más aun cuando se han tenido que destinar partidas excepcionales para la reconstrucción tras el Niño costero y poder cumplir con la realización de los próximos Juegos Panamericanos. Abrimos el debate.

El proyecto Quijote para la Vida atiende diariamente a medio centenar de niños del asentamiento humano Santa Rosa, en Puente Piedra. [Foto: Víctor Zea / archivo]
El proyecto Quijote para la Vida atiende diariamente a medio centenar de niños del asentamiento humano Santa Rosa, en Puente Piedra. [Foto: Víctor Zea / archivo]

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El último viernes, en la sala Miguel Grau del Congreso de la República, se reunieron integrantes del colectivo Más Cultura Más Perú en un foro que giró alrededor de tres mesas de trabajo en las que se habló de la cultura como derecho y responsabilidad del Estado. “La idea central de toda la campaña es que el verdadero desarrollo se encuentra en la inversión en este sector”, dice el artista visual Mauricio Delgado, integrante de los colectivos Arte por la Memoria —un museo itinerante que recorre los barrios de Lima— y La Brigada Muralista. “Nosotros no entendemos la cultura solo como algo que hacen los artistas, sino como un eje transversal que nos permite organizar nuestra convivencia, promover la paz, luchar contra la exclusión, las drogas y la violencia. Y eso es algo que no se logra en las escuelas, sino en las calles, en los parques, en las plazas públicas, en las canchitas de fútbol… Existen múltiples experiencias de grupos que trabajan estos temas en sus comunidades”, agrega Delgado, quien es, además, uno de los voceros de la campaña.

Él se refiere a experiencias como las desarrolladas por colectivos de circo urbano como Arena y Esteras, en Villa El Salvador; o las que cumple el Fiteca, en Comas, mediante el teatro; o Pucllay, en las lomas de Carabayllo, que a través del arte ha recuperado a muchachos de las pandillas callejeras; o a un proyecto como Sinfonía por el Perú, que patrocina Juan Diego Flórez entre niños en situación de riesgo. Sobre este último caso existen cifras alentadoras. El 2014 Grade realizó una investigación entre quienes habían participado del programa, y descubrió que habían reducido 29 % su agresividad; y elevado 20 % su creatividad y 30 % su rendimiento escolar. Además, la violencia psicológica en sus hogares se había reducido 46 %, y la violencia física 26 %.

“Si aumentamos el presupuesto solo en Educación, este no va a ser sostenible si no lo hacemos también en Cultura”, opina el arqueólogo Ruy Escobedo Gamboa, quien ha sido testigo de los trabajos realizados por el profesor Arturo Vásquez en la fortaleza de Campoy, en San Juan de Lurigancho, con los alumnos del colegio Daniel Alcides Carrión. A partir de un proyecto de conservación arqueológica se involucró a los escolares y después a sus padres —quienes, en el pasado, habían invadido esta área— en la recuperación de las huacas que se encontraban abandonadas y a merced de la delincuencia. “Otro ejemplo que a mí me gusta mencionar es el desarrollado por Eddy Ramos en el asentamiento humano Santa Rosa, en Puente Piedra”, agrega Mauricio Delgado. Ahí se creó el proyecto Quijote para la Vida, que después de 11 años de trabajo cuenta con un centro cultural y una biblioteca comunitaria que alienta el fomento de la lectura y atiende diariamente a medio centenar de niños del lugar.

El proyecto Quijote para la Vida incentiva la lectura en los niños mediante un  centro cultural y una biblioteca comunitaria. [Foto: Archivo]
El proyecto Quijote para la Vida incentiva la lectura en los niños mediante un centro cultural y una biblioteca comunitaria. [Foto: Archivo]

Horas después, Eddy Ramos nos cuenta a través del teléfono: “En el 2014 ganamos el concurso de Puntos de Cultura que organiza el ministerio, y recibimos seis mil soles para todo ese año”. Es una de las pocas ayudas estatales que ha recibido hasta la fecha (500 soles al mes), pues para sacar a flote su iniciativa ha tenido que endeudarse con el banco y, aparte de su actividad como fotógrafo y comunicador, se ha dedicado a vender pequeñas esculturas del Quijote hechas con materiales reciclados. “Hemos logrado posicionar en el imaginario del barrio a este personaje. ¿Por qué hago todo esto? Creo que este proyecto es para mí y para mi familia una forma de vida”.

“Si no hacemos algo solo nos vamos a dedicar a narrar iniciativas heroicas y no a diseñar políticas culturales conjuntas”, opina Mauricio Delgado.

Por eso —asegura— otro de los objetivos de la campaña es consolidar el programa Puntos de Cultura, creado en el 2011 por el ministerio del sector, y que copia el modelo brasileño de empoderar las iniciativas culturales ciudadanas. Si bien esta iniciativa está respaldada por una ley —la 30487—, la norma hasta ahora no puede entrar en vigencia porque carece del reglamento respectivo. “No hay que llevar la cultura a los barrios. La cultura ya existe”, añade Delgado.

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Uno de los argumentos que se esgrimen con frecuencia para no aumentar el presupuesto en Cultura es que, sencillamente, no sobra el dinero en las arcas públicas. Quisimos conversar sobre este tema con el periodista Aldo Mariátegui, quien el 31 de agosto pasado, en una columna, había acusado al gobierno de dar leyes “típicamente mercantilistas” para apoyar el cine peruano. Sin embargo, este se excusó de participar. Quien sí habló y fuerte fue el exviceministro de Economía y profesor de la Universidad del Pacífico, Enzo Defilippi: “Nadie podría oponerse a que se invierta en Cultura ni en Educación, el tema no va por ahí”, dijo. “El asunto es, y esa es la discusión, cómo hacer más con los limitados recursos que tenemos. Por eso en mi columna de la semana pasada [publicada en este Diario], me preguntaba si antes de dar más incentivos al cine, el gobierno se había preguntado si esa era la mejor manera de invertir el dinero”.

Además de incentivar la lectura, el proyecto Quijote para la Vida impulsa la muralización, el cine, poesía, teatro, gimnasia artística y danzas. [Foto: Víctor Zea /Archivo]
Además de incentivar la lectura, el proyecto Quijote para la Vida impulsa la muralización, el cine, poesía, teatro, gimnasia artística y danzas. [Foto: Víctor Zea /Archivo]

Defilippi se refiere al Proyecto de Ley de Cinematografía y el Audiovisual que el Ejecutivo presentó al Congreso el pasado 7 de setiembre, y que triplica los recursos que el Estado destina a este sector y que, en síntesis, promueve la producción regional, preserva archivos fílmicos y crea fondos concursables por un mínimo de seis mil UIT (aproximadamente 24 millones de soles).

“Vamos a suponer que nos sobra ese dinero —explica—. El asunto es cómo priorizamos para que esto llegue de la mejor manera posible a las provincias donde no hay teatros, no hay salas de cine, no hay bibliotecas. ¿Qué beneficiará más, una película de vez en cuando en Bagua, o que el Estado pueda mantener algún tipo de infraestructura? A mí me queda la duda”.

Una de las defensoras de esta ley y del incremento del presupuesto en Cultura es la directora del Museo de Arte de Lima, Natalia Majluf: “Yo creo que la inversión en Cultura es fundamental, y la verdad me molesta tener que explicar algo que se supone ya deberíamos tener bien claro: la cultura, a través del turismo, es directa o indirectamente el segundo generador de divisas en el Perú, y es un factor central para el tema educativo. Toda mi vida he tenido una inmensa curiosidad por entender ese prejuicio tan grande que existe contra este tipo de inversiones. Por eso creo que es una vergüenza el porcentaje del presupuesto que se le asigna a este sector sobre el que recae una responsabilidad enorme, enorme… Tiene que gestionar los miles de centros arqueológicos, muchos de los cuales están desprotegidos, y son la base de la atracción turística”, dice, levantando la voz.

La situación es para alarmarse. Según cifras del Viceministerio de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales en el país se han identificado 22.600 sitios prehispánicos, de los cuales solo 209 (ni el 1 %) pueden ser atendidos por el Estado. Sencillamente, no alcanza para más. “De cada seis soles que se invierten en esta oficina, cinco van dirigidos al patrimonio, pero aun así la brecha es enorme”, reconoce Jorge Arrunátegui, viceministro de Cultura. “Supongamos que quisiéramos cubrir todos los sitios existentes. En trabajos de campo, delimitación, investigación, excavación y puesta en valor se necesitaría un promedio de cinco millones de soles por cada monumento. Multipliquemos eso por 22.600: nos sale una cantidad inalcanzable. Probablemente, necesitaríamos todo el presupuesto de la nación solo para cumplir con esta labor”, ironiza.

La Fiesta Internacional de Teatro en Calles Abiertas (Fiteca) reúne cada año a diferentes colectivos artísticos para brindar espectáculos de teatro callejero en Comas. [Foto: Perú 21]
La Fiesta Internacional de Teatro en Calles Abiertas (Fiteca) reúne cada año a diferentes colectivos artísticos para brindar espectáculos de teatro callejero en Comas. [Foto: Perú 21]

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Una buena manera de contextualizar este drama es comparar la inversión que otros países de la región realizan en el sector cultural. Luciana León, congresista de las filas del APRA, nos entrega las siguientes cifras del Cepal: México invierte el 0,6 % de su presupuesto, Brasil el 0,72 %, Colombia el
0,78 % y Chile el 0,62 %. Si bien ninguno alcanza el ansiado 1 %, todos invierten el doble o el triple que el Perú.

sector Cultura 2016-2018
• El 2016, el presupuesto total del sector Cultura fue de 448 millones de soles ( 0,32 % del presupuesto general de ese año ).
• El 2017, la cifra aumentó a 504 millones ( 0,35 % del presupuesto de este año).
• Para el 2018 se proyecta una inversión de 593 millones ( 0,37 % del presupuesto general).

Pedido para el 2018 (en millones de soles)
• Ministerio de Cultura: 457
• Archivo General de la Nación: 9
• Biblioteca Nacional del Perú: 38
• Instituto Nacional de Radio y Televisión: 89
• Total del sector: 593 ( 0,37 % del presupuesto nacional)

Si pensamos que el próximo año el presupuesto en Cultura planteado por el Ejecutivo se incrementa en 0,02 % con relación al de este periodo, a ese ritmo tendríamos que aguardar hasta el 2039 para alcanzar la ansiada unidad. ¿Podemos esperar tanto? Por lo dicho por tres congresistas de distintas tiendas políticas, al menos en el Poder Legislativo existen voces convencidas de que esta situación debe mejorar.

La congresista León cuenta que en marzo pasado se reunió con el ministro Salvador del Solar para expresarle su compromiso de apoyar la campaña Más Cultura Más Perú. “En el presupuesto general que ha llegado al Congreso (y que deber ser debatido en la comisión respectiva y después pasar al pleno), existen aumentos en varios sectores: en Educación, en Salud, en Transporte, y está bien, por supuesto que yo quiero ver más hospitales, más escuelas, mejores carreteras; pero eso no impide que se invierta también en un rubro que va a tener un retorno importante para el país a través del turismo”, dice la congresista.

De los 22.600 sitios arqueológicos que existen en el país, el sector Cultura solo puede atender a 209 de ellos. La razón es simple: no hay dinero para hacer más. [Foto: Juan Ponce / archivo]
De los 22.600 sitios arqueológicos que existen en el país, el sector Cultura solo puede atender a 209 de ellos. La razón es simple: no hay dinero para hacer más. [Foto: Juan Ponce / archivo]

Su colega Alberto de Belaunde, parlamentario oficialista de Peruanos por el Kambio, se muestra optimista y espera que el incremento en el presupuesto de Cultura sea gradual y que pronto (“en los años siguientes”) se llegue a la meta del 1 %. Dice también que para lograrlo es importante el concurso de la sociedad civil y de las personas vinculadas al sector “para que hagan sentir su voz en este debate”. Y añade: “Yo entiendo la cultura como un concepto más amplio, y esa es la visión que tiene el ministro Del Solar, quien la considera como un elemento clave para la convivencia y la seguridad ciudadana —afirma—, además de su importancia para desarrollar eso que se llama ‘economía naranja’, nombre que se le da a las industrias culturales”.

Otro de los legisladores que están dispuestos a apoyar las mejoras presupuestales es el tenor lírico Francesco Petrozzi, representante de Fuerza Popular, quien también es vicepresidente de la comisión de Cultura y Patrimonio Cultural del Congreso de la República. En un documento enviado para este informe, señala: “Esta es una larga lucha que inicié desde mi campaña congresal y en la que no estoy solo, existen diversos colectivos que apoyan esta iniciativa. […] No podemos pensar en una sociedad justa y con mejor calidad de vida si es que la cultura en todas sus expresiones no asume el papel protagónico que le corresponde”. Petrozzi —como Luciana León— ha presentado una propuesta para impulsar el mecenazgo cultural a través de incentivos tributarios. Según esta iniciativa legislativa, las favorecidas serían personas naturales o jurídicas sin fines de lucro, calificadas como “receptoras de aportes” con el fin de que puedan “ejecutar programas, proyectos o actividades culturales”.

En el caso del proyecto de León se persigue la lógica de obras por impuestos. “En vez de pagar directamente a la Sunat equis cantidad, una empresa podría construir un coliseo o un auditorio, como sucede en Estados Unidos”, explica la parlamentaria aprista.

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“Una ley de mecenazgo podría ser una buena manera de suplir la presencia del Estado en el sector”, opina Pedro Pablo Alayza, director del Museo Pedro de Osma y reconocido gestor. “En el Perú vivimos en el limbo, pues no tenemos el dinero de los gobiernos europeos que financian la cultura desde el Estado, ni tampoco la legislación que permita que el sector privado invierta en este rubro”, agrega. En su opinión el tema del presupuesto es clave, pero también es necesario que se entienda que la cultura es un servicio público como lo es la educación y la salud, y que el Estado y los gobiernos regionales y locales tienen la responsabilidad de invertir en ella. “Se cree que solo se trata de gastar plata en huacas y películas, y no es así”, afirma.

Arena y Esteras nace en marzo de 1992 a raíz del asesinato de Maria Elena Moyano, cuando un grupo de jóvenes decidió realizar labores artísticas para luchar contra el miedo bajo el lema "Por el Derecho a la Sonrisa". [Foto: Ministerio de Cultura]
Arena y Esteras nace en marzo de 1992 a raíz del asesinato de Maria Elena Moyano, cuando un grupo de jóvenes decidió realizar labores artísticas para luchar contra el miedo bajo el lema "Por el Derecho a la Sonrisa". [Foto: Ministerio de Cultura]

“La cultura no es algo superficial ni está ligado solo al espectáculo, sino responde a necesidades básicas de la población”, asegura el viceministro Arrunátegui. “Yo soy un tecnócrata y tengo 20 años en el sector público, también he trabajado en el Ministerio de Economía y entiendo las restricciones presupuestales, pero también debemos comprender que tenemos una tarea fundamental, pues la cultura es transversal a la seguridad, la educación e incluso la salud de la población”, agrega.

El funcionario dice que tenemos la gran oportunidad de llegar al Bicentenario con la meta del 1 % del presupuesto destinado a este sector. Por otro lado, el colectivo Más Cultura Más Perú anuncia una movilización y pasacalle para el próximo sábado 21 de octubre para hacer visible su reclamo. Falta algo más de tres años para el 2021, solo entonces sabremos si el sector cultural ha dejado de ser la última rueda del coche en el vagón del desarrollo.

Alberto de Belaunde
Congresista de Peruanos por el Kambio


Yo creo que tenemos que lograr posicionar las industrias culturales del Perú como lo están haciendo Colombia o México. Existe un tema pendiente, que ojalá se resuelva el 2018, referido a la creación de una autoridad autónoma del Centro Histórico. Ese es uno de los proyectos que venimos trabajando con el ministerio de Cultura para articular los esfuerzos y darle a nuestro centro no solo un valor monumental de conservación sino también social, como sucede en otras grandes ciudades del mundo. De esta manera, se podrá asignar un presupuesto que será más fácil de fiscalizar y se podrá obtener mejores resultados.

[Foto: Hugo Pérez /Archivo]
[Foto: Hugo Pérez /Archivo]

Víctor VelezmoroProfesor de la Universidad de Piura, especialista en Gestión Cultural.

No solo nos debe interesar el presupuesto sino cómo vamos a utilizarlo. En estos momentos la distribución dentro del mismo ministerio (de Cultura) es desigual, y en algunas direcciones desconcentradas —como la de Cusco—los ingresos son mucho más abundantes y en otras —como en Piura— son reducidos y las partidas presupuestales están orientadas principalmente a gatos corrientes. A mí me preocupa más de qué manera se pueden desarrollar sistemas de planeamiento en nuestros organismos públicos, pues los mecanismos de contratación de personal, como el CAS, están orientados a cubrir puestos de manera temporal. Entonces tenemos profesionales que trabajan operativamente en el día a día, pero no son capaces de proyectar el futuro. Más allá del dinero, no tenemos políticas culturales proyectuales porque no hay personal que los puedan echar a andar. Yo creo que los ministerios, como el Cultura, deberían pensar en la profesionalización de sus funcionarios. Obviamente, necesitamos arqueólogos, historiadores del arte, antropólogos, pero también personas con habilidades de gestión.


Natalia Majluf
Directora del Museo de Arte de Lima


Llegar al 1 % del presupuesto ha sido un ofrecimiento del presidente Kuczynski. Lo que ha tenido hasta ahora el sector Cultura ha sido insuficiente desde todo punto de vista. Lo increíble es cómo hemos llegado hasta aquí con este presupuesto. No existe un país comparable con lo que tiene el Perú que no tenga fondos concursables para cine, investigación en humanidades, artes plásticas, preservación de archivos, conservación, etc. La situación de los archivos, del patrimonio bibliográfico y de las bibliotecas en el país es lamentable. Hemos tenido años de crecimiento económico y no hemos podido mejorar esta situación. Yo soy historiadora y las únicas becas que he visto alrededor mío son las que nos han dado a los investigadores instituciones de Estados Unidos. ¿Cuándo el Estado ha apoyado un trabajo de investigación? No podemos dejar que se pierda el patrimonio del Perú. Quiero terminar con dos imágenes: en la exposición Nasca, que tenemos en el Mali, hay unas maquetas con fotos digitales que muestran las Líneas. Ahí se ve cómo la carretera atraviesa una de ellas. Una persona que no era peruana y veía la exposición, me dijo “¿cómo permitieron que se hiciera eso?”. Yo pienso eso es igual a la avenida Abancay que destrozó varios monumentos del centro histórico. Esas dos imágenes que nos dejó el progreso del siglo XX responden a una mentalidad que debemos cambiar.

[Foto: Hugo Pérez]
[Foto: Hugo Pérez]

Luciana León
Congresista del Apra


“Me parece bien que se haya aumentado el presupuesto en la ley de cine. Esta es una ley que viene de muchos años atrás, pero antes no habían los recursos necesarios para poder invertir o para otorgar premios, si ahora se hace enhorabuena. Eso no significa que se deje de invertir en colegios, hospitales, carreteras. Recuerdo que cuando lanzamos la ley que promovía los espectáculos no deportivos también había gente escéptica y gracias a ello en el país hemos podido ver eventos que quizá nunca hubieran llegado sino fuera por esta iniciativa. Yo tengo fe y poco a poco vamos a demostrar a la población y a los incrédulos que la economía no está solo en los minerales sino también en la cultura.

Enzo Defilippi
Exviceministro de Economía, profesor de la Universidad del Pacífico


Necesitamos recursos y tenemos que priorizar de alguna manera, no nos va alcanzar para todo. Si en Italia no alcanza para todo el patrimonio que tienen siendo mucho más ricos que nosotros. Lo que necesitamos es, y ahí te voy a dar mi opinión de parte: cuando yo estuve en el gobierno se presentó un decreto legislativo para la preservación del patrimonio que no era una privatización sino era simplemente la posibilidad de que privados pongan en valor algunos restos arqueológicos y que puedan pagarse la inversión con las entradas. Políticamente eso no pasó, pero esa era una manera de cumplir el objetivo sin usar los poquísimos recursos que teníamos para fomentar las industrias culturales.

[Foto: Nancy Chappell]
[Foto: Nancy Chappell]

Francesco Petrozzi
Congresista de Fuerza Popular

El hecho que el Proyecto de Ley de Presupuesto Público para el año fiscal 2018, destine al sector Cultura una partida presupuestal de 7 mil UIT, de los cuales 6 mil UIT, que representa aproximadamente 24 millones de soles, se dirijan solo para la actividad cinematográfica y audiovisual, no debería llamar la atención si no fuera porque solo mil UIT, es decir 4 millones de soles, estén destinados para apoyar al resto de industrias culturales en el país.

Particularmente, considero que incrementar el presupuesto solo para el cine y el audiovisual, como se pretende hacer, no es sostenible en el tiempo pues las necesidades y prioridades presupuestales pueden y van a variar. Además, si bien es cierto, el desarrollo de la industria cinematográfica en el Perú debería constituir una de las prioridades del sector Cultura, por tratarse de una actividad generadora de importantes fuentes de ingresos y empleo para la economía nacional, también debería otorgarse la misma prioridad a otras actividades culturales como la promoción de las artes, en todas sus manifestaciones, la música y las acciones de conservación y puesta en valor de nuestros monumentos históricos, sitios arqueológicos y otras manifestaciones que integran el Patrimonio Cultural de la Nación, para los cuales no existen subsidios públicos.

Quiero dejar en claro que no hay discusión respecto al apoyo que se le debe dar al cine peruano, pero este apoyo debe consistir también en cómo hacer atractiva esta actividad para los productores extranjeros, a fin de que realicen coproducciones o producciones en nuestro país, haciendo de ella una industria exportable, generando más puestos de trabajo y atrayendo turismo al Perú.

[Foto: Paúl Vallejos]
[Foto: Paúl Vallejos]

Jorge Arrunátegui
Viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales


Somos uno de los ministerios más pequeños y sin embargo tenemos una responsabilidad muy grande. Lo que tenemos que hacer es ir mejorando nuestro presupuesto. Si nos comparamos con Chile o con Colombia, estamos todavía muy rezagados. Esta es una buena oportunidad para centrar la discusión alrededor de la importancia de la cultura como elemento transformador de vida. Ahí nos falta hacer un esfuerzo mayor de comunicación para difundir esta idea porque se piensa que la cultura es algo frívolo y ligado al espectáculo.
Un ejemplo específico de lo que digo. Nosotros somos el último país en el tema de la donación de órganos. La semana pasada ustedes publicaron un artículo sobre el impacto del audiovisual y uno de los ejemplos que pusieron fue como una telenovela en Brasil que tenía en su argumento el tema de la leucemia había generado un efecto social tan grande que hizo que la gente se interesara por esta enfermedad y se triplicara el número de donantes de médula ósea.
Valores como el altruismo, la solidaridad son más fáciles de promover cuando usamos la cultura y en este caso específico el audiovisual.


[Foto: Archivo]
[Foto: Archivo]

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