El estilo personal nunca debe subestimarse, menos en lo que respecta a la vestimenta para el trabajo. La ropa no solo nos define como personas sino como hombres de negocios, por la ropa de oficina se termina convirtiendo en un elemento que agrega valor a la marca personal. En ese sentido, si bien el código de vestimenta formal no debe pasarse por alto.

En estos tiempos de cambios culturales y de transformaciones organizacionales, es posible mezclar la ropa formal con una propuesta casual y distendida. Para ese fin, existe lo que los expertos en moda denominan el business casual, código que se distingue por ser más informal que el típico atuendo corporativo.

No obstante, sin ser formal, tampoco es informal del todo. Se trata de un estilo lo suficientemente limpio y presentable para una apariencia de trabajo profesional, pero sin mucha formalidad. La ambigüedad de este código de vestimenta es celebrada entre ejecutivos millennials y líderes de startups, cuyas culturas se rigen más por resultados que por apariencias.

Muchas organizaciones, por más tradicionales que parezcan, están promoviendo este estilo, animando a sus ejecutivos a lo que se conoce como los “casual friday”, cuando se les invita a todos los colaboradores, incluyendo a la alta gerencia, a vestir lo más informal posible, sin dejar del todo la formalidad.

Pero, ¿cómo se puede hacer eso? La web especializada en moda, The Trend Spotter revela 10 consejos con las prendas ideales.