Hace un par de años, Dan Price se hizo famoso como el CEO que disminuyó su propio salario para pagarles a todos sus colaboradores no menos de US$70.000 al año. Pero no solo sacrificó su salario personal. Para mantener la liquidez de sus decisiones, también hipotecó su casa y vendió todas sus inversiones en otras empresas, para generar un fondo de US$3 millones, suficiente para que Gravity Payments, su firma de procesamiento de pagos de tarjeta de créditos, mantuviera su nueva política de pagos en un entorno financiero con alta incertidumbre. Incluso, esta determinación le generó un problema con un hermano, quien también era socio de Gravity Payments, y la salida de algunos trabajadores y clientes, quienes no sintieron sensatas tales decisiones. Entonces, lo llamaron “El mejor jefe del mundo”.
No obstante, el mismo Price reconoce, en un artículo publicado en diciembre pasado, llamado “The $70K Minimum Wage: Where It Went Wrong and Where It Went Right”, publicado en la revista de negocios Inc., que los resultados, aunque abrumadoramente positivos, también provocaron desafíos inesperados. “El mayor inconveniente de la decisión de US$70K fue que creó una percepción errónea sobre quiénes somos como compañía. Nuestro objetivo es hacer que el procesamiento de tarjetas de crédito sea lo más rentable y sin dolores de cabeza posible para las empresas independientes, cuyas ganancias a menudo son absorbidas por las tarifas que cobran los grandes bancos y vendedores inescrupulosos”, escribió Price, señalando que todo este tema les provocó no pocos esfuerzos para enfocarse en su negocio.
Porque, en vez de ser percibidos como una empresa cuya mayor fortaleza es su propuesta de valor hacia los clientes, empezaron a ser percibidos exclusivamente como una gran empresa para trabajar, sin importar el core del negocio. “Si bien queremos ser un buen empleador, nuestro equipo generalmente valora la oportunidad de servir, más que nuestras políticas salariales. Pero, debido al frenesí de los medios que rodearon esas políticas, nos hemos convertido en ‘la compañía de $ 70,000’. Esta desalineación ha tenido un impacto negativo en nuestra empresa al confundir a los posibles clientes y oscurecer nuestro compromiso con la promoción empresarial independiente”, reconoce Price.
Pero, por otro lado, Price destaca que los empleados, cuyos salarios se elevaron bajo la nueva política, experimentaron una mejora notable en su calidad de vida y han podido hacer las cosas que previamente habían tenido que posponer por razones financieras. Mientras que unos tuvieron sus primeros hijos, otros más mayores encargaron el segundo o el tercero. En el caso de los millennials, muchos empezaron a comprar casas, cosa que antes era imposible, teniendo en cuenta que la zona en la que se ubica la compañía, conocida como Silicon Valley, es uno de los mercados inmobiliarios más caros en EE.UU. “En general, no podría estar más orgulloso de los cambios que se han arraigado en nuestra empresa. No sabemos lo que depara el futuro, pero estoy seguro de que podemos superar cualquier desafío”, concluye Price.
LECCIONES DEL MEJOR
Dan Price, conocido en las revistas de negocio de EE.UU como “el mejor jefe del mundo”, aconseja tratar a los trabajadores como seres humanos y quitarse de la cabeza que el éxito es rápido como un descenso en una montaña rusa. Él posee 6 lecciones para los negocios:
1. HONESTIDAD EN EL TRATO. Para Price, las 120 personas que conforman la empresa poseen un conocimiento particular sobre su especialidad. La única forma de escuchar sus opiniones y compartir su conocimiento y experiencia sobre sus campos es creando un ambiente que permita escuchar a todos, incluso a los que no están de acuerdo con sus jefes.
2. NO TODO DEPENDE DEL DINERO. Según este CEO, la única forma de hacer que los colaboradores se enfoquen en su trabajo es haciendo que se olviden del dinero. Es decir, que el salario que ganan les permita llevar una vida con acceso a ciertas facilidades, para que no terminen obsesionándose con el tema, y se enfoquen en las cosas que realmente importan.
3. REDUCIR DIFERENCIAS ENTRE CEO Y EMPLEADOS. En Estados Unidos, explica Price, la diferencia entre el salario de gerentes generales es de hasta 300 veces el pago del trabajador. Según este ejecutivo, se debe reducir esta brecha a por lo menos a 30 o 40 veces de diferencia. Esta brecha genera, más que nada, desigualdad en la calidad de vida y las comodidades.
4. MENOS UTILIDADES. Este emprendedor de Silicon Valley considera que las empresas de tecnología han generado mucha riqueza, por lo que las utilidades de los fondos de inversión y de los inversionistas independientes no tienen precedentes. Price cree que estas podrían reducirse con el fin de pagarles más a los trabajadores que hacen posible esas ganancias.
5. EL ÉXITO ES UN LARGO CAMINO. Price señala que un emprendedor no debe creer que se convertirá en una multinacional de la noche a la mañana. Para comenzar, el primer paso es saber si el proyecto será viable financieramente. Por esa razón cree que es probable que un emprendedor fracase en el primer, segundo o tercer intento. La experiencia siempre ayuda.
“Algunas veces es la séptima u octava idea la que triunfa. Lo importante es no dejar de intentarlo. Si empiezas pequeño y te esfuerzas, el proyecto podrá convertirse en algo grande con tiempo”, señala Price. Como dicen quienes lo siguen, “son las palabras del mejor jefe del mundo, amén”. ¿Se imagina, como CEO, disminuyendo su salario, en beneficio de sus colaboradores? ¿El Directorio de su empresa, será capaz de rebajar las metas previstas de utilidades, para evitar despidos o reducciones en los salarios de los trabajadores?
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