Para quienes no lo saben, Robert Kiyosaki, autor de decenas de libros de motivación empresarial, como “Padre rico, padre pobre”, pasó en su juventud seis años dentro del Cuerpo de Infantes de la Marina de los Estados Unidos, periodo en el que incluso participó en la Guerra de Vietnam. Pero Kiyosaki dejó la vida castrense, sufriendo momentos realmente duros, como las sucesivas quiebras de casi todos los negocios que emprendía, por lo que tuvo que vivir por un año en su auto. Sin embargo, como el mismo Kiyosaki ha confesado, estaba convencido de que llegaría a ser millonario, gracias a la disciplina y la formación castrense que recibió, donde fortaleció los cuatro elementos que componen la esencia de todas las personas: mente, emociones, cuerpo y espíritu. Según Kiyosaki, el 95% de su éxito se debe a esta experiencia, donde aprendió valores como el coraje, la integridad y la honestidad. Eso lo narra en su libro “8 lecciones de liderazgo militar”.
Un reporte de 2006, titulado “Military Experience and CEOs: Is There a Link?”, hecho por la consultora Korn Ferry Institute, reseña que existen grandes coincidencias entre ex militares, específicamente ex oficiales, que llegaron a convertirse en directores ejecutivos de empresas listadas en el ranking S&P 500, en términos de características, desempeño y resultados. Para comenzar, los ex oficiales poseen una participación representativa en el ranking, constituyendo el 12% de todos los CEO’s del listado S&P 500, teniendo en cuenta que solo el 3% de la población estadounidense ha hecho el servicio militar. Por otro lado, los CEO’s con experiencia militar tienen mandatos más largos que el resto, que en promedio alcanzan los 7.2 años versus los 4.5 años del común denominador. Uno de los principales componentes que añade la experiencia militar a los CEO’s, es el haber tenido posiciones de liderazgo y de toma de decisión desde temprana edad.
Bajo esa perspectiva, teniendo claro que uno de los cuerpos militares más exigentes, preparados y disciplinados del planeta es el que conforman los Navy SEAL, ¿qué podría aportar esta formación de emblemático nivel castrense a la carrera de un ejecutivo en ascenso?
Para aquellos que buscan la respuesta, está Echelon Front, una consultora especializada en temas de liderazgo empresarial, fundada por los comandantes en retiro John Gretton Willink y Leif Babin, ex integrantes de los Navy SEAL, considerados como la élite de la Marina de Guerra americana. Ambos escribieron el libro “Extreme Ownership, how US Navy SEALs lead and win”, que reflexiona sobre cómo liderar en circunstancias en las que el más mínimo error puede tener consecuencias mortales. A pesar del enorme estrés y de los riesgos que pocos podrían soportar, ambos ex militares afirman que es posible seguir trabajando en equipos de forma altamente eficientes.
LECCIONES DE NAVY SEAL
Para Pierre-Yves Hittelet, CEO de la consultora R-each, especializada en programas de coach a empresas, existen 12 lecciones que se pueden encontrar en el libro escrito por Gretton y Babin, para liderar de forma eficiente sin caer en el estrés ni la desesperación. Según el artículo escrito por Hittelet, publicado en su cuenta de LinkedIn, estas claves se aplican al campo del negocio.
1. Propiedad extrema
Para los fundadores de Echelon Front, si un miembro del equipo no ha comprendido sus instrucciones, el líder no puede culparlo. Es responsabilidad de los líderes asegurarse de que los miembros de sus equipos comprendan sus objetivos. Bajo el concepto de “propiedad extrema”, los ex militares señalan que el liderazgo consiste asumir las consecuencias de todas las acciones, aún de aquellas que no dependan directamente de uno, asumir el error, y seguir avanzando.
2. No existe un mal equipo, solo malos líderes
Una de las principales características de los Navy SEAL es su capacidad para trabajar en equipo, porque los individuos solitarios, en las circunstancias extremas en las que operan las Fuerzas Especiales, no podrían sobrevivir. Por esa razón, las empresas seleccionan a sus trabajadores en función de qué tan bien podrán trabajar en equipo. Pero olvidan a veces a quién ponen al frente.
3. Creer es el primer paso
Según ambos ex comandantes, para dar órdenes de manera efectiva, se debe partir por comprender la naturaleza del encargo, creer en que es posible y acompañar al equipo hasta lograr el objetivo. Frases como “son órdenes de arriba” o “no me mires a mí, díselo al jefe”, solo transmiten inseguridad. Solicitar el contexto de una orden para retransmitirla es el primer paso.
4. Cuidado con el ego
En las Fuerzas Armadas, así como en los negocios, es común encontrar personas egocéntricas que no aceptan consejos de personas de menor edad, rango o experiencia. Sin embargo, en una empresa, el individualismo de ejecutivo que se niega a aprender del resto no ponen en peligro la vida de nadie. El ego es un problema peligroso. La idea es que todos pueden aprender de todos.
5. Cubrir y moverse
En el lenguaje de Navy SEAL, “cubrir y mover” significa que, antes de moverse en el campo, en combate o no, primero nos debemos asegurar de que haya una parte del equipo asegurando la seguridad del equipo que se está moviendo. En ese mismo sentido, en las empresas, debemos conformar equipos que trabajen objetivos complementarios, como si fueran todos uno solo.
6. Mantener las cosas simples
Cuanto más sencillo de comprender un plan, una instrucción o una estrategia, más fácil será su ejecución. Por esa razón, mientras más compleja sea una orden, las personas demorarán más en tomar acción. En los negocios, frente a procesos excesivamente complicados, estrategias de marketing crípticas o gráficos de precios excesivamente elaborados, es mejor resumir y simplificar.
7. Establecer prioridades y respetarlas
Ya sea en los negocios o en las operaciones militares, hay momentos en los que los seres humanos pueden sentirse agobiados por la incertidumbre. En esos casos, lo más importante es permanecer serenos para considerar las opciones disponibles. Todo no se puede hacer de inmediato. Pero, en lugar de permanecer en la indecisión, es mejor comenzar por lo esencial, y después seguir.
8. Comando descentralizado
Una de las principales características de las unidades SEAL es operar en territorio hostil en total secreto y perfecta autonomía. A diferencia de las fuerzas convencionales, que se mueven a plena luz del sol, una misión puede llevarse a cabo por cuatro a seis hombres que se mueven silenciosamente por la noche. La clave: están autorizados y pueden tomar sus propias decisiones.
9. Tener un plan
Es obvio que no se puede organizar y planificar todo de antemano y que el dicho SEAL “ningún plan resiste al primer contacto con el enemigo” tiene sentido para los hombres de las unidades especiales. Sin embargo, cuantas más precauciones se tomen para anticipar contratiempos, mayores serán las posibilidades de éxito. Liderar también es planificar escenarios posibles.
10. Liderar hacia abajo y hacia arriba
Si un plan o una decisión, decidida por la alta dirección, no tiene sentido para quienes se van a encargar de la ejecución, debe ser posible entrar en contacto con los líderes para reconsiderar la estrategia. Los líderes deben asegurarse de que los colaboradores no solo hayan comprendido el objetivo de la misión, sino comprender las diversas dificultades que enfrentarán en el camino.
11. Indecisión e incertidumbre
Cuando una situación está más allá de lo previsible y las personas están poniendo en riesgo sus vidas, no es posible permanecer paralizado y no tomar ninguna decisión. A veces, en una empresa, es posible que, ante la falta de información, lo mejor parece esperar. Sin embargo, en las Fuerzas Especiales, esto nunca es posible. Se pone en peligro a la gente cuando no se actúa con firmeza.
12. La disciplina trae libertad
Cuanto más conocidas y claras sean las reglas de enfrentamiento o las instrucciones para una misión, más podrán los hombres en el campo tomar sus propias decisiones. En otra categoría, los músicos también dirían que, cuanto más ensayan, más conocen su instrumento y se sienten más libres para improvisar, sea cual sea el contexto. La indisciplina solo genera caos y limita la libertad.
¿Estamos listos para liderar al estilo Navy SEAL?
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