En el año 2011, cuando Gonzalo Begazo, ex-CFO de Google en Mountain View, regresó al Perú para fundar un fondo de capital semilla para invertir en emprendedores tecnológicos, se encontró con lo que él denominó un ecosistema innovador reseco. “No había emprendedores. Los únicos eran los amigos de Cine Papaya, Gary Urteaga y Manuel Olguín, y los hermanos Bruno y Mario Giuffra, al frente de Plaza Points, y por ahí uno que otro emprendedor. No era el momento”, señaló Begazo a modo de reflexión.
Hoy, seis años más tarde, con un pequeño portafolio personal de inversiones en startups, como Fandango, Cognicor, Plaza Points, Pick One, Riqra, Moble y The Fan Machine, Begazo considera que la situación ha cambiado radicalmente. Él mismo ha lanzado Chazki, una startup en el segmento de la logística urbana.
En este escenario, Pedro Neira, fundador de Mi Media Manzana, startup con un millón de usuarios a nivel de América Latina, considera que muchas universidades se han sumado a la ola del emprendimiento digital, generando charlas, talleres y workshops por un lado, pero, por otro, desarrollando incubadoras de negocios, laboratorios de innovación o aceleradoras de negocios, que se suman a proyectos en incubación o aceleración como Wayra, Endeavor o Ynnovadores, incubadoras y aceleradoras de negocios que operan con fondos privados. A este pequeño ecosistema se suma Shift.pe, que busca integrar a la comunidad de emprendedores e innovadores, pero sobre todo busca poner énfasis en que innovación no necesariamente es lo mismo que desarrollar un emprendimiento digital o pasar por un proceso de transformación digital.
Precisamente, desde Shift.pe, una comunidad de empresas e instituciones que trabajan de forma colaborativa para fomentar y acelerar la innovación y el intraemprendimiento, se espera exponer casos de innovación empresarial que no necesariamente estén asociados a casos de éxito en el ámbito de las startups. Por el contrario, Milagros Echecopar, directora de Shift.pe, considera que para tener un verdadero ecosistema innovador se necesita más conocimiento e información sobre lo que están haciendo las grandes empresas en el terreno de la innovación, para tener ese efecto de contagio que necesita la comunidad empresarial en general para aprovechar las herramientas que el Estado pone a disposición del sector privado, como los fondos concursables de Concytec y Produce, o las facilidades tributarias que permite la Ley 30309, o ley I+D+i.
¿Cómo evalúas la inclinación de las empresas en general a generar innovación?
Nosotros desde Shift.pe vemos que hay trabajo para hacer en el ecosistema de la innovación en el Perú. Cuando uno habla de una comunidad debe preguntarse de, ¿cuál es el ecosistema?, ¿quién es el centro del ecosistema? Nosotros tomamos como centro la innovación corporativa, al innovador empresarial como eje. Sin embargo, desde ahí, no vemos que haya es un esfuerzo sostenido para generar innovación. Falta más comunicación y conocimiento. Si uno mira el Estado verá que este está haciendo su trabajo, desde Produce y Concytec, apoyando fondos concursables y cofinanciando la innovación. Pero el sector empresarial no necesariamente está consciente de la existencia de estas herramientas o se siente cercano para hacer uso de estos instrumentos.
¿Dirías que solo las pequeñas empresas, startups en general, son las únicas que aprovechan estas herramientas?
Es verdad que hubo instrumentos dirigidos especialmente a las mypes o a las startups, pero el Ministerio de la Producción ha puesto instrumentos a disposición de la gran empresa, y de las medianas también. Allí lo que vemos es una falta de expertice para el aprovechamiento de este tipo de elementos. Está por ejemplo la a ley 30309, para la investigación científica, desarrollo tecnológico e innovación tecnológica (I+D+i), pero las empresas aún no se animan a trabajar con Concytec o a desarrollar proyectos que podrían incluso beneficiarlas. Las empresas en general o no conocen estos beneficios o simplemente les parece difícil y creen que no vale la pena.
¿O es que a las empresas grandes les es más costoso y complejo innovar?
No creo que sea eso. Lo que creo es que falta un efecto de contagio, que las empresas salgan a contar qué es lo que están haciendo en este campo, porque muchas veces hacen cosas muy interesantes, pero se lo guarda y no lo comparten con la comunidad o el ecosistema innovador.
¿Qué ejemplo notable se ha podido compartir a través de Shift.pe?
Por ejemplo, en nuestro evento del 6 de septiembre pasado, participó el CEO de American Glass Product (AGP), un caso que la gente no conocía. ¿Quién se iba a imaginar que existe una empresa peruana que, en su fábrica, en la Av. Guillermo Dansey, produce los parabrisas que más tarde van a utilizar los carros Tesla, de Elon Musk? La gente salió fascinada y motivada después de escuchar a Arturo Mannheim, actual CEO. También está el caso de Exsa, que empezó a fabricar explosivos con una fórmula no tradicional que no todos conocen.
En ese sentido, ¿dirías que la innovación no necesariamente pasa por un proceso de transformación digital?
No sé si transformación digital en todos los casos es innovación o es más utilizar y ponernos al día con tecnologías que ya existen en otras partes del mundo, que son cada vez más accesibles.
Bajo esa perspectiva, ¿no toda transformación digital es innovación?
No necesariamente. Existen modelos de negocio innovadores a partir de la transformación digital, pero también muchas de las cosas que vemos en el campo de la transformación digital no necesariamente son cosas disruptivas. Por ejemplo, escuchaba a Ivo Gagliufi, cabeza de Indecopi, explicar como ahora existe una plataforma digital a la que el funcionario público se conecta para ya no tener que pedirle al ciudadano copia de su DNI o la vigencia de los poderes, porque a través de la plataforma se conecta con Reniec y con los Registros Públicos. ¿Eso es innovación? Creo que es más ponernos al día con una tecnología que podría utilizarse en todo el aparato público.
La innovación en cambio, ¿es un esfuerzo que debe ser más sostenido?
Hay una diferencia entre hacer innovación y tener una organización innovadora. Una cosa es descubrir algo o tener una gran idea, y otra muy diferente es poner en valor ese ingenio en el mercado en beneficio de las personas. Innovar no es solo un concepto, sino es afectar la vida de las personas. Lo que creo es que hacer tener una empresa o una organización innovadora es trabajar de forma permanente bajo la lógica de qué es lo que viene, qué es lo siguiente, a dónde vamos ahora. Eso ya es tener una compañía que trabaja de manera innovadora.

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