El acceso al mercado laboral puede resultar competitivo, incluso para los ejecutivos más experimentados. En la cima de la pirámide organizacional, los MBA se han convertido en un commoditie, por lo que cada vez es más común conocer ejecutivos que poseen, además del MBA, una o dos maestrías especializadas. Para muchos, es una forma de resistir el proceso de cambio generacional que atraviesan actualmente las organizaciones, para no perder vigencia ni relevancia frente a escenarios que demandan ejecutivos más preparados innovación o transformación.

No obstante, a pesar de estos esfuerzos, tal como lo revela un estudio hecho por las consultoras Global Research Marketing GRM y Phutura Ejecutivo, la recolocación es más difícil que en el pasado.

Según el estudio “Percepción del entorno laboral y la demanda de carreras”, en el que participaron 845 profesionales de primer nivel, que ocupan posiciones gerenciales en empresas grandes y medianas a nivel de Lima Metropolitana, cada vez es más compleja la experiencia de la recolocación.

Solo para darse una idea, del 100% de entrevistados, un 14% está sin empleo. Por otro lado, la recolocación es más común de lo que se cree. Del 100% de entrevistados, un 56% ha atravesado un proceso de recolocación. Y, de los que hicieron este tránsito, el 68% demoró entre cuatro meses y un año en obtener otro empleo. No es coincidencia que el 97% de encuestados crea que exista desde cierta dificultad hasta una seria dificultas el encontrar empleo.

Conversamos con Giuliana Reyna, fundadora de Global Research Marketing (GRM), una empresa especializada en investigación de mercados. Ella nos cuenta la importancia de los estudios posgrado en un proceso de recolocación.

A partir de las cifras del estudio, ¿es posible afirmar que la recolocación de ejecutivos se ha convertido en un proceso más complejo?

La desaceleración de la economía ha generado un impacto negativo en la contratación de ejecutivos. Los últimos cinco años, en vez de abrirse plazas o nuevas divisiones, se ha restringido la contratación de profesionales, principalmente para posiciones de liderazgo.

Por otro lado, conforme los ejecutivos alcanzan mayor edad, es más difícil acceder a procesos de selección, ya que cada vez existen profesionales más jóvenes luchando por esas mismas plazas. Por ese motivo, un tema clave que hemos visto es la capacitación como herramienta para no perder vigencia. Ten en cuenta que no son pocos los ejecutivos que pasan por un proceso de recolocación. Del 100% de entrevistados, son 56.2%, y de estos existe un grupo que ha pasado hasta por cinco procesos.

¿Qué tanta importancia poseen ahora los estudios de postgrado para estos ejecutivos?

Representan un tema clave. Por eso es común escuchar que cada vez son más los ejecutivos mayores de 40 años no solo con una maestría, sino con una MBA y una segunda o hasta una tercera maestría especializada. Incluso existen escuelas de negocios que poseen programas especializados para ejecutivos senior. Temas vinculados al manejo del marketing personal o al uso de redes sociales se integran más al universo de herramientas de los ejecutivos con más años.

¿La recolocación se hace más compleja dependiendo de la posición?

Si, si se trata de recolocar a un ejecutivo que se ha desempeñado como CEO de una organización, y que busca volver a ser CEO en otra empresa, es probable que el proceso sea más largo y complejo. Según los resultados, de los ejecutivos que han pasado por estos procesos, solo el 25.3% se recolocó en un periodo de un mes a tres meses. La gran mayoría, el 66.7%, se recolocó entre tres meses a un año. Y un 7.9% se recolocó después de más de un año.

¿Qué esperanzas quedan para estos ejecutivos, que enfrentan largos proceso de recolocación?

Allí sale nuevamente el tema de la capacitación. En otro estudio, hecho sobre los motivos de la capacitación, a través de MBA o maestrías especializadas, salen dos motivos principales para seguir entrenándose en temas de gestión y habilidades gerenciales. Primero, mantenerse altamente empleables, segundo, tener la opción de emprender un negocio propio. No olvidemos que muchos de estos ejecutivos llevan una carga económica importante y procesos tan largos de recolocación terminan afectándolos a nivel personal y familiar.

Estos procesos no solo toman tiempo sino que al mismo tiempo pueden ser altamente frustrantes.

Por eso mismo, muchos ejecutivos toman en serio la posibilidad de utilizar los conocimientos adquiridos no solo en la posibilidad de emprender un negocio propio, sino para participar como inversionistas en un emprendimiento, como una startup, donde su experiencia y su trayectoria les sirvan para convertir un concepto en un negocio rentable.

 

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