En número de colaboradores, no son muchos los casos de startups que terminan transformándose en grandes empresas, porque precisamente la tecnología y las plataformas con las que muchas de estas compañías operan permite que brinden servicios sin necesidad de contar con gran cantidad de personal. Por ejemplo, la startup Duolingo, cuya aplicación promueve la enseñanza de 30 idiomas a más de 200 millones de usuarios inscritos, solo posee 105 empleados en 20 países. Del mismo modo, Khan Academy, que posee 42 millones de usuarios en 190 países, solo necesita de 146 colaboradores para mantener activa su plataforma.
Sin embargo, por el tipo de operación, muchas de estas organizaciones, cuyos primeros trabajadores contratados fueron los dos o tres fundadores, terminan creciendo hasta convertirse en empresas con más de 1.000 trabajadores.
Ese es el caso de Mercado Libre, la plataforma virtual para conectar vendedores con compradores en América Latina, que nació en Argentina en 1999. Hoy, esta compañía posee alrededor de 6.100 empleados, distribuidos en ocho países en la región, que ofrecen servicios en 19 países del hemisferio, incluyendo Portugal.
Sebastián Fernández, vicepresidente de Recursos Humanos, ingresó a la empresa en el año 2004, cuando la empresa sumaba 80 colaboradores, bastante más que los 20 trabajadores que se incorporaron a la firma en 1999, año de su fundación. Desde su área, donde trabajan 86 personas, Fernández ha visto crecer las planillas de la empresa, que posee tantos trabajadores como cualquier compañía grande de la región. Ahora, su reto es seguir reclutando personas, sobre todo ingenieros de software, a un ritmo de 1.000 personas por año.
Fernández destaca que la cultura de startup no la han perdido. Por el contrario, señala que se ha consolidado entre los nuevos colaboradores, el 85% pertenece a la generación millennial. Pero, ¿cómo es posible conservar la misma cultura, el mismo ADN, en una empresa que empezó con 20 personas y que ahora son más de 6.000 en 19 países? “Ha sido un camino sumamente desafiante y enriquecedor, porque hemos ido creciendo exponencialmente, pero siendo muy claros y muy consistentes en términos de capital humano. Todas las personas que nos hemos ido sumando en todo este tiempo lo hemos hecho teniendo en cuenta dos aspectos fundamentales: capacidad de aprendizaje para revolucionar una industria que se reinventa y cambia de manera continua, y agilidad de aprendizaje”, explica el líder de RR. HH.
CULTURA STARTUP
Para este ejecutivo, la clave es la cultura de startup con la que nació la empresa, de la mano de Marcos Galperin, fundador y CEO de la organización. Galperin, con estudios de economía y finanzas en la Universidad de Pennsylvania, fundó Mercado Libre a los 27 años, tras acabar su MBA en la Universidad de Stanford. La compañía, que era el primer emprendimiento de Galperin, empezó en un pequeño garaje de su familia, al lado de tres amigos. A pesar de que, en aquel momento, explotó la burbuja de Internet y se hizo cada vez más complicado acceder a fondos de inversión. Con éxito, lograron cerrar rondas con inversionistas para sostener el proyecto. Para Fernández, este ADN emprendedor de Galperin se conserva hasta la fecha, tanto para dentro como para afuera, porque es algo que lo comparten con sus clientes: todos pueden fundar su propio negocio.
“Potenciamos el intra-emprendedurismo, promoviendo la toma de riesgos, porque queremos que la gente tenga la habilidad de poder hacer las cosas rápido, probarlas y corregirlas, y en este permanente proceso expresamos la cultura que caracteriza a Mercado Libre desde sus inicios”. Por otro lado, para el líder de RR. HH., es importante que los colaboradores tengan mentalidad competitiva puertas afuera, porque están en una industria en la que participan empresas globales de la región, como Amazon, por lo que el foco en la ejecución con excelencia resulta clave. Esto significa hacer las cosas bien, simples y a tiempo.
Cabe resaltar que, en este esfuerzo por tener un clima sano, alegre y divertido, la empresa fue reconocida este mes por Great Place to Work como la tercera mejor multinacional de la región para trabajar.
BUENAS PRÁCTICAS
No es fácil para una empresa crecer, multiplicarse, y mantener el mismo espíritu que en un inicio. Para Sebastián Fernández, existen cinco elementos que han sido relevantes a la hora de establecer parámetros para definir lo que espera la empresa de sus colaboradores.
1. Modelizar los comportamientos de los líderes. Cada uno ejemplifica con su hacer todo aquello que se busca de las personas. En esta empresa, se busca liderar con el ejemplo, con el uso de sistemas y prácticas de gestión del capital humano.
2. Prácticas comunes. La organización posee las mismas buenas prácticas que en la sede principal, en Buenos Aires, con el objetivo de replicar la misma cultura. Este ejercicio se repite en temas de selección, evaluación, capacitación o comunicación.
3. Trato igualitario. El CEO de Mercado Libre posee como oficina un espacio similar al del practicante que acaba de ser contratado. Su sede, cerca del garaje en el que empezaron, posee un estilo Open Space, convirtiendo la transparencia y el trabajo colaborativo en una filosofía.
4. Horizontalidad total. Es un concepto que potencia la cercanía y la proximidad de los líderes con sus equipos, algo que se replica de manera homogénea y consistente en todos los países en los que están. Esto los hace un foco de atracción de millennials.
5. Plataformas de comunicación. Como la mayoría de colaboradores son en promedio jóvenes de 28 años, que se comunica por Facebook, Instagram o Snapchat, en Mercado Libre trabajan con Workplace, la red para empresas hecha por Facebook.
Finalmente, para no caer en la burocracia en la que muchas grandes organizaciones terminan cayendo por crecer aceleradamente, Fernández indica que ellos poseen un principio cultural clave: hacer las cosas bien, simples y a tiempo. En ese sentido, todo aquello que agregue más capas o que no genere ningún valor, se descarta.
“Somos una compañía pública (bolsa de valores) que tiene que tener ciertos controles y mecanismos para hacer las cosas, pero por otro lado estamos teniendo una industria totalmente dinámica y cambiante, donde no podemos permitirnos que el exceso de control nos quite velocidad”, explica el vicepresidente de RR. HH. Por ejemplo, para evitar la burocracia entre sus equipos de ingenieros, estos operan de forma autónoma los diferentes proyectos que lideran, de tal forma que la velocidad para innovar se mantiene.
Teniendo en cuenta que a los empresarios de sectores tradicionales les cuesta precisamente desburocratizar sus organizaciones, ¿qué podrían aprender de una startup para asegurar que sus empresas seguirán siendo ágiles y competitivas en un mundo cada vez más rápido y horizontal? Tengamos en cuenta la lección principal de Mercado Libre: lo que no suma, resta.
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