Ignacio Medina y su crítica al restaurante Mishaja de La Merced
Ignacio Medina y su crítica al restaurante Mishaja de La Merced
Ignacio Medina

El patacón del Mishaja es especial. Es triangular, del tamaño de la palma de la mano, y resulta cremoso y crujiente al mismo tiempo. Nunca los había probado así y desde el primer bocado siento que acabo de encontrar una de esas preparaciones que hacen la diferencia. Tal vez la clave esté más allá del tipo de plátano que emplean y del momento de vida en que lo usan, porque son el resultado de trabajar el plátano cortado por la mitad, en lugar de hacerlo en rodajas como es tradicional. ¿Puede que influya el sentido del corte de la fibra? Lo pienso por un momento antes de seguir comiendo. Me gusta tanto que pido otro plato y sigo embobado con estos patacones extraños y amables, bañándolos de vez en cuando con una vinagreta de cocona y charapita que aviva el bocado y alegra el cuerpo.

Estoy sentado junto al puente Reyter, frente al cauce del río Chanchamayo, en el comedor abierto de uno de esos restaurantes que salpican la Belaunde Terry, la gran carretera de la selva, y a los que alguien dio en llamar restaurantes turísticos. Nunca entendí el concepto, pero ahí está, perpetuado más por la insistencia que por la claridad de la categoría. Las vistas son buenas y el espacio es agradable, pero este es algo más que un lugar en el que detenerse a mitad del viaje. También es el comedor más recomendable que he encontrado en esta parte de la selva central.

La carta se asienta sobre los productos de la cuenca amazónica. Carnes de monte –sajino, zamaño, venado y cutpe– y pescados locales, que encabezan la doncella y el paco y se alargan hasta el barbón, la chupadora o la carachama, escapando de las concesiones a la trucha y la corvina, tan frecuentes en otros comedores de la comarca que gira en torno a San Ramón y La Merced.

Las preparaciones son simples y se repiten con las carnes. El zamaño (majaz) asado cumple, aunque como suele ser habitual en las preparaciones populares le vendría bien una cocción más larga, mientras el bistec de venado abunda en la sequedad de la carne. El chicharrón de zamaño sube la media, mostrándose tierno y sabroso, ayudado por la grasa que contiene la carne de este enorme roedor. La cocina tradicional peruana ha llegado al punto de necesitar afrontar las cocciones de las carnes como ya ha hecho con la mayoría de los pescados, aceptando y entendiendo que la calidad está en la ternura.

Cada propuesta llega convertida en una fuente que lo combina todo: arroz, ensalada, plátano frito, el guiso en cuestión y una yuca frita tan bien resuelta como el patacón. Entre los pescados, disfruto un chicharrón de doncella bien concretado; sencillo y familiar. El sudado de gamitana sufre las consecuencias de la multitud de cortes que aplican al lomo del pescado y acaban secando la carne.

No dejen pasar los jugos. El frescor y la explosión de sabor están garantizados.

AL DETALLE
Calificación: 1.5 estrellas de 5
Tipo de restaurante: cocina amazónica.
Dirección: Carretera Fernando Belaunde Terry km 12, puente Reyter, La Merced, Chanchamayo, Junín.
Teléfono: 064-799716.
Tarjetas: Visa. Valet parking: no.
Precio medio por persona (sin bebidas): 30 soles.
Bodega: no hay.
Horario de atención: de lunes a viernes, de 7:45 a.m. a 6 p.m., y sábado y domingo de 7:45 a.m. a 7 p.m.
Observaciones: cierra todas las noches

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