Tabla de Picar: "Historias que aderezan", por C. Contreras
Tabla de Picar: "Historias que aderezan", por C. Contreras
Catherine Contreras

Con la práctica del periodismo gastronómico aprendí algo que nunca había percibido: detrás de un plato –desde el más barato, humilde y sencillo, hasta el más complejo, caro y vanguardista– hay un insumo que da a la propuesta un toque diferente, que permite que lo percibamos de una manera especial.

Me refiero a las historias personales. Lo sentí cuando conocí al productor Julio Hancco, a su esposa Rosa y a sus siete hijos, a más de 4 mil metros, en Pampacorral (Calca, en Cusco). Allí una huatia supo a gloria, después de compartir la cosecha con quienes entonces (era el 2010) cultivaban más de 180 variedades de tubérculos, al amparo de los míticos apus Sawasiray y Pitusiray. Eran los guardianes de nuestra biodiversidad.

Percibí lo mismo cuando la picantera Mónica Huerta me presentó a María Ccayacco, la famosa 'Muñequita', quien trabajó con su madre y fue su hacedora, que así llaman a quien es brazo derecho en la cocina arequipeña. La bautizaron así porque era chiquita, y con esas manos pequeñas hace bailar la mano (piedra del batán) sobre un montón de huacatay, que muele con amor y da sabor a la ocopa arequipeña que sirven en La Nueva Palomino.

Una historia más sumé el fin de semana en Paracas. Quise buscar al Griego Miguel Ángel Yika Ormeño, en la playa Atenas, pero hay quienes dicen que ya murió. En su reemplazo, la bahía me regaló un encuentro con un chico empeñoso. Miguel Pulache Tarrillo es su nombre, y sobre él va este Entremés. Salga en busca de historias que potencien la cocina. Lo disfrutará y será feliz.

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