Tabla de Picar: "Mayumi y el mar", por Catherine Contreras
Catherine Contreras

Abel Ramírez Trebejo es Mayumi, nombre curioso para un pescador huachano que hace 27 años llegó a Ancón. Dice que fue por su chalanita, que bautizó con el nombre de su hija, que todos en la caleta lo llaman así.

Mayumi es presidente de la Asociación de Pescadores Artesanales de Ancón, que reúne a 600 hombres de mar, entre los que busca inculcar dos temas fundamentales. Uno de ellos es el respeto a la biodiversidad en esta caleta, porque según el Imarpe existen allí 82 especies de peces (como el pejerrey) e invertebrados como el pulpo, cuya pesca hoy está regulada. Hace apenas dos años que las 22 embarcaciones marisqueras de Ancón –apoyadas por la ONG The Natural Conservancy– se dieron cuenta de que, si no controlaban la explotación del pulpo anconero, podrían depredar el recurso, afectando fuertemente sus propias economías.

Hoy, los buzos que practican una pesca sustentable en los 13 islotes frente a Ancón se sumergen a las 8 de la mañana y se cuidan de no extraer más de 45 kilos de molusco cada uno. Este acuerdo les permite ofrecer pulpo todo el año, e incluso abastecer a restaurantes de Lima.

El segundo tema que hoy da vueltas en la cabeza de Mayumi tiene que ver con el cuidado del ecosistema. El buen pescador tiene una iniciativa interesante, que espera ejecutar a mediados de febrero: quiere animar a buzos y pescadores a limpiar el fondo marino, algo que nunca se ha hecho en Ancón. “Porque la playa tiene que estar limpia, pero el mar también”, nos dice. Y razón no le falta. Vamos a apoyarlo.

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