Marino Morikawa: tips para proteger el medio ambiente [VIDEO]

Dice Marino Morikawa que su vida es un tacu tacu con cebiche. Lo asegura así porque hasta hoy ha hecho y estudiado de todo. Curioso es él, y por eso se convirtió en científico. Ambientalista, para más precisión, y en ello se desenvuelve como pez en el agua, literal. 

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Morikawa es de Huaral pero fue Japón su alma mater en temas ecológicos. Regresó al Perú dispuesto a recuperar el humedal que marcó su niñez: El Cascajo. 

Cuando llegó el 2010 lo encontró todo verde, plagado de una planta flotante que él llama lechuga de agua. Contaminada la tierra que lo rodeaba y el agua también, decidió recuperarlo, logrando que en solo tres años el escenario se transforme. Gracias a la nanotecnología y un sistema que permite limpiar el agua de las bacterias dañinas, recuperó esta zona que hoy acoge a más de 90 especies de aves migratorias.

PECES LIMPIOS

Después de participar en Momento Andes –encuentro multidisciplinario en Cusco– Morikawa pasó esta última semana entre Puno y Tumbes. En el sur usó la nanotecnología para tratar el agua y mejorar la calidad de las truchas del proyecto acuícola Piscis Piscifactoría de los Andes. En el norte, con la empresa Macori que cultiva langostinos, ayudó a desmoleculizar las partículas de agua de las pozas para "reinyectar" oxígeno de manera natural. Todo lo hizo con micronanoburbujas.

Marino Morikawa desarrolla proyectos desde la nanotecnología, ciencia que puede ser aplicable a la gastronomía. (Foto: Omar Balbín)

"Una molécula nanométrica mide 10 a la menos 9. Son partículas muy pequeñas que entran al punto de inicio que puede causar el foco infeccioso", explica el científico, que utiliza las micronanoburbujas no solo para reducir la carga contaminante del agua, sino que al ingresar a las branquias de los peces que habitan en ella las limpia para una mejor oxigenación, mejorando también su metabolismo. "Así el pez crece en un confort que le ayuda a tener una mejor calidad de grasa, y por ende mejora su sabor", explica, marcando una línea de acción hacia lo culinario.

SUS RETOS
Morikawa insiste que no vino al Perú solo por El Cascajo. También vino dispuesto a recuperar el lago Titicaca. "Mi apuesta es a usar la nanotecnología para recuperar el cuerpo de agua de una manera rápida, pero estamos a la espera de la firma de convenios para la planta de tratamiento. Yo ya estoy preparado hace tres años", cuenta, antes de narrarnos la situación del enfermo: el principal contaminante es la bahía interior de Puno, donde llega el drenaje de 300 mil habitantes, aparte de los ríos que desembocan y que están 100% contaminados. "Lo puedo recuperar en 6 meses -dice-, pero nada gano haciéndolo si con los agentes colindantes no tengo un trabajo conjunto". Se refiere al reto que también tienen que asumir las instituciones locales y la empresa privada. Algo similar pasa en Huacachina: "Lo tenemos 60% avanzado. Va a ser el primer proyecto del Perú en lograr la recuperación integral de un hábitat natural". Si todo empieza como lo planeado (en octubre, posiblemente) Morikawa dice que no solo limpiarán el cuerpo de agua, sino que crearán con el sedimento un jardín botánico con plantas oriundas como el huarango. 

"Mi trabajo es darle un plus a la naturaleza para que pueda comportarse adecuadamente", reflexiona el científico, que no deja de pensar en lo que vendrá. "¿Por qué los jóvenes de ahora no pueden gozar lo que nosotros gozamos de pequeños? Mejoremos el presente para que el futuro sea natural", anima.

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