IANA MÁLAGA
La quinua puede desempeñar un papel fundamental en la erradicación del hambre mundial, aseguró ayer el director general de la FAO, José Graziano da Silva, durante el lanzamiento oficial del Año Internacional de la Quinua en Nueva York.
Tales palabras engordan nuestro orgullo nacional, pero hay que ser cautelosos. Si bien el cereal podría jugar un papel preponderante en futuras crisis alimentarias, hoy por hoy las poblaciones más pobres casi no consumen este producto dado su alto costo en el mercado. Según Luz Gómez, jefa del programa de cereales y granos nativos de la Universidad Agraria La Molina, el incremento de la demanda interna y las exportaciones de quinua año a año (US$30,7 millones en el 2012) han conllevado a que hoy se pague S/.10 el kilo en promedio por este alimento. Un precio imposible de asumir por los quintiles más pobres del país.
En los grandes supermercados se cobra hasta S/.16 el kilo, refiere Gómez. Entonces, no podemos afirmar que la quinua pueda, por ahora, acabar con la desnutrición crónica en el país si las poblaciones más vulnerables no tienen recursos para adquirirla.
Luis Ginocchio, ex ministro de Agricultura, indica que en el Perú se cultivan 45.000 toneladas de quinua al año en 35.000 hectáreas de suelo. Pero, como el experto refiere, la falta de investigaciones y el bajo nivel de tecnificación de los 70.000 agricultores que la cultivan, imposibilitan atender una mayor demanda del grano andino. Si queremos cubrir la demanda interna, es urgente incrementar la producción de quinua de 1.100 kilos a 2.000 kilos por hectárea, precisa Gómez.
Tampoco se puede prever cuál será el precio del cereal en los años venideros dada la intención de distintos países por sembrarlo. Estados Unidos y Chile están liderando investigaciones para empezar a sembrar quinua en sus territorios, asegura Gómez.
INICIATIVAS El ministro de Agricultura, Milton Von Hesse, asegura que desde fines del 2012 su sector lidera la Estrategia Multisectorial de la Dieta Andina, que busca generar incentivos para que los agricultores logren posicionar mejor la quinua en el mercado.
Ginocchio sugiere que el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social compre más quinua para abastecer sus programas sociales; mientras que Agricultura ponga en marcha los programas como Mi Riego y Mi Siembra, que han prometido elevar la competitividad de los pequeños agricultores.