Harrysson Neira (al fondo) fue el 2013 el mejor barista del Perú. Este año, Mauricio Rodríguez, su brazo derecho en Neira Café Lab, sigue sus pasos.
Harrysson Neira (al fondo) fue el 2013 el mejor barista del Perú. Este año, Mauricio Rodríguez, su brazo derecho en Neira Café Lab, sigue sus pasos.
Catherine Contreras

Después de siete años, el especialista en café Harrysson Neira ha vuelto a experimentar el nerviosismo que sintió cuando por primera vez quedó finalista en un concurso nacional de barismo. El 'déjà vu' se dio el sábado último, en Villa Rica, cuando acompañó a su amigo y discípulo barista Mauricio Rodríguez en el certamen que mide las habilidades de quienes se saben especialistas en preparar una taza de café.

Fue en el 2010 cuando Harry, armado del ímpetu de sus 20 años, mostró su arte y quedó finalista del primer concurso de barismo local. No contento con su posición, el joven participó al año siguiente y se ubicó en segundo lugar. Seguro de su técnica, aunque sin curarse de los nervios, Harry perseveró, y en el 2013 se convirtió por fin en el mejor barista del Perú. Él representó al país en Rimini, Italia. Ahora su discípulo lo hará en Ámsterdam, Holanda, el próximo año. Es en situaciones como estas que personas como Harry miran atrás y agradecen lo avanzado. El largo camino de la vocación, que se inicia con los recuerdos de infancia, en casa de su abuela en Culebreros (Morropón) y el aroma de ese café que lo envolvió para nunca más soltarlo. Enfocarse en la búsqueda del buen café y del buen productor, para trasladar esos conocimientos a quienes –como Mauricio– quisieron aprender de él. Hoy, el mejor premio para Harry es el triunfo de Mauricio, su brazo derecho en Neira Café Lab.

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