Tener un bebé enfermo en casa representa uno de los mayores desafíos para todos los padres. Si bien las primeras etapas de la vida de un hijo están llenas de descubrimientos, aprendizajes y momentos de ternura, también puede estar muy presente la incertidumbre, especialmente cuando la salud del pequeño se ve comprometida. En definitiva, esta incertidumbre se vuelve aún más tangible cuando surge una afección común pero dolorosa, como la otitis, la cual se destaca por su frecuencia y su capacidad para generar malestar significativo en los bebés, quienes todavía no pueden expresar con claridad lo que sienten.
Aunque puede parecer una condición relativamente simple, quienes han experimentado una noche en vela con un pequeño que llora inconsolablemente por el dolor en el oído, saben que la otitis puede ser una experiencia angustiante, tanto para los bebés como para sus padres. Sin duda, esta infección del oído medio, que se manifiesta con síntomas, como dolor agudo, fiebre y, a veces incluso problemas de audición temporal, es un enemigo silencioso que afecta el bienestar de los más pequeños en una etapa crucial de su desarrollo.
¿Qué es la otitis?
Según explicó la doctora Sarah Vega, pediatra y neonatóloga de la Clínica Ricardo Palma a Hogar y Familia, la otitis es una inflamación que puede afectar distintas partes del oído. Por un lado, está la otitis externa, la cual afecta el conducto auditivo externo, generalmente causada por el ingreso de agua a los oídos, como ocurre cuando los infantes están en las piscinas, así como también es frecuente en menores con eczema en el oído, lo que provoca picazón y malestar.
Mientras que, la otitis media es una infección del oído medio, la parte que se encuentra detrás del tímpano, donde virus o bacterias pueden quedar atrapados, causando inflamación y acumulación de líquido. Como refirió Heidi Szugye, pediatra de Cleveland Clinic, esta afección es especialmente común en bebés y niños pequeños por varios motivos anatómicos y fisiológicos. En primer lugar, porque las trompas de Eustaquio, que conectan el oído medio con la parte posterior de la garganta, son más cortas y horizontales en los bebés, lo cual dificulta el drenaje del líquido acumulado y facilita la entrada de patógenos hacia el oído. Además, el sistema inmunológico de los bebés aún no está completamente desarrollado, lo que aumenta su susceptibilidad a las infecciones.
¿A partir de qué edad los bebés pueden desarrollar esta condición auditiva?
Los bebés pueden desarrollar otitis en cualquier momento; no obstante, el riesgo es mayor entre los 6 meses y los 2 años, ya que diversos estudios señalan que alrededor del 80% de los niños experimentan al menos un episodio de otitis media antes de los 3 años. Durante este período, las características anatómicas de las trompas de Eustaquio, sumadas a un sistema inmunológico en desarrollo, hacen que las infecciones sean más frecuentes.
¿Cuáles son los factores de riesgo de la otitis en bebés?
Uno de los principales factores de riesgo de la otitis en bebés son las infecciones respiratorias, como resfriados y gripes, ya que pueden generar una inflamación en las trompas de Eustaquio, lo cual bloquea el drenaje adecuado del oído medio, permitiendo que el líquido se acumule. Como indicó la especialista de Cleveland Clinic, en estas condiciones, las bacterias y virus se multiplican fácilmente, causando la infección.
“Es importante tener en cuenta que, el clima o las estaciones del año pueden ser factores muy influyentes en el desarrollo de esta condición auditiva. Por ello, al ser las infecciones respiratorias más comunes durante el invierno, esto puede llevar a un aumento significativo en los casos de otitis media entre la población infantil. Asimismo, la temporada de primavera, en la cual son más comunes las alergias, como la rinitis, también puede incrementar su incidencia”, sostuvo la doctora Marcela Abarca, otorrinolaringóloga de Clínica Internacional.
De igual forma, la manera en la que se alimenta al bebé influye significativamente en el riesgo de otitis, pues como aseguró la neonatóloga, el uso del biberón cuando el bebé está acostado puede facilitar la entrada de líquidos a las trompas de Eustaquio, aumentando así la probabilidad de la infección. En contraste, la lactancia materna se asocia con un menor riesgo, ya que porta anticuerpos que fortalecen el sistema inmunológico del menor, protegiéndolo de infecciones respiratorias y del oído, destacó Szugye.
“Los bebés y niños que están expuestos al humo del cigarro también tienen mayor riesgo de infecciones de oído, ya que irrita las vías respiratorias. Igualmente, las guarderías o los entornos concurridos pueden ser un factor de riesgo a considerar, pues el contacto cercano con otros niños aumenta la posibilidad de infecciones respiratorias que pueden desencadenar un cuadro de otitis”.
¿Cuáles son los síntomas más frecuentes de la otitis en bebés?
De acuerdo a la doctora Heidi Szugye, la otitis media es una infección que se distingue de otras afecciones del oído por sus síntomas más intensos, debido a la acumulación de líquido en el oído medio. A diferencia de infecciones leves, que pueden presentar malestar sin fiebre ni inflamación significativa, la otitis generalmente presenta:
- Fiebre alta: Un aumento de la temperatura corporal es un signo habitual de infección.
- Dolor intenso en el oído: Suele empeorar al acostarse debido a la presión acumulada.
- Irritabilidad y llanto frecuente: Los bebés pueden mostrar incomodidad constante debido al dolor en el oído.
- Tirar o frotarse las orejas: Esta es una señal clásica de que el bebé experimenta malestar en el oído.
- Pérdida de apetito: El dolor al tragar puede hacer que el bebé rechace alimentos o el biberón.
- Dificultad para dormir: Acostarse puede aumentar la presión en el oído, haciendo más difícil el descanso.
- Secreción del oído: En casos graves, cuando la presión en el oído medio es demasiado alta, el tímpano puede romperse, provocando una secreción amarillenta o con sangre.
- Pérdida temporal de audición: La acumulación de líquido puede afectar la capacidad auditiva del bebé, lo que podría impactar su desarrollo si no se trata a tiempo.
“Si el bebé presenta episodios frecuentes de otitis media, ya sean tres o más en un período de seis meses a un año, esto podría indicar que el menor a desarrollado una otitis crónica o recurrente. Asimismo, la presencia persistente de síntomas, como la irritabilidad, tirones constantes de las orejas y problemas de audición también podrían ser una señal de una condición crónica”, expresó María Saravia Bartra, médico pediatra y directora de la carrera de Medicina Humana en la Universidad San Ignacio de Loyola.
¿Cómo se aborda la otitis en bebés?
El diagnóstico se realiza mediante una evaluación médica, principalmente un examen físico del oído con un otoscopio, el cual permite observar signos de inflamación, enrojecimiento o líquido acumulado detrás del tímpano. En ocasiones, como señaló la otorrinolaringóloga, para complementar el diagnóstico, los médicos pueden apoyarse de exámenes adicionales como la timpanometría que mide la movilidad del tímpano y ayuda a confirmar la presencia de líquido en el área.
“También se pueden emplear los potenciales evocados auditivos (PEA), una prueba diagnóstica utilizada para evaluar la función del nervio auditivo y las vías auditivas en el cerebro. Aunque no son el examen principal para diagnosticar otitis, pueden ser útiles en algunos casos para evaluar la capacidad auditiva, especialmente si se sospecha que una otitis crónica o recurrente está afectando la audición, sobre todo, en bebés y niños”.
Por su parte, la pediatra mencionó que, el tratamiento depende de la gravedad de la infección. Si los síntomas son leves, el médico puede optar por una observación de 48 a 72 horas antes de prescribir antibióticos, ya que muchas infecciones virales suelen resolverse sin necesidad de medicamentos. Por lo general, se suelen recomendar el uso de analgésicos como paracetamol o ibuprofeno para aliviar el dolor y reducir la fiebre durante unos 5 a 10 días, para asegurar la eliminación total de la infección.
En casos más graves o recurrentes, se puede considerar la colocación de tubos de drenaje para prevenir acumulaciones futuras de líquido en el oído medio. Asimismo, el uso de antibióticos se prescribe si la infección es severa, es decir, si los síntomas persisten por más de 48 horas o si el bebé tiene fiebre alta mayor a 39 grados y es menor de 6 meses de edad.
“Es fundamental tener precaución con el uso de remedios caseros en bebés con otitis. Aunque algunos métodos tradicionales pueden parecer inofensivos, muchos no son efectivos y algunos incluso pueden agravar la situación. Por lo tanto, siempre es recomendable consultar a un pediatra antes de aplicar cualquier tratamiento para asegurar un manejo seguro y adecuado de la otitis. Además, es crucial tratar esta afección de manera oportuna, ya que, sin no se aborda correctamente, puede derivar en una serie de complicaciones. A corto plazo, puede surgir dolor intenso, perforación del tímpano y propagación de la infección a estructuras cercanas, como el hueso mastoideo (mastoiditis). Mientras que, a largo plazo, podría causar la pérdida de la audición permanente, retrasos en el desarrollo del habla y del lenguaje, así como también problemas de aprendizaje”, afirmó la doctora Saravia.
¿Qué medidas preventivas pueden ayudar a evitar la otitis en los bebés?
- Lactancia materna: Amamantar al bebé durante los primeros seis meses de vida ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, reduciendo el riesgo de infecciones del oído.
- Evitar la exposición al humo del tabaco: El humo de segunda mano puede aumentar la susceptibilidad del bebé a infecciones respiratorias, que a su vez pueden provocar otitis.
- Mantener la higiene nasal: Limpiar suavemente la nariz del bebé con suero fisiológico o un aspirador nasal, especialmente si tiene congestión, ayuda a prevenir acumulaciones de moco que pueden bloquear la trompa de Eustaquio y contribuir a infecciones.
- Evitar la exposición a infecciones respiratorias: Limitar el contacto con personas que tengan resfriados o infecciones respiratorias puede disminuir el riesgo de que el bebé se contagie y, por ende, desarrolle otitis.
- Vacunación: Asegurarse de que el bebé reciba las vacunas recomendadas, como la vacuna antineumocócica y la vacuna contra la influenza, puede ayudar a prevenir infecciones que podrían complicarse en una otitis.
- Evitar la alimentación con biberón en posición horizontal: Dar el biberón al bebé en posición semisentada ayuda a evitar que la leche o los líquidos entren en la trompa de Eustaquio, lo que podría desencadenar infecciones del oído.
- Uso moderado del chupón: Algunos estudios han sugerido que el uso prolongado de chupón puede aumentar el riesgo de otitis, por lo que es recomendable limitar su uso.
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