- ¿Cuál es la edad ideal para que un niño tenga su primer celular? Esto dicen los expertos
- La tablet podría estar empeorando el comportamiento de tu hijo: estudio revela que su uso temprano provoca ira y desborde emocional
Un niño de 7 años con un smartphone en la mano, navegando por TikTok. Un preadolescente de 11 años obsesionado con obtener más “me gusta” en Instagram. Un grupo de niños de 13 años compartiendo contenido en redes sin comprender del todo las implicaciones de su huella digital. En definitiva, estos escenarios, cada vez más frecuentes, plantean uno de los dilemas más inquietantes para los padres de hoy: ¿cuál es la edad adecuada para permitir que un niño tenga redes sociales?
En la actualidad, estar fuera de las redes sociales es casi sinónimo de estar “desconectado del mundo”. Para muchos niños y adolescentes, no tener una cuenta en Instagram, TikTok o Youtube puede significar quedar excluidos de conversaciones, tendencias y hasta de su círculo social. Las plataformas digitales ya no son solo una herramienta de entretenimiento, sino una extensión de su vida cotidiana y un espacio clave en su proceso de socialización.
Antes, la interacción ocurría en el parque, en el colegio o en la casa de un amigo. Hoy, una gran parte de esta conexión sucede en el mundo virtual. Sin embargo, no todas las redes sociales están diseñadas para los más pequeños, y acceder a ellas sin una supervisión adecuada puede implicar riesgos emocionales, psicológicos y de seguridad.
¿Existe una edad recomendada para que los niños comiencen a usar redes sociales?
No hay una edad exacta que garantice un uso seguro de las redes sociales. Sin embargo, Alberto Alegre Bravo, psicólogo y coordinador académico de la carrera de psicología de Continental Florida University indicó a Hogar y Familia que, la mayoría de las plataformas establecen los 13 años como edad mínima debido a la Ley de Protección de la Privacidad Infantil en Línea (COPPA) en EE. UU, ya que a partir de esta edad, los niños suelen desarrollar una mayor capacidad para comprender los riesgos asociados al uso de internet, como la privacidad, el acoso cibernético y el contenido inapropiado.
“Además de las razones legales, a esta edad los niños comienzan a desarrollar habilidades cognitivas y emocionales más complejas, como el pensamiento abstracto y la autorregulación emocional. Asimismo, los 13 años suelen coincidir con el inicio de la adolescencia, una etapa en la que los menores van dejando atrás una fuerte dependencia emocional de sus padres y desarrollan mayor conciencia sobre el impacto de sus acciones, aunque aún siguen siendo vulnerables a la presión social. La preparación para usar redes sociales depende también de otros factores individuales, como el entorno familiar y el nivel de supervisión que se tenga”, destacó Juan José Soza Herrera, psicólogo y docente.
Dado que uno de los hitos del desarrollo neurológico ocurre a los 12 años, cuando el cerebro alcanza aproximadamente el 80% de su desarrollo, los 13 años pueden ser una edad propicia para que un niño comience a incursionar en redes sociales. No obstante, Mary Yamamoto, psicóloga especialista en familia de Pediatric Plus recalcó que, si el menor presenta dificultades atencionales o emocionales, la edad de inicio debería postergarse algunos años, ya que estos factores pueden retrasar su madurez y aumentar su vulnerabilidad ante los riesgos digitales.
En esta misma línea, Liliana Tuñoque, psicoterapeuta de Clínica Internacional señaló que la Asociación Americana de Psicología (APA), también propone esta edad, aunque es recomendable atrasar lo más posible el uso de las redes sociales. “Podría decirse que tal vez entre los 15 o 16 años sería “menos malo”, pues las redes sociales impiden el contacto cara a cara de los niños, pueden generar adicción y los exponen a información no apropiada para su edad”, agregó Ruth Kristal, psicóloga de SANNA Clínica San Borja.
¿Cuál es el impacto de las redes sociales en el desarrollo emocional y social?
Las redes sociales han transformado la forma en que las personas interactúan y construyen su identidad, especialmente en niños y adolescentes. Si bien pueden ofrecer espacios de comunicación y aprendizaje, también pueden tener consecuencias negativas en el desarrollo emocional y social.
Según el psicólogo Miguel Hinojosa, las redes sociales pueden distorsionar la percepción de la realidad y generar expectativas irreales, fomentando una búsqueda constante de placer inmediato. Este fenómeno contribuye al desarrollo de problemas como insatisfacción corporal, ansiedad y dependencia emocional a la validación externa.
Por su parte, Alegre enfatizó que la exposición temprana a redes sociales influye en la regulación emocional y en la adquisición de habilidades sociales. Al priorizar las interacciones digitales sobre las reales, los niños pueden desarrollar dificultades en la comunicación cara a cara, la empatía y la resolución de conflictos.
“El uso precoz de las redes sociales puede llevar a un niño o adolescente a tener problemas de socialización. Un estudio de la Universidad de Michigan encontró que la sustitución de interacciones reales por digitales puede generar sentimientos de soledad y depresión”, sostuvo la psicoterapeuta.
Asimismo, Juan José Soza advirtió que la sobreestimulación emocional y la exposición prematura a contenidos inadecuados pueden distorsionar la forma en que los jóvenes construyen su identidad. La constante comparación con estándares irreales de éxito y belleza pueden comprometer la autenticidad de los adolescentes, ya que moldean su identidad en función de la aprobación externa, dificultando así el desarrollo de una autoimagen sólida y estable.
“Diversos estudios han demostrado una correlación significativa entre el uso de redes y el aumento de síntomas ansiosos, especialmente en los adolescentes. Esto no solo se debe a la exposición constante a la comparación social, sino también al ciberacoso y la necesidad de “estar siempre conectados”, lo que puede conducir al desarrollo de trastornos emocionales”.
¿Qué señales indican que un niño no está preparado para tener redes sociales?
Para determinar si un niño está preparado emocionalmente para usar redes sociales, es fundamental observar ciertas señales que podrían indicar lo contrario. Según Juan Soza, un signo claro es la ansiedad excesiva por recibir respuestas o “likes”, lo que puede generar frustración ante comentarios negativos y comparación constante con otros. Además, descuidar actividades escolares o sociales por estar conectado indica una relación poco saludable con las redes. También pueden presentarse irritabilidad al no poder acceder a ellas y aislamiento en el mundo real, lo que sugiere una dependencia emocional que afecta su bienestar.
Por otro lado, el experto de Continental Florida University mencionó que la dificultad para manejar críticas, una autoestima influenciada por la aprobación en redes y la incapacidad de establecer límites en su uso son señales de alerta. Asimismo, cambios de ánimo asociados a interacciones digitales y comportamiento impulsivo pueden hacer que el niño sea más vulnerable a conflictos en línea.
¿Cuáles son los principales riesgos que enfrenta un niño en redes sociales?
Los niños en redes sociales pueden enfrentar múltiples riesgos, incluyendo el acoso cibernético, la exposición a contenido inapropiado, el contacto con desconocidos con malas intenciones y la pérdida de privacidad. Otro riesgo importante es la adicción a las redes, que puede llevar a un uso excesivo de las pantallas, afectando su desarrollo social, rendimiento escolar y calidad del sueño.
“Un estudio del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) precisó que el ciberacoso afecta a cerca del 15% de los jóvenes. Por ello, es fundamental que los padres supervisen y eduquen a sus hijos sobre estos peligros para que puedan navegar en internet de manera segura. Además, es importante estar atentos a señales de alerta, como el secretismo en torno a su actividad en línea, por ejemplo, si el menor se aísla para usar redes sociales y evita hablar sobre lo que hace en ellas. Otro indicio preocupante son los problemas de sueño, ya sea por insomnio o porque aprovecha la noche para conectarse y conversar en redes sociales a escondidas”, refirió Liliana Tuñoque.
¿Es mejor prohibir el acceso o educar sobre su uso responsable?
Según Juan José Soza es preferible educar en el uso responsable de las redes sociales desde pequeños en lugar de prohibir su acceso por completo. Un enfoque progresivo permite que los niños comprendan la importancia de la privacidad, los riesgos en línea y el comportamiento digital saludable antes de gestionar sus propias cuentas.
Restringirlas de manera absoluta puede despertar más curiosidad o fomentar el acceso a escondidas sin supervisión ni orientación. En cambio, introducir gradualmente plataformas adecuadas para su edad, con acompañamiento y límites claros, les proporciona herramientas para navegar el mundo digital con seguridad y responsabilidad.
¿Cómo pueden los padres preparar a sus hijos para un uso seguro de redes sociales?
Liliana Tuñoque enfatizó que los padres deben:
- Establecer límites: Es fundamental establecer horarios y contenidos permitidos.
- Educación digital: Es importante enseñarles a identificar contenido inapropiado, a gestionar su privacidad online y a ser responsables de sus acciones en la red. Además, se les debe explicar qué es el bullying y el ciberacoso, cómo pueden reconocerlo y qué hacer en esos casos.
- Consecuencias del mal uso: Explicar claramente las consecuencias de un uso irresponsable de las redes sociales, como implicancias legales a las que se podrían llegar, sanciones, entre otros. Asimismo, es importante hablarles sobre medidas de seguridad. Por ejemplo: Tener una cuenta privada solo con familiares y amistades que conocen en persona, no compartir su dirección en Facebook, ni su rutina diaria, tener cuidado con las fotos, etc.
- Valores: Así como en las relaciones personales, hay que enseñarles la importancia del respeto, la empatía y la comunicación asertiva en los canales online.
- Supervisión: Supervisar sus actividades y el contenido al que ingresa. Antes de permitir el acceso a redes sociales, es importante anticiparnos y explicar que por su seguridad los contenidos online serán supervisados.
- Comunicación activa: Es clave mantener una comunicación fluida con nuestros hijos, escucharlos de manera activa, es decir, con atención, sin criticar ni juzgar para brindarles consejos y poner límites.
- Fomentar actividades alternativas: Como deportes, hobbies, lectura, tiempo en familia y con amigos.
“Para que las normas sean efectivas, es mejor establecerlas de manera dialogada en lugar de solo imponer reglas. Los padres deben involucrarse de forma positiva, acompañando en lugar de controlar, para fortalecer la confianza con sus hijos. Explicarles el motivo detrás de los límites es fundamental. Es importante encontrar un equilibrio entre supervisión y libertad. Por ejemplo, se pueden definir juntos el tiempo de pantalla y las plataformas adecuadas según la edad. También es útil conversar sobre sus experiencias en redes y los posibles riesgos, fomentando así el respeto mutuo. Enfatizar el aprendizaje y la autorregulación ayudará a que los niños desarrollen confianza y autonomía”, aseguró Soza Herrera.
¿Cuáles son las plataformas más seguras para que los niños se inicien en el mundo digital?
Las plataformas más adecuadas para introducir a los niños al mundo digital de forma segura son aquellas diseñadas específicamente para su edad y con herramientas de control parental. Según Alberto Alegre, YouTube Kids ofrece contenido filtrado y opciones de supervisión, mientras que Messenger Kids permite la comunicación solo con contactos aprobados por los padres, garantizando un entorno más seguro.
Existen también redes sociales infantiles como Kidzworld, PopJam, GromSocial, Kudos y LEGO Life, que promueven la interacción en espacios moderados y protegidos. Para el aprendizaje, plataformas como ClassDojo, Edmodo, Google Classroom y Duolingo Kids combinan educación y tecnología de manera segura, permitiendo que los niños exploren el mundo digital con menor exposición a riesgos, explicó Yamamoto.
Los especialistas también resaltaron que es común que los niños sientan presión cuando sus amigos ya usan redes sociales. Sin embargo, es fundamental que los padres tomen decisiones basadas en la madurez de su hijo y no en la influencia externa. En lugar de ceder a la presión, se recomienda explicar las razones de la decisión y ofrecer alternativas seguras. Además, conversar con otros padres para establecer reglas en común puede ser útil, al igual que enseñar a los niños a manejar la presión social sin renunciar a su seguridad. Cada familia tiene su propio ritmo, y establecer límites con amor y claridad ayuda a fortalecer el criterio y la confianza de los pequeños.
Contenido Sugerido
Contenido GEC