MDN
Arequipa
Zenaida Condori

Cuando a Juber Díaz le detectaron anemia tenía 10,63 de hemoglobina. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que – para su edad- el nivel mínimo es 11. El menor de un año y dos meses generó alerta en el Centro de Salud de Pampacolca, en la provincia de Castilla, región Arequipa. Su diagnóstico fue déficit de hierro.

El personal de salud lo intervino y al tercer mes de tratamiento se recuperó. Todos los días, dos horas antes del almuerzo, su madre, Felícitas Herencia (32) le da dos cucharaditas y media del jarabe de sulfato ferroso. Pese a su mejoría sabe que tiene que cumplir los seis meses con el medicamento para evitar una recaída.

El pequeño es monitoreado desde la posta. Felícitas no falta a sus controles, pues sabe que la anemia puede retrasar el crecimiento y afectar el desarrollo cerebral de su hijo. 

-Realidad-

Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes), el año pasado el 43,6% de niños menores de 35 meses del país padecían anemia. Esta cifra no se ha reducido respecto al 2016 (43,6%) y al 2015 (43,5%). No obstante en Arequipa los dígitos han variado.

En el 2015, el 42% de los niños de la región tenía anemia. Para el 2016 se incrementó al 44,5%, más alto que el promedio nacional. Pero para el 2017 bajó al 34,2%. En un año se redujo en 10.3 puntos porcentuales los casos.

La reducción de la anemia no fue homogénea al interior de la región. De las cuatro Redes de Salud en la que se divide Arequipa, la Red de Castilla-Coneduyos-La Unión es la que tuvo mejores índices. En el 2015, esta red presentaba el 59,53% de los niños con el mal. Para el 2016 bajó al 56,31%. El último reporte de Endes reveló que para 2017 se redujo a 37,89%, es decir, en un año descendió 18,42% de los caso.

Dentro de esta red, existe un distrito que ha tenido el mejor récord en la reducción de la anemia a nivel nacional. Pampacolca, ubicada a 245 km de la ciudad de Arequipa, redujo sus índices como nunca antes se ha visto en la historia.

De 69,57% que marcaba en el 2015, para el 2016 bajó a 64,91%. La reducción más significativa fue en el 2017: bajó hasta el 13,91%.

Pampacolca enfrentó la anemia de manera decisiva. En este distrito nació Juber Díaz y hasta ahí llegó El Comercio para conocer cuál es el origen de este exitoso indicador.

-¿Cómo lo lograron?-

Pampacolca se ubica a 2.916 metros sobre el nivel del mar y a cinco horas de viaje de Arequipa. En ingreso al lugar es por una carretera sin asfaltar. Los pobladores adultos tienen bajo nivel educativo y los jóvenes migran a las grandes ciudades por mejores oportunidades.

Este distrito tiene un pequeño establecimiento de Salud donde laboran 22 profesionales. La mitad de ellos son practicantes y serumistas. Este equipo atiende a una población de que supera los 4.000 habitantes.

La gerente de la Micro Red, Andrea Rivera, recibe las políticas regionales para luchar contra la anemia y junto a su jefa de Enfermería, Cyntia Tacco, elaboran las estrategias para llegar hasta el último niño de los 10 anexos que tiene el distrito.

Rivera y Tacco habilitaron un ambiente dentro de su pequeña infraestructura. Este es su centro de operaciones donde se reúnen, definen estrategias, evalúan los resultados, realizan nuevas propuestas y hacen seguimiento a cada niño. La jefa de enfermería ha convertido su oficina en un servicio de inteligencia. Tiene identificado y mapeado a todos los niños del distrito.

Tacco sostiene que existe una población sobreestimada. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) deben contar con 232 niños. Pero junto a sus enfermeras y serumistas realizaron su propio censo. La data real que levantaron fue de 165. Fruto de ese trabajo no solo tenían la cantidad exacta de los menores, sino información adicional.

Además de la edad, sexo, talla y peso, saben dónde viven, sus direcciones, los integrantes de su familia, cuantos hermanos tienen, quienes son sus padres, si son separados o madres solas, dónde trabajan, sus números de teléfono. Si eran de lugar o provenientes de otra zona. Saben cada cuánto tiempo viajan e incluso los antecedentes de enfermedades familiares. Toda esa información ha sido sistematizada.

Si eligieran un niño de Pampacolca al azar, las enfermeras están en la capacidad que contarles su hoja de vida. Tienen un cuaderno que les sirve de agenda laboral. Pero ese trabajo no era suficiente. Muy pocas madres asistían puntuales a los controles de sus niños. No había conciencia real de los padres sobre la anemia, el mal que afectaba a siete de cada 10 de sus niños.

-Despliegue-

Como ya sabían dónde ubicarlos, el personal iba a las casas a buscar a los menores para tomarles las muestras de hemoglobina. La actividad principal en Pampacolca es la agricultura. Como en el distrito no existe Cuna Más, las madres llevan a sus niños a la chacra. El personal de salud tenía que esperar la noche para encontrarlos.

"Cuando detectamos un niño con baja hemoglobina para nosotros es un caso de emergencia. No necesita citas. Tiene prioridad en la atención. Las encargadas de registros fichan la historia clínica del menor. Le ponen un marco rojo de alerta y todo el establecimiento se entera que el niño tiene anemia y está con tratamiento" indicó Cyntia Tacco.

Ese marco rojo activa a todo el personal. El médico le explica a la madre las consecuencias de la anemia y lo perjudicial que puede ser para el desarrollo de su niño. El odontólogo refuerza el mensaje del médico y le advierte que su hijo está en grave riesgo si no consume hierro. La nutricionista le enseña los alimentos que tiene que cocinar – de acuerdo a lo que produce la zona- y le entrega junto a su receta médica, una receta de comidas para la semana.

Las enfermeras están pendientes que cada día el niño consuma el sulfato ferroso. Llaman al celular o envían mensajes a las madres para recordarles la dosis que tienen que administrar. La asistenta de servicio social organiza charlas, reuniones, pasacalles para generar conciencia sobre la anemia.

La gerente de la Micro Red tiene que asegurar que no falte el equipamiento e insumos. Debe supervisar el stock de lancetas, microcubetas, guantes, dosis de sulfato ferroso y tener el hemoglobinometro en perfectas condiciones.

"En varias ocasiones nos hemos quedado sin implementos. Cuando el Ministerio de Salud no nos distribuye a tiempo, tengo que realizar un expediente para comprar los insumos con los recursos del Seguro Integral de Salud. Ahora mismo estamos comprando 100 lancetas, que se usan para sacar muestras de sangre. Es todo un proceso largo, pero lo tenemos que asumir. Si no tenemos los insumos nada funciona", sostuvo Andrea Rivera.

Con ese trabajo articulado, este distrito redujo en 50 puntos porcentuales, en un año, el índice de anemia. Pero ese equipo no se duerme en sus laureles. Al más mínimo descuido caen y eso les pasó.

En los reportes del primer trimestre de 2018 aumentaron 2%. No obstante, han reforzado el control por medio de un radar médico. El monitoreo a cada niño es más intenso. Si dedicaron todas sus fuerzas en reducir la anemia, ahora dan el doble para mantenerlo en el nivel más bajo.

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