Prestar atención a lo que sucede con los bosques, los ríos o el medioambiente en general y tomar acción es una tendencia que se ve en diversas industrias y la moda no podía escapar de ella.
La “ecomoda” es un intento por demostrar que es posible tener prendas de alta calidad y reducir el impacto ambiental al mismo tiempo, utilizando materiales reciclados, evitando los tejidos sintéticos y químicos; y cuya producción cuenta con certificaciones de sostenibilidad al seguir determinados procesos que permiten cumplir con las leyes medioambientales.
El término “ecomoda” empezó a utilizarse cuando la esposa de Colin Firth, Livia Firth, decidió fundar “Eco Age”, una empresa de consultoría que brinda soluciones de sostenibilidad a marcas que buscan mejorar sus procesos. En el 2012, se alió a la marca de relojes suizos, Chopard, para construir un concepto ecológico basándose en el oro como recurso natural.
Desde entonces, Eco Age se ha aliado a otras marcas como Lane Crawford, Sergio Rossi, Gucci, Erdem y Stella McCartney. Esta última es la precursora de la moda sostenible. Desde su fundación en el 2001, ofrece prendas ecológicas y vetó el uso del cuero, pieles y plumas.
Otras marcas han creado iniciativas propias como Hermès con Petit H, una línea de piezas únicas hechas de residuos que vienen directamente de los ateliers.
Gracias a que cada vez más marcas se unen al movimiento, el año pasado se creó la premiación “Green Carpet Fashion Awards” como parte de la Semana de la Moda de Milán. En su primera edición, fueron galardonados Giorgio Armani, Miuccia Prada, Pierpaolo Piccioli y Alessandro Michele con el Reconocimiento a la Sostenibilidad. La ecomoda ha llegado para quedarse.