Apuntemos a la ciudad, por Jorge Ruiz de Somocurcio
Apuntemos a la ciudad, por Jorge Ruiz de Somocurcio
Redacción EC

La Punta es sin duda uno de los lugares más bellos de la Costa de Lima y . Una península rodeada de mar por sus tres lados con el mayor Índice de Desarrollo Humano del Perú según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Con la ampliación de la hasta el Callao el 2016, así como la Línea 2 del Metro de Lima para el 2019, se romperá ese aislamiento que la ha mantenido alejada de los avatares de la presión inmobiliaria y, presumiblemente, se produzca un desborde urbano de no mediar previsiones desde hoy.

En ese contexto, un grupo privado de inversión, con plena responsabilidad social frente al enorme valor patrimonial de La Punta, nos encargó formular una visión urbanística y monumental que guiara sus futuros proyectos. Fue coordinada tanto con la gestión municipal saliente como la entrante.

Los inversionistas han preferido dotarse de una visión respetuosa del entorno, para situar sus proyectos dentro de parámetros de conservación, prevención de riesgo y la opinión favorable de los vecinos. Esta decisión es excepcional, en uno de los sectores económicos con menor conciencia patrimonial y ambiental.

La Punta está calificada como zona de riesgo y junto con el Cercado del Callao podría ser afectada por un tsunami, con olas que alcanzarían entre 7 a 12 metros de altura.

El municipio, que ahora ha hecho suyo el estudio, invitó al prestigioso ingeniero Julio Kuroiwa experto en prevención de desastres a discutir nuestra propuesta. Se plantea edificaciones frente al mar con los primeros pisos libres, y manzanas interiores con una volumetría variable de 4 a 5 pisos que se readecúa a los inmuebles históricos y facilita que las azoteas actúen como refugios.

En términos marinos, habría que resolver la dotación de playa. La Punta recibe los fines de semana en verano a 15 mil visitantes. Demasiada gente para tan poca playa. La propuesta recomienda la implementación de canchas de remo para los Juegos Panamericanos, creando más playa en Chucuito, y ganar terreno al mar en los malecones Pardo y Wiesse.

Paralelamente,  se puede construir una isla artificial de aproximadamente 20 hectáreas frente a La Punta, con el material del subsuelo que saldrá de la construcción de la Línea 2 del Metro y que amortiguaría al tsunami en su cara exterior. Obviamente deberán acompañarse modelaciones de las corrientes marinas.

La isla artificial puede ser una inversión público-privada que por su magnitud comprometería a los gobiernos provincial y central. Puede generar un nuevo frente marino de desarrollo urbano con centro de convenciones, hotel, viviendas y playas. Para el ingeniero Kuroiwa este podría ser un modelo de prevención de desastres, en una ciudad con silencio sísmico en cuenta regresiva y el punto de partida para una política de Estado sobre riesgos.

¿Cuál es la enseñanza de esta experiencia? Que un distrito puede llegar a aportar propuestas, de impacto metropolitano y nacional de la mano con un sector privado responsable y una hoja de ruta con visión de futuro.

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