‘Caracol’ impidió cambio del jefe de penal del Callao
‘Caracol’ impidió cambio del jefe de penal del Callao
Alonso Ramos

El 20 de julio del 2011 quedará registrado en la historia de las cárceles del Perú como el día en que , ‘Caracol’, el narcotraficante más buscado del país, impidió el relevo de un director del penal del por temor a ser trasladado a Challapalca, establecimiento de máxima seguridad ubicado en la sierra de Tacna.
Todo empezó a las 3:20 p.m., cuando Edwin Salazar Álvarez debía dejar el puesto de director de la cárcel del Callao y entregarlo a Julio Gonia Torres.

Gonia era un agente penitenciario del GOES (Grupo de Operaciones Especiales) del INPE, que laboraba en Piedras Gordas y se hizo conocido por trasladar internos problemáticos a otras cárceles. Salazar, por su parte, se había hecho cargo del penal porteño desde marzo del 2011, tras ser relevado como director de Ancón, acusado de sabotear los bloqueadores de celulares.

Gonia  precisó a El Comercio que, tras enterarse del relevo de Salazar, los internos del pabellón de máxima seguridad donde se encontraba ‘Caracol’ jugaron sus cartas. A las 5 de la tarde, según un reporte del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), un grupo de reos retuvo a 473 visitantes, la mayoría mujeres, y empezó a quemar colchones.
Según el reporte –información confirmada por Gonia–, los presos exigieron que las autoridades “garantizaran que las nuevas cabezas del penal no realizarían traslados”. Gonia, en efecto, tenía previsto enviar a Gálvez a Challapalca el mismo día en que asumiría como director, debido a informes de inteligencia que advertían de su conducta peligrosa y de supuestos actos de extorsión desde el penal. “[Yo] estaba decidido porque ya sabía quién era [‘Caracol’]”, dijo Gonia. 

César Orozco, entonces director de Seguridad de la Oficina Regional de Lima del INPE, confirmó que tras la alerta, miembros del GOES se reunieron en el desaparecido penal San Jorge a la espera de la orden para ir al Callao, intervenir y trasladar a ‘Caracol’ a Tacna. Pero la orden nunca llegó.

“Hubo una filtración y ‘Caracol’ decidió secuestrar a las visitas”, agregó a este Diario Orozco, hoy secretario del Sindicato de Trabajadores del INPE.

Mediación infructuosa
A las 7:30 p.m. llegaron al penal el segundo vicepresidente del INPE, coronel PNP (r) Jorge Alvarado Oyola; José Ávila, representante de la Defensoría del Pueblo; y el obispo del Callao, Miguel Irízar, para servir de mediadores. Se reunieron con Gálvez y con otros cabecillas en el patio del pabellón tomado. Posteriormente llegó la fiscal de turno, Luz Palacios Gonzales.

“Fue terrible. Tuve que exhortarlos a que liberaran a las visitas porque eso era un delito. ‘Caracol’, quien ya me conocía, me dijo: ‘Doctora, ¿cómo es posible que nos alejen de los familiares?’. Él no quería que se cambiara al director del penal”, dijo   la magistrada a El Comercio.

La fiscal recordó que llegó al penal chalaco hacia las 10:55 p.m. A esa hora, ‘Caracol’ ponía como única condición la salida del nuevo director. 

Otro testigo de la negociación, que pidió no ser identificado, dijo: “Fue un hecho insólito, los internos pedían que el director no fuera relevado. Decían que era buena gente”.
Según este relato, ‘Caracol’ fue “muy duro” con Gonia y pidió llamar a Salazar porque quería que continuara en su cargo. Otros testigos abordados por este Diario corroboraron que el diálogo fue tenso y que ‘Caracol’ prácticamente despachó a Gonia de la cita. 

Este Diario buscó a Salazar en su vivienda para conocer su versión. Al no encontrarlo dejamos nuestro número a un allegado, pero nunca se comunicó.

Wilson Hernández, entonces jefe del INPE, dijo que se trató de un “incidente menor”.
Según fuentes del INPE, ‘Caracol’ muchas veces ayudó a solucionar otros motines. 
La fiscal Palacios recuerda que en la noche, tras advertir a los reos que interpondría acciones penales si continuaban con el motín, Gálvez le dijo: “En cinco minutos se soluciona el problema”. Y así sucedió.  A las 11:30 p.m. las visitas retenidas en el penal –que habían manifestado su apoyo a sus familiares presos– empezaron a retirarse. 
Salazar se quedó un mes más al frente del penal y Gonia volvió a su lugar de origen: Piedras Gordas.

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