Juanca en uno de sus viajes a París en julio del 2012.
Juanca en uno de sus viajes a París en julio del 2012.
Redacción EC

Esta mañana, los periodistas y amigos del diario El Comercio que compartimos redacción con Juan Carlos Llanos despertamos con una infeliz noticia. Llanos, o Juanca, como lo llamábamos con cariño, falleció a los 41 años producto de un cáncer. Juan Carlos fue un querido periodista de esta casa y por doce años se encargó del cierre de la edición web. Su partida deja una profunda tristeza para quienes tuvimos la oportunidad de conocerlo.

Juan Carlos era el último periodista en dejar el periódico. Ingresaba a las 5 de la tarde y se retiraba pasada la medianoche, no sin antes dejar a nuestros lectores con las noticias más relevantes del país y el mundo en nuestra portada web y redes sociales. La serenidad y profesionalismo de Llanos eran garantía de que la edición online se quedaba en buenas manos, a pesar de lo agitada que se pusiera la coyuntura.

Sus compañeros lo recordamos como una de las personas más alegres y nobles que pisaron la redacción. Es difícil recordar un momento en que se haya visto a Juanca de mal humor y sin esa gran sonrisa que lo caracterizaba. Él era la persona que te despedía, ya sea desde su sitio, en el medio de la redacción central, o desde donde estuviera. Los colegas del turno de la mañana terminaban la jornada de trabajo con ese rostro amable que te deseaba un buen viaje de retorno a casa. Juan Carlos era así: además de buen periodista, era una gran persona.

Llanos ingresó al periódico en agosto del 2001 como practicante de la sección Lima (locales). Estudió en la Facultad de Comunicaciones de la Universidad San Martín de Porres. En locales hizo sus primeras comisiones y escribió sus primeras notas y reportajes. En marzo del 2002, pasó a formar parte del equipo web del diario, sitio online que se había creado 5 años atrás.

Desde la web, Juanca cubría noticias de todo tipo: policiales, política, internacionales, deportes, etc. El equipo de redactores, por entonces, estaba integrado a lo mucho por diez personas. Llanos siguió destacando en su carrera y en el 2006 se le encargó el cierre de la edición web. Para muchos, fue un reconocimiento a su compromiso y calidad de trabajo. Hasta hoy, Juan Carlos era el periodista digital de El Comercio de mayor antigüedad pese a su juventud.

Juanca también le dedicó tiempo a la docencia. Regresó a su casa de estudios pero esta vez como profesor. También dictó clases en la escuela de periodismo del ISIL. Todo esto lo hacía en sus ratos libres antes de que comenzara su día de trabajo en el periódico.

El periodismo le trajo a Llanos coberturas inolvidables, amigos leales y el amor de su vida: María Isabel, con quien compartió redacción.

Sus compañeros y colegas extrañaremos mucho a Juan Carlos y a la vez nos sentimos afortunados de que se cruzó en nuestras vidas.

A continuación, algunos mensajes de sus compañeros de esta casa:

"Conocí a Juan Carlos hace 18 años, cuando comenzamos a trabajar en El Comercio. Siempre fue un profesional íntegro, dedicado al trabajo. Pero más allá de su profesionalismo y su compromiso laboral, destacaban en él su carácter afable, su bondad y su alegría. Extrañaré las conversaciones, la dinámica del trabajo con él y su enorme sonrisa en la redacción. Descansa en paz, amigo. Mis condolencias a su familia".
Ronny Isla

"El chico feliz.
Juanca transmitía tranquilidad. Cuando te lo cruzabas, normalmente sonreía. Hay gente que apenas pasó minutos con él, pero que lo recuerda por ese gesto tan suyo. Lo conocí hace como 8 años, él ya trabajaba en horario nocturno, hasta las 2 a.m. Aun así dictaba clases antes de las 7am. Luego me enteré que había terminado el curso de inglés también en el primer turno del instituto. Supongo que dormía un poco, y luego se iba a dictar. Es un ritmo de vida que no es para muchos. Durante un año compartí con él ese horario, y sé de lo que hablo. Pero Juanca jamás se quejó ni dio muestras de cansancio. Parecía vivir con urgencia, como si supiera que debía robarle horas a la corta vida que le tocó".
Fernando Lozano

"Juanca fue la primera persona que me guio y me condujo cuando llegué hace cuatro años al diario. Incontables fueron los cierres en la web, cuando ya de madrugada, aparecían los 'breaking news' que nos hacían quedarnos un poco más en la redacción. Su serenidad en esos momentos era envidiable. Te vamos a extrañar mucho, Juanca".
Eduardo Alcántara 

"Juanca sintetiza la web. Sus años, sus dos décadas en la industria, su búsqueda de un estilo que acompañe al del print. Yo, que me sumé con la web ya en marcha, aprendí muchísimo de él. De su visión para elegir los temas de home pero también de su templanza para cerrar una edición. Nervios de acero en la hora límite. Nunca vi a nadie como él. Uno se iba confiado porque quedaba Juan Carlos Llanos. Hoy que él que se ha ido solo podemos recordar lo que hizo y seguir imitándolo. Gracias por todo, amigo".
Carlos Salas

"Juan Carlos era una de las últimas personas de las que me despedía cuando me tocaba cerrar a la 1 a.m. Fue un gran amigo, siempre muy prudente y con la experiencia suficiente para dar buenos consejos: desde cómo poner un titular sugerente, hasta cómo empalmar un cierre de madrugada con abrir a las 8 a.m. Extrañaré tu manera de afrontar las emergencias periodísticas, pero más extrañaré tu presencia como amigo, como un hermano mayor".
​María Fernanda Castro

"Juanca siempre estuvo ahí. Todas las noches, antes de irme, nos sentábamos media hora a conversar de cualquier cosa mientras él cerraba la edición web del Diario con la eficiencia de un gerente. Dominaba todo. Podía haber escrito de lo que sea y no fallar nunca. En medio de la tormenta del cierre era un cable a tierra. No importaba lo que pasara: con él todo estaba bajo control y en calma. Para mí es un infalible. Corrijo: un amigo infalible que podía enseñarte todo sobre cómo ser feliz. Juanca siempre estará aquí".
Ángel Pilares

“Juanca siempre fue un referente de cómo ser un periodista responsable y diligente sin dejar de tener la cabeza fría. También fue un ejemplo de amistad incondicional, de aquellos que, sin importar el tiempo que pase, te saludará con una gran sonrisa, un abrazo y un fuerte apretón de manos. Por eso confío en que, cuando nos volvamos a encontrar, le podré pagar ese chifa que le prometí para cuando saliera del hospital. Ya te libraste de la camilla, así que me toca cumplir con esa promesa, amigo. Hasta siempre, Juanca.”
Gustavo Kanashiro

"No solo un gran profesional, Juan Carlos fue una gran persona y sobre todo, amigo. Siempre responsable y buen guía. Y hasta en los momentos más tensos del trabajo diario, alguna anécdota graciosa, un comentario alegre y risas. Me tocó estar bajo su comando por un tiempo cuando en el 2010 llegué a lo que era la antigua sección web y aprendí mucho de él. Siempre fue una persona preocupada por sus colegas, atento. Luego ya en otras secciones del diario, siempre mantuvimos esa amistad inquebrantable. Me compartió y le compartí momentos importantes de nuestras vidas. Siempre fue un gusto hablar con él. En días ocupados, bastaba un saludo aunque sea de lejos y él siempre me recibía con un 'Habla, Nené' y su sonrisa. Pude despedirme hace unos días y le recordé distintos momentos juntos, con la mancha. Te extrañamos, Juanca, Juanquita. Te recordamos siempre. Gracias porque siempre estuviste, estás y estarás ahí".
René Zubieta

"Seis meses trabajando juntos en el cierre de la web (a inicios del 2017), fueron suficientes para entender el tipo de persona que eras, Juanca. Práctico, buen profesor -como seguramente fuiste con tus alumnos-, pero sobre todo, buen tipo. Acá te vamos a extrañar, ya lo hacíamos desde que te ausentaste del diario. Como me dijiste la última vez que te escribí por tu cumpleaños, el saludo siempre es bienvenido. Las despedidas, por más que duelan, también. Abrazo hasta allá arriba, Juanca"
Miguel Rocca

"Siempre recordaré a Juanca, como le decía, como el compañero amable, risueño, buen profesional y colaborador que fue. No te veré más en tu silla de la redacción pero te quedas en mi memoria".
Rocío La Rosa

"Siempre la camisa sin arrugas, siempre la mano estirada para saludar y siempre una solución para la crisis. Juan Carlos Llanos era, pese a la velocidad de autopista de la web, un caballero que no tenía prisas. Que disfrutaba. No lento, más bien paciente. Esa característica -perfecta para la edición de textos en digital que apenas alcanzan los 3 párrafos y se escriben en 3 minutos- le sirvió por años para ser el editor de cierre de elcomercio.pe más fiable que he conocido. Me tocó trabajar cerca los últimos años, cuando me mudaba a la web y cada vez que pudo tuvo una respuesta a mis preguntas. De esa forma -me parece- se funda un perfil: el periodista que enseña y así prolonga su influencia hasta donde no imagina".
Miguel Villegas

"Juanca representa todo lo que a un periodista web le cuesta mantener en momentos tensión. Siempre sereno, calmado, sosegado, sin nervios ni agitaciones, paciente aunque el mundo se esté cayendo a pedazos. Un profesional impecable y con mucho criterio. Sin embargo, esas características quedaban en un segundo plano cuando uno se aproximaba a Juan Carlos, la persona. Siempre sonriente, buena onda, con una vibra increíble. Un gran ser humano.
Tuve el gusto de conocer a Juanca en varias facetas durante los más de 10 años que nos conocimos en «El Comercio». Era periodista, profesor, guía, compañero, amigo, y en todas era bueno, muy bueno.
De ti aprendí mucho, Juan Carlos, entre tantas cosas, a mantener la serenidad en medio de los temblores. A escribir la nota en medio del movimiento. Siempre los únicos en la redacción. “¿Ya está, Terce?”, preguntabas en nuestros días de cierre. “Lista, Juanca. Para portada”, te respondía.
También fuiste quien me dio las pautas para empezar lo que sería mi camino como docente. Qué gran profe fuiste.
Hace una semana te vi por última vez. Sereno como siempre. Entonces también te vi valiente, luchador. Y así te has ido, dando pelea. Dejando enseñanza hasta el final.
Hoy has partido. Entonces recuerdo tu frase en los cierres: “¿Terce, nos vamos?”. "Nos vamos, Juanquita". Esta vez yo apago la luz.
Descansa en paz".
Martín Acosta

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