Bomberos, policías y fiscales accedieron a la galería Nicolini. (Foto: Rolly Reyna / El Comercio)
Bomberos, policías y fiscales accedieron a la galería Nicolini. (Foto: Rolly Reyna / El Comercio)
Juan Guillermo Lara

Luego de seis días de tensión, Edwin Herrera tenía extinguida la ilusión de encontrar con vida a su hijo Jovi, uno de los dos jóvenes encerrados dentro de un contenedor sobre la galería Nicolini, en Las Malvinas.

Sin embargo, Herrera permaneció en una carpa instalada en la plaza Castilla a la espera de que los bomberos le informaran sobre las acciones de búsqueda.

“Estuve acá porque necesitaba saber qué había sucedido y recuperar el cuerpo de mi hijo”, dijo.

El incendio que se inició el pasado jueves 22 llegó a ser catalogado de código 6, el máximo nivel de magnitud en este tipo de desastres.
Ayer, la ardua labor de los bomberos por mitigar el intenso calor en el edificio finalmente logró resultados y se permitió el ingreso de los peritos de Seguridad del Estado y personal forense.

Ellos, acompañados por los fiscales Fernando Velásquez y María Hinostroza, de la Fiscalía Provincial de Lima, recorrieron todos los ambientes de la galería Nicolini y los niveles superiores del edificio.
Para ingresar también necesitaron la ayuda de los bomberos, quienes se encargaron de abrirles el paso por los escombros y guiarlos, pues aún existe el peligro de un derrumbe debido a la precariedad de las estructuras.

Aunque se cumplió la diligencia, la labor de las autoridades estuvo obstaculizada por momentos debido a que tenían que salir hasta las ambulancias para recibir oxígeno, debido al humo tóxico.
Finalmente, y luego de más de cuatro horas dentro del local, lograron ingresar al área de los contenedores donde localizaron los restos de dos personas.

El director general de Defensa Pública del Ministerio de Justicia, Luis Yshií Meza, confirmó que solo hallaron restos óseos ubicados dentro de un contenedor en el sexto piso. “Los peritos hallaron dos cuerpos fragmentados y un cráneo”, dijo.

Los restos fueron trasladados a la Morgue Central de Lima para los trabajos de reconocimiento.

Los familiares de ambos jóvenes recibieron noticias sobre los trabajos de recuperación. “Dentro de mi dolor me reconforta haber encontrado los restos de mi hijo. Ahora solo pido justicia”, dijo Herrera.

La identificación exacta de los restos se definirá en los próximos días.

—Trampa mortal—
Según Jorge Bohórquez Bustamante,uno de los peritos en criminalística que participó de la inspección, el contenedor donde estaban las víctimas se encontraba totalmente sellado.

“Los contenedores tenían candados acerados que son más resistentes y difíciles de abrir. No había ninguna forma de salir”, indicó Bohórquez Bustamante.

El especialista precisó que los bomberos tuvieron que usar una sierra para cortar una de las paredes metálicas del contenedor y acceder al ambiente donde estaban los restos carbonizados.

El pequeño almacén, de un área de 5 metros cuadrados, estaba repleto de restos de fluorescentes. Los jóvenes fueron encontrados juntos en una esquina de la estructura metálica.

La fiscal María Hinostroza aseguró que al menos otros quince contenedores estaban cerrados con candados. Todos ellos fueron abiertos y no se encontraron más víctimas.

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