Los celulares de ‘Rencito’ fueron manipulados y Control Interno de la fiscalía investiga la irregularidad. (Christian Ugarte / Archivo El Comercio)
Los celulares de ‘Rencito’ fueron manipulados y Control Interno de la fiscalía investiga la irregularidad. (Christian Ugarte / Archivo El Comercio)
Ana Briceño

El atentado que Gerald Oropeza sufrió en su camioneta Porsche –el 1 de abril del 2015– destapó una red criminal de exportadores de cocaína por el puerto del Callao. Sin embargo, luego de tres años, los casos judiciales de estas personas están en peligro, según la procuradora antidrogas Sonia Medina.

El 23 de abril del 2015, la fiscalía acusó a Renzo Espinoza ‘Rencito’ de ser el nexo de Oropeza para burlar los controles en los terminales portuarios con el fin de colocar o “preñar” cargamentos de cocaína en contenedores [con productos para exportar] listos para ser embarcados hacia el extranjero.

El Poder Judicial dictó orden de captura contra ‘Rencito’, pero fue en enero del 2016 cuando recién se lo capturó en un departamento de la Urb. Monterrico, en San Borja, que alquilaba junto a su papá, Luis Espinoza. Su progenitor estratégicamente trabajaba como estibador en el terminal portuario APM Terminals, en el puerto del Callao. Él también fue detenido.

En el inmueble, la policía incautó pistolas, cacerinas, más de US$10 mil, 31 celulares, una máquina para contar dinero y algunos gramos de cocaína. Lo más trascendente para el Ministerio Público fue el hallazgo de dos celulares que contenían conversaciones entre ‘Rencito’ y Gerson Gálvez ‘Caracol’, condenado –en diciembre del 2016– a 35 años de cárcel por tráfico ilícito de drogas.

En las conversaciones por WhatsApp, ambos acuerdan “limpiar la cancha” y “matar a todos” sus rivales en el puerto para tener el control absoluto de la exportación de los cargamentos de cocaína.

Sin embargo, la semana pasada, el Poder Judicial resolvió que ‘Rencito’ fuera procesado solo por tenencia ilegal de armas, un delito que se castiga con siete años.

Según Sonia Medina, esto sucedió porque los celulares fueron manipulados, al parecer en el Ministerio Público, y no se pudieron presentar como pruebas.

La Oficina de Control Interno del Ministerio Público investiga esta irregularidad. El mismo Poder Judicial ha solicitado que se le informe qué ha sucedido.

A eso se suma que la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) no contó durante cuatro meses con un software forense especializado para analizar los dos equipos celulares. “En los teléfonos ni siquiera aparece la conversación entre ‘Rencito’ y ‘Caracol’. Todo está borrado”, sostuvo una fuente de la fiscalía.

La procuradora alertó que, con beneficios penitenciarios, ‘Rencito’ estaría pronto en libertad.

–Oropeza en espera–
El día del atentado del Porsche, la policía incautó un celular de Oropeza. El teléfono fue entregado a un hacker, identificado como Marco Rodríguez, para que analizara su contenido.

Ahí figuran audios entre Oropeza y un narcotraficante italiano conocido como Salvatore Zazo ‘Zazá’, con quien habría coordinado envíos de cocaína a Europa. El hacker entregó el USB con esta información a la fiscalía.

Luego de una audiencia realizada ayer, el juez Santos Benites, del Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria, decidirá en los próximos días si el USB se obtuvo de manera lícita y respetando el debido proceso. Estas conversaciones son la principal prueba que tiene la fiscalía para llevar a Oropeza a juicio. 

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