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La Marina solo tiene una cámara para vigilar el mar del Callao - 1
Ana Briceño

Las organizaciones del narcotráfico han convertido el desembarcadero pesquero artesanal del en tierra de nadie desde hace más de un año. Según policías de la Dirección Ejecutiva Antidrogas, desde ese lugar se envían cargamentos de cocaína, a través de pequeñas lanchas pesqueras, hacia buques que zarpan del primer puerto al extranjero, sobre todo a Europa.

El desembarcadero está situado en el barrio Puerto Nuevo, una de las zonas más convulsionadas del Callao, donde operan al menos cinco bandas dedicadas al tráfico de drogas.

Para el coronel Luis González, jefe de la División Portuaria Antidrogas, el problema se agrava porque el desembarcadero está a 150 metros del muelle norte del Callao, operado por la empresa APM Terminals, encargada de la carga y descarga de contenedores con productos importados y exportados.

“Un terminal como APM no puede estar al lado de un desembarcadero porque permite este tipo de contaminaciones a través de lanchas. La Marina de Guerra es la responsable de patrullar el mar. Lamentablemente, no logra muchos resultados”, aseguró el coronel.

Este Diario consultó a la Dirección General de Capitanía y Guardacostas (Dicapi), de la Marina de Guerra, sobre los resultados en el 2015 de incautaciones de droga en el Callao. Se informó que solo fueron intervenidos tres buzos que trasladaban cuatro maletas con 188 kilos de cocaína desde una lancha a un buque anclado en el muelle norte, en setiembre. La policía, en coordinación con la Marina, también detuvo, en aquella ocasión, a 12 estibadores encargados de subir la droga desde el mar con una soga para introducirla a los contenedores con destino a Europa. Según fuentes policiales, esta modalidad se ha incrementado.

“No podemos hacer muchas incautaciones porque, sencillamente, no tenemos recursos ni los medios suficientes. Hacemos lo que está a nuestro alcance con dos patrulleros de costas y dos deslizadores de bahías”, reconoció el capitán de fragata Douglas Perry, de la Dicapi.

EL USO DE LA PESCA
La falta de medios en la Marina de Guerra quedó evidenciada cuando este Diario comprobó que cuenta solo con una videocámara para vigilar el mar del Callao.

“Justo la que debe filmar el desembarcadero pesquero está malograda y no sabemos cuándo será reparada”, precisó un oficial encargado del monitoreo. No es la única deficiencia. El último miércoles, cuando El Comercio ingresó al desembarcadero de Puerto Nuevo, se constató que no había policías en la zona. Un joven agente de la Dicapi en el lugar confirmó: “Sí, por acá sacan la droga”.

El capitán de fragata Harry Chiarella detalló que a diario salen 30 lanchas para la pesca artesanal y se verifican los documentos de cada embarcación y de los pescadores. No obstante, otro capitán –que pidió mantener en reserva su identidad– indicó: “[Los supuestos pescadores] Nos amenazan con pistolas cuando no les permitimos zarpar por falta de documentos”.

Martín Prieto, representante de los pescadores, negó que haya mafias en el desembarcadero. Un policía de Inteligencia lo desmiente: “La droga sale desde ahí. De madrugada, se ve a hampones armados con metralletas. Si un policía entra, lo matan, así de cruda es la realidad”.

El Ministerio de la Producción indicó que los pescadores serán trasladados a un nuevo desembarcadero que está en construcción debido a la ola de inseguridad. Pero ellos se oponen a dejar Puerto Nuevo.

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