Metro: estaciones saturadas en medio de escándalo por coimas
Metro: estaciones saturadas en medio de escándalo por coimas
Cristina Fernández

Mucho se ha hablado en estos días de la línea 1 del metro de Lima, por el soborno que pagó en el segundo gobierno de Alan García para ganar la licitación y construir la obra de US$1.200 millones.

Pese a que especialistas lo consideran el mejor servicio de transporte en Lima, los usuarios se quejan por el prolongado tiempo de espera en las estaciones.

El último jueves, a las 7 a.m., largas colas en la estación Bayóvar evidenciaban la creciente demanda por el servicio, que une 11 distritos con una vía férrea de 35,7 kilómetros.

En la zona de embarque, un cartel informa la hora de llegada de los trenes. En los vagones el aire acondicionado hace menos difícil viajar en pleno verano, en que el calor es mayor cuando el tren llega a su tope de mil pasajeros.

El tiempo de viaje desde el primer paradero hasta el último es de 53 minutos. Pero si uno debe recargar su tarjeta, esperar para abordar un tren en hora punta y sumarle el trayecto demorará cerca de 1 hora con 45 minutos.

En algunas paradas, sobre todo en zonas peligrosas, la falta de seguridad es notoria y los ambulantes invaden los exteriores de las estaciones. Esto es más evidente en estaciones de San Juan de Lurigancho, El Agustino, La Victoria, Villa María del Triunfo y Villa El Salvador.

“El metro es el mejor sistema de transporte público y masivo de Lima porque permite el ahorro de tiempo de viaje. Además, su atención se destaca en comparación con el Metropolitano o los corredores viales”, sostiene Luis Quispe Candia, representante de la ONG Luz Ámbar.

Para trasladarse desde San Juan de Lurigancho hasta Villa El Salvador uno podría subir a un bus de transporte público. Una de las empresas que recorren esta ruta demora en promedio dos horas. Pero las combis, coasters y buses no tienen un tiempo de viaje establecido (por el tráfico y los semáforos) ni frecuencia de llegada de sus unidades.

“Este tipo de transporte es el más deplorable, pero a la vez el más utilizado. La línea 1 del metro, el Metropolitano y los corredores viales atienden a 1,5 millones de pasajeros al día, es decir los buses y combis sirven al resto de los 8 millones de limeños que a diario se movilizan”, afirma Quispe Candia.

—Alistan mejoras—
Debido a la creciente demanda, el año pasado el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) y el operador de la línea 1 (GyM Ferrovías S.A.) firmaron una adenda en el contrato de concesión para, con una inversión de US$410 millones, mejorar el sistema con la adquisición de nuevos trenes, coches y obras complementarias.

Desde el funcionamiento del primer tramo, en julio del 2011, la operación del servicio está a cargo del consorcio integrado por Graña y Montero y la empresa argentina Ferrovías.

El Comercio buscó una entrevista con el consorcio para conocer los avances de las obras, pero no accedió. Solo se conoce que dos nuevos trenes llegarán a fines del 2017.

Mientras tanto, las colas para viajar en tren por S/1,50 [el pasaje debería ser S/4, pero es subsidiado por el Estado] seguirán aumentando.

Puntos claves
Cuestionamientos de la millonaria obra

Reunión extraordinaria. Como presidente, Alan García convocó de emergencia a su Consejo de Ministros para aprobar el decreto que encargaba al MTC la ejecución del metro de Lima, pese a que no estaba programado en su agenda del día.

Informe Pari. El ex congresista Juan Pari, presidente de la primera Comisión Lava Jato, advirtió sobrecostos y varias irregularidades en la construcción de los dos tramos de la línea 1.

Acepta sobornos. Odebrecht reconoció que pagó US$8’100.000 en sobornos para la ejecución del también llamado tren eléctrico.

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