Los milagros existen en las alturas de Villa María del Triunfo
Redacción EC

El punto de encuentro es el mismo de todas las mañanas de domingo: la Plaza de Armas de Villa María del Triunfo. Harold Echevarría Alfaro, el fundador del grupo, siempre es el primero en llegar.

El saludo es un código de hermanos de ritmo urbano: chicos y chicas se turnan para chocar sus puños con los de Harold. Es el inicio de la semanal acción social de Proyecto Milagros por las alturas del distrito.

Repartido en combis y en camiones, el juvenil grupo de baile sube hasta poco la mitad de uno de los cerros de la zona. Desde ahí enfrentan la cuesta a pie y calientan el cuerpo para la faena. Esta vez los beneficiarios serán los niños del asentamiento humano 12 de Junio, casi en la cima.

Para arriba. Los integrantes de Proyecto Milagros caminan hacia los asentamientos humanos ubicados en las partes más altas de los cerros de VMT. (Foto: Luis Silva Nole / El Comercio)

Sobre el camino afirmado, los chicos, con mochilas llenas de ropa que regalarán a los niños, entrelazan los pies y ondulan los brazos. Van con ritmo. Y ríen. Quieren transmitir, como siempre, felicidad en medio de la precariedad, del abandono, de casas con calamina y paredes ahuecadas, donde apenas el paso de un perro levanta tremenda polvareda.

“Podríamos ir en carro hasta el final, pero caminamos porque la satisfacción es mayor si el esfuerzo es mayor”, dice Harold, de 25 años y quien en 1998 comenzó a bailar con amigos en la calle, cerca de su casa, también en VMT, y no paró jamás. La muchachada lo respalda con una mirada que escanea la ciudad desde las alturas. No lo dicen, pero se nota que quieren llegar lejos en la vida, y muchos en el grupo piensan que el baile siempre los llevará a la cima.

Como lo está llevando a su líder, quien en el 2006 audicionó en la escuela D1 de e luego integraría su primera promoción. “Con Vania aprendí disciplina”, recuerda Harold, técnico en administración y coreógrafo de los programas “La voz” y .

LIMPIEZA PREVIA
Al llegar a 12 de Junio, lo primero que Proyecto Milagros hace es limpiar la losa central del poblado. Por coordinación previa, los parlantes ya están en la tolva de un camión. La cumbia, el reggaetón y el hip hop suenan fuerte y cargan de energía a los jóvenes.

A la par, un bailarín con voz de locutor y micrófono en mano, anuncia lo que viene. Y durante las dos horas siguientes Proyecto Milagros cumple lo prometido. Niños y niñas participan en juegos y concursos de baile, ven las coreografías y ‘batallas’ de freestyle de hip hop de los jóvenes, y reciben regalos.

Los jóvenes de Proyecto Milagros realizaron divertidas dinámicas con los niños del asentamiento humano 12 de Octubre. (Foto: Paúl Vallejos / El Comercio)

“El baile canaliza la energía de los niños y adolescentes. Hacemos que nos vean. Que bailen y jueguen. Si alguno de ellos elige el baile en vez de las cosas malas, habremos cumplido la meta”, indica Jorge Hilario Torres, de 22 años. “El baile para mí es un estilo de vida. Muchos dicen que pierdo el tiempo, pero no es así. Bailando, mi cuerpo expresa lo que a veces no digo con palabras”, añade Dévora Failoc Baca, de 20. Ambos son pupilos de Harold, quien fundó Proyecto Milagros en el 2012.

Creemos que el baile aleja de las pandillas y las drogas a los niños. Hoy el grupo tiene 90 chicos a los que enseño baile en D1 y en la escuela Talentos de . Vania y Maricielo nos prestan los ambientes. Los chicos me pagan con estas acciones sociales”, refiere Harold, quien suele ir a Estados Unidos a dar charlas de baile. “Yo no viviría fuera del Perú. Acá aún hay mucho que hacer por los demás”, confiesa el fundador de Proyecto Milagros.

MÁS DE 20 PISTAS DE BAILE

En poco más de dos años de labor social, Proyecto Milagros ha beneficiado a unos 5.000 menores de 20 asentamientos de VMT.  Además de 12 de Junio, el grupo también ha visitado, entre otras zonas, Manantial Alto y Ticlio Chico. “En varios de los sitios hemos repetido el plato”, dice Harold.

Para , sociólogo de la , las municipalidades o el deberían “aplicar políticas culturales que puedan darle amplitud a acciones de la sociedad civil, como las de Proyecto Milagros”. 

Los muchachos de Proyecto Milagros en pleno baile para el deleite de los niños del asentamiento humano 12 de Junio de VMT.

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