Municipios no unen criterios para desarrollar la Costa Verde
Municipios no unen criterios para desarrollar la Costa Verde
Redacción EC

LOURDES FERNÁNDEZ CALVO

Tres días después de asumir su mandato como alcaldesa de Lima, reunió a los representantes de los seis distritos que integran la Autoridad del Proyecto Costa Verde (APCV). El compromiso fue unánime y tuvo quórum: recuperar el malecón para convertirlo en el balneario turístico de Lima.

De ese acuerdo, pactado hace tres años, hoy solo queda la intención. Y no es la primera vez que sucede. Desde hace 20 años, fecha en que se creó la APCV para liderar los proyectos y obras que le darían un nuevo rostro a la franja costera, las siete autoridades que deberían velar por el circuito de playas aún siguen sin definir su rumbo.

A continuación, algunos de los principales quiebres que ha tenido esta autoridad, y que la han puesto a la deriva.

1. Un plan maestro olvidado
Para el arquitecto Rodolfo Castillo, uno de los autores del Plan Maestro de la Costa Verde, la principal traba en el manejo de los proyectos del circuito de playas es la falta de una sola norma que dibuje todo el litoral.

“El plan maestro estuvo vigente desde 1995 hasta el 2007. Lamentablemente, la autoridad en vez de hacer cumplir el plan, tomó decisiones que violaban las previsiones y empezó la locura”, afirma.

Esta primera visión urbanística, que permitía las construcciones cerca del litoral y los terrenos ganados al mar, fue cambiada en el 2007 por otra que incentivaba la urbanización en la parte baja de los acantilados. 

“Eso no prosperó y una vez más se dejó a la sin normas claras”, agrega Castillo.

En el 2009, el municipio aprobó el plan estructurador,  que es el que hoy rige las obras del proyecto Costa Verde para Todos.

2. Una franja, seis propietarios
En 1994, no solo se crea la APCV. La Ley 26306 también dispuso que los seis distritos ribereños (San Miguel, Magdalena, Miraflores, San Isidro, Barranco y Chorrillos)tengan la propiedad de los terrenos que hasta entonces estaban bajo el poder del municipio de Lima.

“Esta fragmentación de poderes hace imposible la ejecución de un proyecto integral urbanístico”, comenta el decano del Colegio de Arquitectos del Perú,  José Arispe.

Y no le falta razón. Por lo menos, cinco de los seis alcaldes ribereños (a excepción de Chorrillos) han admitido que esta autonomía les ha permitido ejecutar obras viales y de infraestructura diferentes en sus jurisdicciones. “Hemos estado esperando la inversión de Lima, pero tuvimos que hacer la nuestra”, agrega el alcalde de Miraflores,  Jorge Muñoz.

Para el decano del Colegio de Ingenieros del Perú, Carlos Herrera, esta segmentación debe ser desterrada. “Hay que cambiar esa premisa de que alguien hace algo en su sector sin importarle el bien común”, refiere. 

3. Con voz, pero sin voto
Según la APCV, hay seis construcciones en los malecones y acantilados, y tres en las playas, que han obtenido una licencia municipal sin cumplir los parámetros de protección del Plan Maestro de la Costa Verde. La mayoría está en Barranco y bajo un proceso judicial. “Barranco es un caso trágico, donde las zonificaciones no se han respetado. Lo sabemos, pero no podemos hacer nada: estamos con las manos atadas”, afirma Gustavo D’Angelo, presidente de la APCV.

El reglamento de la APCV, establecido en el 2005, dispone que los siete miembros deben reunirse dos veces al mes, a fin de que puedan supervisar las obras y exigir informes de las mismas a los alcaldes ribereños. No obstante, no pueden sancionar a quienes incumplen las normas. Según los propios alcaldes, este año no se han reunido.

Esto fue negado de plano por D’Angelo, quien afirma que se los convocó, pero que no fueron.

Y cuando deciden aparecer, va el alcalde de Miraflores o el de Barranco. Los demás acostumbran enviar a sus gerentes o representantes. 

4. Sin líder, ni coordinadores
Según la APCV, hoy tenemos seis construcciones en los malecones.  Sin embargo, sus constructores no dieron cuenta a la APCV de qué proyectos eran, pese a que están obligados a brindar un reporte a los alcaldes cada 15 días. Cinco de ellos, a excepción de Chorrillos, aseguran que sí hay reuniones, pero que sin liderazgo e interés es lo mismo que nada.

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