
El 6 de febrero, los gremios de transportistas anunciaron un paro para exigir mayor fiscalización por parte de las autoridades gubernamentales en la lucha contra la extorsión y el cobro de cupos que afecta al sector. También pidieron la renuncia del Ministro del Interior, Juan José Santiváñez. Sin embargo, la medida no reunió a la cantidad de personas esperada, resultando en un aparente fracaso en comparación con paros previos.
El motivo de la protesta fue la creciente inseguridad en el país, especialmente en el sector del transporte, que se ha convertido en blanco de extorsiones. Además, se denunció el aumento de atentados, asesinatos y otros hechos vinculados a la ola de criminalidad que afecta tanto a los conductores como a las unidades y a los pasajeros.

Distintos gremios y sindicatos del transporte interurbano, mototaxistas, colectiveros, comerciantes y representantes de mercados y bodegas anunciaron su participación. El paro fue organizado por la Alianza Nacional de Transportistas (Anitra), y los comerciantes de Gamarra confirmaron su apoyo. Sin embargo, pese a todo ello, la movilización no logró reunir a un gran número de personas, en comparación con los paros realizados el año anterior por los transportistas.
Martín Valeriano, presidente de Anitra, señaló a este diario que el impacto del paro no fue el esperado. “Lo que creemos es que, lamentablemente, los transportistas que no quisieron participar han sido sometidos por las bandas criminales. Pero no nos rendiremos, el gobierno no está solucionando nada. Aunque el paro tuvo poco impacto, al menos hicimos todo lo posible; no hubo muchos dirigentes”, expresó.
Las razones detrás de la falta de transportistas
En una entrevista con El Comercio, el coronel PNP en retiro y especialista en seguridad ciudadana, Miguel Ángel Barriga, señaló que la inseguridad en el país es muy alta y que los transportistas se exponen día a día a extorsiones. No obstante, destacó que no se observó un paro masivo debido a una falta de liderazgo que logre integrar a todas las organizaciones de transportistas. “A través de las diferentes plataformas donde los gremios anuncian sus movilizaciones, no se percibe que estén unidos. No hay un liderazgo firme que tome decisiones para sensibilizar a la población y a las autoridades. Es por ello que el paro prácticamente pasó inadvertido”, comentó.


Por otro lado, Barriga sugirió que en ciertos distritos de Lima la gente prefirió salir en su vehículo particular en lugar de usar el transporte público. Además, la modalidad no presencial ha prevalecido. Gracias a la virtualidad, muchos estudiantes y trabajadores no tuvieron que salir, lo que permitió que las calles estuvieran libres de tráfico y congestionamiento. Con la mayoría de los centros educativos en periodo vacacional, esta modalidad virtual se ha vuelto aún más común.
Barriga añadió que el hecho de que la mayoría de los participantes del paro perteneciera al sector informal es negativo, ya que estos grupos suelen ofrecer servicios de manera desordenada, lo que fomenta la falta de liderazgo que integre a los gremios del transporte. “Anunciaron que otros gremios, como los comerciantes de Gamarra, iban a participar, pero finalmente no se vio nada de eso”, concluyó.
Por su parte, Percy Castillo, especialista en seguridad ciudadana, comentó a El Comercio que uno de los factores del aparente fracaso del paro fue la existencia de diversos gremios y asociaciones, lo que provoca la falta de un mando único al cual obedecer. Como resultado, cada gremio toma las decisiones que considera más pertinentes. “Por otro lado, los ciudadanos ya se han organizado y saben qué hacer. Es decir, hay una preparación ciudadana más eficiente. Por ejemplo, muchas empresas habían otorgado más horas de tolerancia para la llegada de sus trabajadores, e incluso otras optaron por el trabajo remoto”, afirmó.

“Las universidades, por su parte, enviaron directamente a sus alumnos a clases virtuales para evitar problemas. Además, algunos transportistas, al ver que el paro no estaba recibiendo el apoyo esperado, decidieron circular. El hecho de que las empresas que participaron en el paro fueran principalmente del sector informal refleja la grave crisis de nuestro sistema público de transporte. No era posible que los manifestantes dependieran de grupos que no tienen una representatividad legal”, añadió.
El experto en seguridad ciudadana y presidente de Aprosec, César Ortiz Anderson, agregó que otro motivo del fracaso del paro fue que “lamentablemente, el delito se ha normalizado en nuestro país. Ahora convivimos con él. Los transportistas ven que tienen dos opciones: o pagan o son asesinados, y al final deciden pagar porque el gobierno no está haciendo nada para enfrentar la delincuencia ni el crimen organizado”.
“Otra razón es que los participantes en el paro fueron, en su mayoría, informales, y no existe una forma en que el sector formal se una al sector informal. La informalidad es sinónimo de inseguridad. Si los informales participan, los formales prefieren evitarlo, y efectivamente eso fue lo que ocurrió”, señaló.

“Son miles de bodegueros, transportistas, comerciantes, empleados y emprendedores que actualmente están pagando extorsiones por miedo a ser asesinados o porque se ven obligados a cerrar sus negocios. En este sentido, hago un llamado a la presidenta Dina Boluarte para que demuestre una verdadera voluntad política”, concluyó.
Los que no participaron
El presidente de la Federación Nacional de Mototaxistas del Perú, Julio García, declaró a El Comercio que su gremio no participó en el paro, ya que considera que este se politizó. “Fue más una vitrina política para que los representantes de los gremios postulen a algún cargo, lo que hizo que se perdiera el verdadero objetivo, que es acabar con la extorsión”, sostuvo.
Indicó que, aunque está de acuerdo en que se debe erradicar el sicariato y el cobro de cupos, considera que la marcha no resultó en algo beneficioso. “De todas maneras, considero que el ministro del Interior no está haciendo un buen trabajo; no está solucionando la problemática que estamos viviendo”, declaró.

Por otro lado, el director de la Cámara Internacional de la Industria del Transporte, Martín Ojeda, sostuvo que su organización tampoco apoyó el paro porque la medida de protesta “provino exclusivamente del transporte ilegal”. No obstante, destacó que “esto no quiere decir que estemos de acuerdo con este ministro del Interior. Estamos totalmente en desacuerdo”.
Por su parte, Héctor Vargas, presidente del directorio de la Coordinadora de Empresas de Transportes Urbanos de Lima y Callao, también señaló que no se sumó al paro porque “fueron los sectores informales quienes convocaron a este paro, y eso no va con nuestros principios”, afirmó.
Otros sistemas de transporte, como la Alianza Empresarial (corredores complementarios), el Metropolitano, la Unión Nacional de Transportistas y Anatec, tampoco respaldaron la medida de fuerza del jueves 6.