La municipalidad de Chorrillos exigió “clausurar” el río Surco debido a que los aniegos constantes perturban “la tranquilidad de los chorrillanos”. Así se escribió -en un cartel en plena vía pública- un capítulo más de los constantes enfrentamientos entre este municipio y el de Surco, acusado de ser quien encabeza el uso de las aguas del cauce al que el distrito dirigido por Augusto Miyashiro ha calificado como “acequia”.
“(El río Surco) no beneficia en nada a los chorrillanos y, por lo tanto, se debe clausurar, porque se carga con agua del río Rímac para regar parques y áreas verdes de varios distritos encabezados por Surco y luego dejan que venga a Chorrillos el agua cuando ya no lo utilizan, perturbando la tranquilidad de los chorrillanos y ocasionando aniegos constantes”, dice el comunicado colocado en el cruce de las avenidas Alameda Sur y Alameda San Marcos.
El mismo comunicado agrega que “se presentará la denuncia por daños y perjuicios a la Municipalidad de Surco y a todos los responsables” de esta situación. Sin embargo, el Río Surco es más que una acequia, con una larga historia en la que atraviesa buena parte de la capital. Acá unos datos que permiten entender su historia.
Según la web de la Comisión de Regantes del Sub Sector de Riego Surco -una entidad privada sin fines de lucro que vela por el uso agrícola de sus aguas- el río Surco es un “canal derivador” que forma parte de un complejo sistema de canales de regadío que ha permitido que el desierto limeño sea un valle fértil.
Según dijo el arqueólogo Rommel Ángeles a El Comercio, los principales canales de Lima podían llegar a tener de tres a cuatro metros de ancho, por lo que en la Colonia empezó a llamárseles ríos. Ese es el caso del río Surco.
La construcción de lo que ahora conocemos como río Surco es atribuida a la cultura Wari (500 d.C. a 900 d.C.), los mismos que construyeron Pachacámac. Sin embargo, el inicio de la transformación del desierto de Lima en un valle data desde las épocas de la Cultura Lima (100 d.C. a 600 d.C.).
Los principales canales prehispánicos de lo que hoy es Lima regaban puntos que van desde Magdalena hasta Ate. Además del río Surco, en canal Huatica (que empieza en Barrios Altos y llega hasta Miraflores) es otro de los canales principales de Lima. También lo son el canal Magdalena y el río vitarte. Otros canales menores tienen nombres conocidos por los limeños: Maranga y La Legua.
De todos los canales limeños, el río Surco y el Huatica están operativos al 100%, según dijo hace un año Luis Molina, presidente de la Comisión de Regantes de Surco. Mientras tanto, una iniciativa busca que los canales sean declarados Patrimonio Cultural de la Nación, para garantizar su protección.
El río Surco y los otros canales fueron cambiando su función a medida que pasaron los años. Hacia mediados de 1.800, tras una epidemia de fiebre amarilla, la alcaldía decidió usar estos canales como desagües. Es por ello que la red original de canales limeños no está completa.
El río Surco es el más grande de los canales principales de Lima. Recorre 29,5 kilómetros y atraviesa 12 distritos de Lima. Va desde Ate y termina en la playa la Chira, en Chorrillos.
Con las aguas del río Surco se riega el 80% de las áreas verdes de 16 distritos de Lima hasta donde llegan sus ramales. Distritos como San Borja o Surco lo han integrado a su paisaje, mientras que en otros está tapado por la basura y el desmonte.
De acuerdo a ley, el río Surco cuenta en ambas márgenes con tres metros de área intangible. Estas son declaradas de uso prohibido para fines de Asentamientos humanos, agrícola u otra actividad que le afecte. Respetar esta área también puede ayudar a los gobierno locales a prevenir desbordes.
La Comisión de Regantes hizo un recorrido hace un año por todo el río Surco y constató que, si bien en distritos como Ate el canal luce invadido, otros como La Molina incluso hacen una recolección de más de dos toneladas de desechos sólidos diarios. Surco y San Borja han integrado sus aguas al paisaje urbano mientras que en Chorrillos “nuevamente queda en evidencia lo mal que tratamos un recurso necesario para el medio ambiente de la ciudad”, acusando que el paisaje se llena de “conexiones de desagües, muros informales, viviendas ilegales encima y al costado del canal. Se supone que las autoridades municipales tendrían que intervenir y no lo han hecho”, indica en su web.