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Peter Henningsen
Renzo Giner Vásquez

En un abrir y cerrar de ojos Peter Henningsen sale volando por una rampa, da dos mortales, cae, toma vuelo y hace que su bicicleta se suspenda sobre una pared vertical. El múltiple campeón peruano de BMX, skate y patines en línea siente, además, la satisfacción de realizar estos trucos en un skate park que él diseñó.

—Hasta hace un par de años habías diseñado e implementado 40 skate parks en el país...
Ahora voy 58 y pienso acelerar más todavía, quiero hacerlo en otros países. Es algo que ya he iniciado; por ejemplo, he arreglado dos parques en Ecuador, uno en Colombia y estoy a punto de lograr uno en Bolivia. Este último es iniciativa de un amigo que vino a vivir al Perú y se volvió loco con todos los skate parks que teníamos.

—¿Tanto así?
Claro, ha venido mucha gente de Colombia, Venezuela, Bolivia, Argentina y Chile porque hay cosas muy bien hechas. Debemos ser el país con más skate parks en Sudamérica después de Brasil. Algunos no pueden ni creer dónde están los parques…

—¿Por ejemplo?
En La Victoria tenemos dos, uno en el cerro San Cosme y el otro en El Porvenir. Hay gente que ni siquiera habría soñado con eso.

—¿Cómo han crecido tanto estos deportes en el país?
El skate es el rock and roll, es la expresión más pura de rebeldía juvenil. Y eso jala a otros deportes como el BMX, los patines en línea, scooters, todo. Además, hemos visto que se genera mucho negocio alrededor.

—La adrenalina debe ser algo sin lo que no puedes vivir.
[Risas] Sí. Tengo 30 años montando y siento lo mismo que sentí el primer día. Esto es una pasión, si tú comienzas y te gusta, ya fuiste. Te quedas para siempre.

—Tú, además, eres uno de los pioneros de la mayoría de estos deportes aquí.
En bicicleta sí, porque solo había bicicross y con unos amigos comenzamos a hacer freestyle. Éramos los rebeldes a los que no les gustaban las reglas del bicicross. Para eso hubo una película increíble, se llamaba “Rad”, la vimos hasta que salió humo del Betamax [risas].

—¿Qué sensaciones nuevas trajo este estilo?
Es algo que te abre la mente, sientes que puedes hacer lo que te gusta. Éramos una mancha de diez amigos que íbamos por la calle y nos inventábamos los lugares donde hacer trucos, porque no teníamos skate parks hasta que en 1990 abrieron la rampa, en Javier Prado. Los que hacemos freestyle debemos ser bastante creativos. Este deporte es una especie de arte, aunque algunos se rían al escuchar esto.

—¿No sientes que los han subestimado por mucho tiempo?
Sí, hay mucho prejuicio y tenemos una sociedad bastante ignorante que si ve a alguien en la calle lo tildan de fumón, malogrado o vago. Yo tengo una empresa hace 20 años, muchos de nosotros estudiamos y trabajamos, pero la noticia mala corre más rápido que la buena.

—¿Cómo pasaste al otro lado, de jugador a diseñador del terreno de juego?
Como a los 30 años, ya tenía experiencia en ventas por mi trabajo y supe que debía fomentar mi deporte de alguna forma. Justo se había acabado la época del Daytona Park, así que juntamos a las comunidades de BMX Perú y abrimos Skateboarding Perú, convocamos a muchísima gente y con ese peso comenzamos a pedir skate parks. Nos quejamos por uno de San Miguel y otro de Chorrillos que estaban supermal hechos. A partir de eso supe que debía hacer uno yo, aunque no tenía ni idea de cómo.

—¿Y cómo lo hiciste?
Llegué como personero en la campaña de Andrade para Miraflores y le insistía al alcalde para hacer un skate park en el distrito, hasta que un día que inauguraba algo en el parque Fátima llevé a un grupo de skaters al parque Salazar. Nos plantamos, le dimos la información y quedamos en hacerlo en el malecón. Casi me muero de la alegría, ahora ese skate park que diseñé a mano acaba de cumplir 13 años.

—No eres arquitecto ni constructor, debió ser bastante complicado...
Totalmente, pero por experiencia tenía una idea de qué hacer. El parque costó 180 mil soles, una tercera parte de lo que cuesta uno ahora y fue un éxito. Luego de eso hice otro en Independencia y después me llamaron de Huancayo. ¡Si un skate park en Lima era una locura, imagina uno en Huancayo! Además de todos los beneficios sociales que traen consigo.

—¿Cuál es el principal?
Un skate park es un arma de regeneración social. Hay muchos jóvenes que no hacen nada debido a la falta de infraestructura de recreación pública, el skate park es uno de los elementos que jala más.

—¿Qué es lo peor que pueden hacer al diseñar un skate park?
Un skate park es una obra de arte y requiere de conocimiento del deporte, hay líneas de tráfico, velocidades, alturas. La idea es que se pueda fluir como el agua. Mis diseños se basan en eso, en una fluidez total, me vuelvo loco si en un skate park hay una parte que no conecta.

—Si te doy todo lo necesario, ¿cómo sería el skate park de tus sueños?
Tendría pozas, rampas verticales, minirrampas, tendría bike park, skate park y roller park. De hecho, ya he diseñado algo así para la Municipalidad de Lima. Querían hacer el skate park más grande de Sudamérica y lo hice, pero fue paralizado porque el Estado no dio el dinero en el momento debido.

***
Ficha del personaje

Peter Henningsen 
Deportista extremo y diseñador de skate parks

Tengo 45 años. Estudié metal-mecánica en Senati y luego fui a Zúrich para especializarme. Llevo 30 años montando BMX, skate y patines. Soy padre de Kai, tiene 3 años y 9 meses, ya monta bicicleta y dentro de poco skate.

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