Asesinos arremetieron contra ocupantes de dos vehículos estacionados en una zona conocida por la venta de droga al menudeo. (Foto: Joseph Ángeles)
Asesinos arremetieron contra ocupantes de dos vehículos estacionados en una zona conocida por la venta de droga al menudeo. (Foto: Joseph Ángeles)
Ana Briceño

El cruce de la avenida 17 de Noviembre y el jirón Garcilaso de la Vega, en Independencia, es conocido por la microcomercialización de marihuana, pasta básica y cocaína. Ayer, a las 12:30 p.m. ese punto se convirtió, además, en el escenario de un feroz tiroteo que acabó con la vida de tres personas, todas vinculadas a las mafias de construcción civil, al robo agravado y a la extorsión.

Los testigos aseguraron a este Diario que dos carros, uno Nissan (de placa A6K-021) y otro Toyota (de placa X2F-328), se estacionaron en este cruce, donde no hay cámaras de seguridad, para comprar droga. Los automóviles no tenían lunas polarizadas.

No pasaron ni 30 minutos cuando, según las indagaciones del Departamento de Investigación Criminal de Independencia, tres sicarios, a pie, dispararon a los ocupantes de los vehículos, entre ellos un menor de 16 años, que tiene nexos con bandas dedicadas a los cobros de cupos en las obras de construcción civil. A él lo asesinaron de un balazo en la cabeza. Los otros dos fallecidos son Guiomar Rivero Marchand (32) y Diego Ramírez Martínez (27). Ambos, tíos del adolescente, murieron cuando eran llevados al Hospital Cayetano Heredia.

La policía encontró en el lugar del crimen 30 casquillos de bala. “Les hicieron un seguimiento previo, luego los sicarios huyeron en una camioneta”, indicó una fuente policial.

Al cierre de esta edición, Luis Ramírez Martínez (33), otro de los que estuvo en uno de los carros, luchaba en una clínica por sobrevivir, pero su diagnóstico era desfavorable. “Podría quedar parapléjico, porque recibió un impacto de bala en la columna vertebral”, detalló un allegado.

—Ajuste de cuentas—

En uno de los carros, la policía encontró un chaleco de construcción civil. Según las averiguaciones, las víctimas tenían a su cargo las obras de construcción de veredas, en Independencia. “Una banda rival los habría mandado asesinar. Todo indica que fue un ajuste de cuentas”, señaló un agente.

El fallecido Diego Ramírez tenía un proceso por homicidio, mientras que el herido cuenta con dos requisitorias por el delito de hurto agravado.

Se desconoce cuánto les pagaron a los sicarios para cometer los crímenes. La fiscal Jéssica Cruz, de la fiscalía penal de Lima norte, está a cargo de las investigaciones.

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