Abby Ardiles

Clientes, choferes, músicos, doctores y trabajadores de distintos rubros se han convertido en víctimas de una estrategia despiadada por parte de los extorsionadores, cuyo objetivo es forzar el pago de los cupos que exigen. El mensaje es claro: si no se entrega el dinero, cualquiera puede ser el siguiente. En los últimos dos meses, ciudadanos han perdido la vida a manos de la delincuencia desbordada, que no conoce límites en Lima y Callao.

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