La congresista Rosangella Barbarán, de Fuerza Popular, presentó un proyecto de ley que propone otorgar una licencia de un día a los trabajadores por el fallecimiento de su mascota o animal de compañía. Ante esta propuesta, diversos especialistas han comentado sobre su viabilidad.
Se trata del proyecto de ley N° 9606/2024-CR, que establece una licencia por el fallecimiento de animales de compañía y crea el Registro Nacional de Mascotas (RNM). “La presente ley tiene por objeto otorgar el derecho a una licencia compensable de hasta un día hábil para los trabajadores del sector público o privado, por el fallecimiento de una mascota o animal de compañía registrado en el Registro Nacional de Mascotas (RNM), ya sea perro o gato”, señala el primer artículo de la propuesta.
Este beneficio aplicaría tanto a los trabajadores del sector público como privado, bajo cualquier régimen laboral. El día de licencia otorgado podrá ser compensado dentro de los seis meses siguientes, como máximo. No obstante, la norma establece que, para hacer uso de esta licencia, el trabajador deberá haber informado previamente a su empleador que cuenta con mascotas o animales de compañía registrados en el RNM.
En su exposición de motivos, la congresista Barbarán señala que su propuesta legal busca “resolver el impacto emocional y psicológico de los trabajadores que pierden a sus animales de compañía”. “Las mascotas son consideradas por muchos como miembros de la familia, y su muerte puede generar un impacto emocional significativo. Sin embargo, en el Perú no se contempla una licencia para afrontar el duelo por la pérdida de una mascota”, afirma.
Para sustentar su propuesta, la parlamentaria menciona que cada vez más familias peruanas tienen mascotas en sus hogares, una tendencia que ha ido en aumento en los últimos años.
Impacto en los trabajadores y las empresas
En una entrevista con El Comercio, la abogada laboralista Gloria del Carmen Rodríguez Vega compartió su visión sobre el proyecto de ley N° 9606/2024-CR. Según Rodríguez, este tipo de licencia podría ser viable en el contexto laboral peruano, aunque con algunas consideraciones. En primer lugar, señaló que, al ser compensable, la medida no representaría una carga insostenible para los empleadores, quienes podrían reordenar sus funciones sin que esto afectara gravemente a la productividad de la empresa. Además, destacó que, para algunas personas, las mascotas tienen un rol tan importante como el de un soporte emocional o físico, especialmente en el caso de personas con discapacidades. Por ello, el vínculo con estos animales podría justificar una licencia por duelo, particularmente en los casos en los que las mascotas cumplen una función más allá de la compañía cotidiana.
Rodríguez también analizó los posibles efectos que esta ley podría tener en las empresas, en especial en cuanto a la productividad y el manejo administrativo. Aseguró que, al ser una licencia compensable, los días no laborados por el fallecimiento de una mascota serían retribuidos y no se perdería tiempo de trabajo. “Si bien puede haber alteraciones en las labores habituales, no es que se esté otorgando este día a título gratuito”, señaló. En su opinión, el mayor riesgo se daría si los días otorgados fueran no compensables, lo que podría afectar el flujo de trabajo de una empresa.
Consultada sobre la existencia de este tipo de licencias en otros países, Rodríguez mencionó que, en América Latina, no existen legislaciones similares. Sin embargo, hizo referencia a ejemplos internacionales, como el caso de Suecia, donde se otorgan hasta cuatro días de licencia por el fallecimiento de una mascota. En Argentina, además, hay un proyecto de ley en discusión que contempla la posibilidad de que los trabajadores se ausenten durante el horario laboral para atender a una mascota enferma.
El proyecto de ley también establece que los trabajadores deberán registrar a sus mascotas en el Registro Nacional de Mascotas (RNM) para poder acceder a la licencia. Al respecto, Rodríguez opinó que este requisito no debería ser un obstáculo para quienes deseen hacer uso de la licencia, ya que se trata de un beneficio legal. Sin embargo, advirtió que el proceso de verificación del registro podría ser un punto delicado en su implementación, ya que se necesitaría una forma efectiva de comprobar que el trabajador realmente ha registrado a su mascota.
La abogada se mostró en desacuerdo con el plazo de seis meses estipulado en el proyecto para la compensación de las horas no laboradas. Rodríguez consideró que este plazo es excesivamente amplio, comparado con otras normativas, como las que establece el gobierno para los días no laborales. “Cuando el gobierno declara días no laborales, estipula que la recuperación debe ser en los 15 días siguientes. Seis meses diluye demasiado la compensación, por lo que considero que este plazo debería ser mucho más breve, quizás de 15 días”, concluyó.
Impacto en la salud mental
El psicólogo del Colegio de Médicos del Perú, Miguel Ángel Rojas Medina, dijo a este diario que la propuesta refleja un importante avance en la comprensión de las necesidades emocionales de los trabajadores, lo que podría contribuir a una mayor validación y comprensión por parte de los empleadores y las empresas. Para Rojas Medina, el proyecto de ley subraya la importancia de reconocer el papel emocional que juegan las mascotas en la vida de las personas, especialmente cuando se enfrentan a problemas de salud mental, como el estrés, la ansiedad o la depresión.
El psicólogo señaló que, en el contexto peruano, estas cuestiones de salud mental están frecuentemente desatendidas, por lo que las mascotas pueden convertirse en un soporte emocional fundamental para quienes atraviesan dificultades emocionales o psicológicas. “Las personas se apoyan en sus mascotas, que no solo brindan afecto, sino también soporte emocional frente a los problemas que puedan vivir”, comentó.
Al ser consultado sobre la justificación de esta licencia desde una perspectiva social y psicológica, Rojas Medina coincidió con la idea de que la pérdida de una mascota puede tener un impacto emocional significativo, similar al duelo por la pérdida de un ser querido. “La pérdida de una mascota puede ser desencadenante de un trastorno emocional en algunas personas, por lo que esta licencia podría verse como una estrategia dentro de lo que es salud mental”, explicó. Según el psicólogo, este tipo de medidas contribuiría a la fidelización de los trabajadores, ya que, al percibir flexibilidad por parte de las empresas, estos se sentirían más comprometidos y conectados con sus empleadores.
Rojas también destacó que un trabajador que goza de mejor salud mental y emocional tiene más probabilidades de ser productivo y comprometido con su trabajo. “Un empleado que se siente respaldado en momentos difíciles, como el duelo por la pérdida de una mascota, probablemente mostrará una mayor disposición y esfuerzo en su desempeño laboral”, afirmó. Así, la implementación de la licencia no solo tendría beneficios para la salud emocional del trabajador, sino que, a largo plazo, también podría repercutir positivamente en la productividad de la empresa.
Puntos en contra
En una entrevista con El Comercio, el abogado laboralista Jorge Toyama expresó su desacuerdo con el proyecto de ley. Según Toyama, la medida podría generar complicaciones en el ámbito laboral peruano al crear una brecha entre lo que ya está establecido en la ley. “Hoy en día, la ley peruana otorga licencia solo por el fallecimiento de familiares cercanos, como cónyuges, padres, hijos y hermanos, pero no por la muerte de otros familiares como abuelos o primos. No parece razonable ampliar esta licencia a las mascotas”, afirmó.
Toyama sugirió que, en lugar de una licencia específica, se podrían utilizar vacaciones para cubrir esta necesidad emocional de los trabajadores. Aseguró que esto sería una solución práctica, sin crear un precedente que complique aún más el sistema de licencias laborales. “Lo más adecuado sería que los empleados pudieran utilizar sus días de vacaciones para este tipo de situaciones”, señaló.
El abogado también destacó que la propuesta podría generar un desajuste con la legislación actual, dado que ya existen restricciones en cuanto a qué familiares cercanos merecen licencia por duelo. “Si se reconoce el duelo por una mascota, sería difícil justificar la exclusión de otros familiares, como los abuelos o los primos, lo que podría llevar a una regulación aún más compleja”, advirtió.
Otro de los puntos que Toyama abordó fue el posible impacto que una licencia por el fallecimiento de una mascota podría tener en la productividad laboral. Recordó que el Perú presenta una de las tasas de productividad más bajas de la región, por lo que el enfoque debería estar en mejorar la eficiencia y el rendimiento en los trabajos. “No debemos perder de vista que el principal objetivo debe ser mejorar la productividad laboral. Si comenzamos a incluir licencias por la muerte de una mascota, sería más difícil gestionar adecuadamente las ausencias y comprometería aún más la eficiencia”, afirmó. En este sentido, Toyama resaltó la importancia de que este tipo de situaciones se resuelvan internamente entre empleadores y empleados, sin necesidad de una regulación generalizada a nivel nacional.