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Radiación aumenta hasta en 45% en suelos de concreto o en arena - 2

En la avenida Javier Prado, un taxista cubre con trapos húmedos los conductos de aire del tablero de su auto. En Abancay el chofer de una coaster conduce descalzo y con el pelo mojado. Algunos conductores llegan a congelar agua en botellas para refrescarse y planifican las horas de viaje para coincidir con los momentos más frescos del día. 

Lima es una secadora automática a tiempo completo y quienes la recorren viven pensando en cómo quitarse unos grados de encima.

Los peatones también. Cualquier tienda con aire acondicionado es un oasis en medio del desierto y afuera el sol obliga a caminar por el lado de la vereda con sombra y a cubrir nucas y brazos para evitar la insolación y la deshidratación, los dos grandes peligros que advierte el Ministerio de Salud para este verano.

Pero los riesgos para la piel no solo vienen del cielo limeño. Según alertaron dos especialistas del Senamhi a El Comercio, abajo, mientras caminamos, conducimos o nadamos, las superficies de nuestra ciudad también pueden estar emitiendo permanentemente un importante porcentaje de radiación solar.

—El efecto albedo —

El miércoles 1 de febrero, Lima amaneció con 29 grados de temperatura y con una noticia preocupante: durante este mes enfrentaría los niveles de radiación solar más altos del mundo, de hasta 15 puntos de una tabla de 20, una puntuación calificada como extremadamente alta. Otras ciudades del Perú alcanzarían los 19 puntos.

Tania Ita, de la Dirección General de Meteorología del Senamhi, nos introduce en uno de los fenómenos menos conocidos del verano pero igual de alarmante. “Se trata del efecto albedo. Hay superficies que, dependiendo de la textura y del color, pueden reflejar una cantidad similar a la radiación solar directa, como un efecto espejo, sin que nos demos cuenta. La nieve, por ejemplo, es capaz de alcanzar niveles de albedo de 95%, es decir, refleja como un espejo casi el mismo nivel de radiación. En Lima también hay superficies de las que debemos cuidarnos”, dijo.

Al estar unas horas echados en una playa limeña bajo cielo descubierto, como el que se registró el último viernes 3 en la Costa Verde, es posible que la radiación que recibe nuestro cuerpo se llegue a duplicar por el efecto rebote de la arena. Según los registros del Senamhi, la arena posee entre 15% y 45% de albedo. 

En tanto, los cuerpos de agua, como el mar, aportan hasta 10% adicional de la radiación que rebota desde el cielo. Sumando las tres fuentes de radiación, un día de playa con cielo descubierto significaría recibir un impacto sobre la piel mucho mayor del que se cree. La meteoróloga Kalita Quispe recomienda a los peatones y veraneantes no solo cubrirse con gorros, sombreros, sombrillas o lentes de sol, sino también usar bloqueador solar. “Es imprescindible para evitar futuros problemas”, afirmó. 

Según el Senamhi, suelos de coloración oscura también pueden añadir un porcentaje de entre 5% a 40% de radiación, dependiendo de la textura de la superficie. En los distritos de San Isidro, Miraflores y el Cercado de Lima los trabajadores de limpieza, inspectores de tránsito y policías que pasan horas bajo el sol no han sido informados sobre las consecuencias del efecto albedo. Pocos cumplen la recomendación de aplicarse bloqueador cada dos o tres horas y solo se cubren el rostro.

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