El ruido en la ciudad excede límites ambientales [MULTIMEDIA]
Cristina Fernández

La hipertensión, taquicardia e irritabilidad son algunos daños ocasionados por los ruidos altos. Pese a las graves afectaciones a la salud que genera la contaminación sonora, sobre todo en los niños, esta se incrementó en Lima y el Callao en los últimos dos años, aproximadamente en 10%, según un reciente estudio del (OEFA).

La medición de ruido realizada en mayo del 2015 en 224 puntos de Lima y 26 puntos del Callao arrojó que el 90% de las zonas evaluadas sobrepasa los estándares de calidad ambiental. 

En el Agustino, a la altura de Puente Nuevo, se encuentra el punto con mayor nivel de presión sonora de Lima Metropolitana. En ese lugar, considerado zona comercial, se registró un promedio de 84,9 decibeles. Por el tipo de zonificación sus niveles máximos deberían ser de 70 y 60 decibeles. 

La intersección de las avenidas Santa Rosa y Óscar Benavides, en el distrito de Bellavista, es el punto crítico que alcanzó el nivel más alto de ruido en el Callao. El sonómetro registró aquí 86,3 decibeles. 

Según el Reglamento de los Estándares Nacionales de Calidad Ambiental para Ruido, en una zona de protección especial, es decir cerca de establecimientos de salud y centros educativos, el nivel máximo de ruido debe ser de 40 y 50 decibeles. Sin embargo, los 30 puntos de protección especial estudiados por el OEFA en Lima y el Callao excedieron los estándares de calidad ambiental para ruido. Una muestra de ello es la intersección de las avenidas Javier Prado y Manuel Holguín, en Santiago de Surco, donde cerca de la Universidad de Lima se registró un nivel de presión sonora de 84,5 decibeles.

- Falta fiscalización -

Pese al incremento de la contaminación sonora, la entidad de evaluación ambiental advirtió que solo 18 municipios distritales de Lima y Callao realizan acciones de fiscalización y apenas seis comunas cuentan con sonómetros.

“Como organismo fiscalizador asesoramos y exhortamos a las municipalidades a cumplir su función sancionadora, pero no podemos hacer más porque no existe una ley que las obligue”, puntualizó la directora de evaluación del OEFA, Giuliana Becerra.

La especialista indicó que un 85% de la contaminación sonora proviene del parque automotor, del mal uso de las bocinas y la falta de mantenimiento. 

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