Copiloto de camión fue asesinado en el puente de la Av. Colonial. (Foto: Anthony Niño De Guzmán)
Copiloto de camión fue asesinado en el puente de la Av. Colonial. (Foto: Anthony Niño De Guzmán)
Pedro Ortiz Bisso

Treinta soles le ofrecieron a Álex Abregú Yslado por el que acabó siendo el último trabajo de su vida. Había que trasladar mercadería en un camión desde una agencia de aduanas en el Callao. No parecía un encargo difícil. Hasta que dos camionetas y un auto se interpusieron en su camino.

Jueves 20 de junio, 10:25 a.m., avenida Colonial. Al menos ocho sujetos armados con fusiles descienden de los vehículos. Abregú intenta resistirse. Un balazo le revienta el pecho. Sin inmutarse, los delincuentes sacan su cuerpo de la cabina, lo arrojan a la pista y emprenden la huida.

Todo ha ocurrido en segundos, no en una carretera desolada o un poblado fantasmal, sino sobre el puente que cruza la avenida Universitaria, una de las zonas más transitadas de Lima. El resto de conductores ha sido testigo de lo que antes solo había visto en una película de acción.

Según el INEI, el porcentaje de víctimas de un hecho delictivo en la provincia de Lima, entre noviembre del 2018 y abril del 2019,alcanza 29,7. Una caída minúscula frente a la medición anterior (29,9). La percepción de inseguridad alcanza un pavoroso 91,1%. En el Callao llega al 88,9%.

Si no son ‘raqueteros’ en station wagons o camionetas de lujo en busca de carteras o vehículos, son desalmados capaces de reventar la ventana de un auto en un congestionado cruce para llevarse lo que encuentren a mano. O inescrupulosos capaces de desenfundar un arma para robarle a un escolar su celular o mochila.

Hace poco se difundieron imágenes de un sujeto parado en una baranda del corredor del Metropolitano, en Chorrillos. Aprovechando que una de las unidades se detuvo, metió sus brazos por una ventana y trató de robarle el celular a un pasajero.

¿Hay algún lugar donde podamos sentirnos seguros?
Ayer fueron presentados seis mil nuevos policías. Cuatro mil patrullarán las calles de la capital y los demás serán distribuidos en el resto del país. Otros seis mil se sumarán a fines de año. Así, solo en el 2019, su número habrá crecido en un 10%.

¿Pero de qué sirve ello si seguimos teniendo efectivos mal pagados y precariamente equipados? ¿Qué estrategia se está empleando para que recuperen la confianza de la población? El INEI señala que apenas el 17,7% de víctimas en Lima denuncia un hecho delictivo. El 36,2% dice que no lo hace porque es “una pérdida de tiempo”.

No solo el Gobierno no da señales de tener un interés real en luchar contra la inseguridad, sino también el Poder Judicial, cuyo escaso rigor permite a los delincuentes volver a las andadas rápidamente. En lo mismo están las municipalidades, a las que les importa más su propia parcela que lo que ocurra con su vecino.

Sin un plan integral que aborde diversos frentes, nada va a cambiar. Así llenemos las calles de policías. 

El Comercio no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

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