Redacción EC

LUIS SILVA NOLE
Redactor de Sociedad

Sopla con paciencia de cirujano el pequeño madero encendido y el humo impregna a su rostro un halo de misterio. Como si los espíritus de sus ancestros dominaran cada movimiento de su mano derecha, colorea con la técnica del pirograbado el mate de calabaza que previamente buriló con detalle.

no habla mientras está concentrado. “Un error sobre el mate ya no se puede remediar”, dirá luego, en una pausa necesaria para relajar músculos y mente. Así se lo enseñó su madre y maestra, , en Cochas Grande, distrito de El Tambo, en la provincia de Huancayo.

Cuando habla, la parsimonia de su voz contrasta con los gritos que emanan de las figuras plasmadas en sus mates burilados. Estas narran costumbres agrícolas, festivas y religiosas del Valle del Mantaro, tierra que lo vio nacer hace 69 años y 10 meses.

En medio de su casa-taller de la cuadra 4 de la Av. Precursores, en San Miguel, la pausa se prolonga más de lo habitual. Pero Sixto, ganador del en el campo artístico, no suelta uno de sus mates listos para la venta. “Son mi amuleto”, dice.

Su sala está llena de ellos, en estantes, al estilo museo. Una foto inmensa de su madre al lado del célebre indigenista , captada en Huancayo a principios de los años 60, sirve de fondo. “En mi vida habré hecho unos 10 mil mates burilados”, evoca Sixto.

Tiene siete hijos, nueve nietos y una bisnieta. “Todavía no sabía leer y ya hacía mates burilados. Se lo debo a mi madre. Le he enseñado la técnica a mis hijos desde que tenían tres años. Mi hija Kania es la que mejor sigue mis pasos. Sé que mi arte no morirá”, dice Sixto.

"Sixto Seguil Dorregaray es un historiador, un puente entre varias generaciones. Con su obra transmite historia y arte. Sus mates burilados son historia visual porque cuentan y relatan tradiciones familiares y regionales", comenta Fedora Martínez, historiadora del .

"Los Dorregaray, y especialmente Sixto, son cultura viva. Y el mate burilado, una crónica visual. En arqueología hay un antecedente muy remoto de esta expresión artística: el mate burilado de Huaca Prieta [La Libertad], que data de 3.000 años antes de Cristo. Sixto, a su edad, continúa la historia", agrega la especialista.

EL LEGADO DE LA SANGRE

El hombre que en el 2009 recibió el Premio Joaquín López Antay del es sencillo, como su taller, instalado en el patio trasero de su casa. Apolonia, su mentora, fallecida en el 2002, lo observa siempre trabajar ahí, desde otra foto aun más grande. En el suelo, muchos mates de distintos tamaños lo rodean, como hijos esperando, también pacientes, el cariño del padre.

“Hago mates para mi colección y a solicitud”. Hoy Sixto produce 10 mates al mes, en promedio, aunque ese número baja cuanto más grande son las piezas y cuanto más finos son los dibujos rasgados sobre la calabaza. Sus mates más chicos pueden valer 150 soles. Coleccionistas nacionales y extranjeros le hacen pedidos por los que pagan hasta  2.000 soles. “Hoy, siendo adulto mayor, mis manos se cansan pero mi alma, no. Por eso sigo”, dice.

El arte le viene de la rama materna, de los Dorregaray. Su bisabuelo Manuel empezó haciendo los llamados mates tropa que servían de platos a los soldados del ‘Tayta’ Andrés Avelino Cáceres Dorregaray –“mi bisabuelo le contó a mi mamá que Cáceres era su tío”–. El hijo de Manuel, Toribio, heredó el arte, y la magia del buril recayó en Apolonia. El resto es historia conocida.

MÁS DATOS DE SIXTO

  • En el museo del sitio arqueológico de Pachacámac se realiza una expoventa de mates burilados de Sixto Seguil Dorregaray.
  • Desde el miércoles, en la Biblioteca del Museo de la Nación (San Borja), se exponen mates burilados de Apolonia Dorregaray (madre de Sixto) a 100 años de su nacimiento.  La muestra irá hasta abril. Organiza el Ministerio de Cultura.
  • Para pedidos de mates burilados: teléfono 635-2481, correo electrónico sixtoseguil@hotmail.com.

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