Puente Bella Unión (foto: MML)
Puente Bella Unión (foto: MML)
Pedro Ortiz Bisso

“ Un poquito de paciencia”, pedía Alberto Andrade, el último gran alcalde que ha tenido Lima, cuando emprendía alguna obra que iba a causar uno de esos colosales atracones en el tráfico que nos malograban la existencia.

Su advertencia no atenuaba las maldiciones de rigor, sobre todo en horas punta. Es que todos vivimos apurados y así como buscamos llegar lo más rápido posible a nuestro destino, queremos que lo que falta por hacerse en la ciudad se haga rapidito y sin escalas.

Mientras el Mundial nos mantiene con la cabeza en otro lado, el remake de esa película que nos sabemos de memoria ya empezó a rodarse. Es año electoral, temporada en la que nuestros queridos alcaldes despiertan de la amnesia e inician el desembalse de obras y obritas a paso acelerado, para que no les gane el calendario.

Y sin que nos pidan un poquito de paciencia.

Todo esto no quita que algunos de estos trabajos realizados a pasos forzados no sean necesarios. Desde hace algunas semanas, la Municipalidad de Lima ha emprendido la construcción de dos puentes en la Vía Expresa (a la altura de los jirones Leoncio Prado y Junín), que no solo mejorarán la comunicación entre Miraflores y Surquillo, sino que servirán de alivio para el puente Angamos, que hace años pide chepa.

Lo mismo ocurre con la estación Andrés Reyes, la cual se espera le dé una manito a su vecina ubicada en la avenida Canaval y Moreyra, una de las más concurridas por los usuarios del Metropolitano.

Obras de menor dimensión podemos ver en otras calles, ejecutadas tanto por el provincial como los municipios distritales.

Pero más allá de la intención de dejar una buena impresión en la despedida, darle una empujadita al sucesor (hay hijos, esposas y ex esposas entre los candidatos) o promocionar la candidatura propia (varios alcaldes distritales van como postulantes por Lima), también revela el culto extremo por la superficialidad que profesan nuestras autoridades. El ladrillo sirve de estupendo maquillaje cuando no se ha hecho la verdadera obra que necesita la ciudad.

¿Qué es lo que necesita Lima, por ejemplo? Pese a ser conducida por el llamado “mejor alcalde de todos los tiempos”, en estos tres años y medio de gestión no ha iniciado una de las tantas reformas que requiere para hacerla más soportable para quienes vivimos en ella.

¿Qué de importante se ha hecho en transporte o seguridad? ¿Cuál es la trascendencia de los arcos –de color amarillo– que se están colocando en el puente Bella Unión? ¿De qué chistera ha salido el llamado parque temático Héroes de la Democracia que pretende habilitarse con el beneplácito del presidente del Congreso?

Alcaldes que hagan obras de verdad. Eso es lo que necesitamos. 

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